El difícil camino del impeachment contra Trump
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En la historia política de Estados Unidos sólo tres veces se ha aplicado el juicio político contra un mandatario de ese país: en el siglo XIX, después de la guerra civil, en contra del Presidente Andrew Johnson, que fue aprobada por los Representantes, pero rechazada por el Senado; en el siglo XX, Richard Nixon evitó el juicio renunciando antes; Bill Clinton, en 1998, también se le siguió el juicio político, pero también fue rechazado por el Senado; la tercera sería la de Trump.
El impeachment exige como causales: traición a la patria, soborno y otros altos delitos. Los quórum son bastante exigentes: la mayoría absoluta de los miembros de la Cámara de Representantes, es decir, 218 de 435; los Demócratas tienen 235 y, hasta hoy, 200 de ellos se han pronunciado a favor del juicio político; de los 100 senadores, se requerirán dos tercios de ellos para aprobar dicho juicio, es decir 67 senadores, pero en el Senado tienen mayoría los republicanos, con 53 padres conscriptos contra 45 del Partido Demócrata, por consiguiente, se requieren 20 senadores republicanos para aprobar el impeachment. (En Chile sólo a Carlos Ibáñez del Campo, ya en el exilio, se le aprobó la acusación constitucional).
Desde 2016, año en que asumió el poder, Donald Trump ha estado amenazado con el impeachment por parte de los Demócratas, pero en ese entonces los demócratas no contaban con la mayoría en ninguna de las dos Cámaras; luego las elecciones del medio período, en que los demócratas lograron mayoría en la Cámara de Representantes, se esperaba el Informe del fiscal Robert Mueller, acerca del “Rusiagate”, es decir, la intromisión de los rusos durante la campaña del actual Presidente norteamericano, para propiciar el juicio político. El fiscal especial no proporcionó los suficientes argumentos para que, esta vez, los demócratas, ya pudieran dar curso al juicio político.
Donald Trump había logrado sortear las acusaciones de malversación de fondos por parte la mayoría de los dirigentes de su campaña presidencial: su entonces abogado, Michael Cohen, lo acusó de racista, estafador y tramposo. Cohen se había prestado para pagar 100 mil dólares a cada una de las dos actrices porno, a fin de que negaran que se hubieran acostado con Trump, y se hacía necesario saber el origen de este dinero.
El origen de la reciente acusación se centra en una llamada que el Presidente Trump hiciera a su colega ucraniano, Volodimir Zelenski, insistiéndole, por ocho veces consecutivas, que interviniera ante los tribunales de justicia para acusar de corrupción al hijo de Joe Biden, Hunter Biden, con la amenaza cierta de no aprobar la ayuda de 400 millones de dólares de ayuda a Ucrania, (hoy en disputas con Rusia), mensaje que fue conocido a través de la delación de un agente secreto.
Nancy Pelosi, líder demócrata de la Cámara de Representantes, anunció el comienzo de la investigación a fin de iniciar un juicio político contra el mandatario, exigiendo la transcripción de la conversación telefónica, llevada a cabo en el mes de julio del presente año.
Trump, hasta ahora, sólo reconoce haber hablado de los Biden en pro del ataque a la corrupción, pero se niega a aceptar que haya extorsionado al Presidente ucraniano.
De comprobarse el contenido de esta conversación con un Presidente extranjero, el delito sería el de traición a la patria, sumamente grave, lo cual posibilitaría el voto de representantes y senadores republicanos.
Cabe permitirse la duda sobre si el Presidente Trump, o su vicepresidente Mike Pence, cuál de los dos sería más fatal para los Estados Unidos, (Pensé es un evangélico fanático y ultra reaccionario, y Trump, un enfermo narcisista, ignorante y estúpido).
El ex vicepresidente de Barack Obama, Joe Biden tiene mayoría, hasta ahora, en las encuestas para convertirse en el candidato demócrata y competir en las elecciones presidenciales de noviembre de 2020, pero la senadora Elizabeth Warnen, más a la izquierda, podría perfectamente aventajarlo; el tercer lugar dentro del Partido Demócrata lo tendría Bernie Sanders.
El actual abogado de Trump, el ex alcalde de Nueva York, Rudy Guiliani, está terminando de hundir a su representado, al hacer declaraciones imprudentes ante la Prensa, en que, prácticamente, se auto acusa, (“a confesión de partes, relevo de prueba”).
La representante Nancy Pelosi tenía razón al resistir las presiones de otros dirigentes para iniciar el juicio político, pues es como jugarse el todo o nada, y podría ser utilizado por Trump para acusar a los demócratas de corruptos.
A poco más de un año de las próximas elecciones presidenciales, un asunto tan grave, como lo es un juicio político contra un Presidente, arriesga en convertirse en el centro de la campaña y, además de dividir a la sociedad norteamericana en sectores políticos sin posibilidad de diálogo mutuo, más bien de rechazo declarado entre unos y otros, puede terminar en la reelección del Presidente Trump por cuatro años más, que sería fatal para Estados Unidos y para el mundo.
En su discurso, en la Asamblea de la ONU, Trump hizo una apología del nacionalismo y del “patriotismo”, rechazando la globalización y el libre comercio, anunciando que continuará la guerra comercial con China si la oferta de este país no le satisface.
Es muy difícil, si consideramos la actual correlación de fuerzas, que el impeachment sea aprobado e, incluso, (màs posible que los demócratas venzan a los republicanos en noviembre de 2020 antes que ser aprobado el juicio político), podría darse la paradoja que, en plena elección, aùn siga adelante el impeachment.
Rafael Luis Gumucio Rivas (el Viejo)
26/09/2019