Estamos en una emergencia bioclimática
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La dimensión militar de la emergencia bioclimática global en curso es asunto cuya centralidad se refleja nítidamente en el contenido de un borrador elaborado por climatólogos y otros especialistas de las ciencias de la tierra del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, el IPCC de la ONU. El documento, en proceso de redacción, lo filtró hace pocos días al público la Agencia France Press. Los eventos climáticos que siguieron poco después en Estados Unidos (EU) y Canadá, son un llamado a la acción: una histórica ola de calor
en el noroeste de EU hasta Canadá, mostrando la magnitud del actual colapso bioclimático así como el peso de las advertencias científicas que vienen intensificándose desde hace 33 años cuando el climatólogo James Hansen informó al Senado de EU y al mundo sobre el calentamiento del planeta, acentuándose desde entonces la pasividad gubernamental y la gravedad y urgencia compartidas por la comunidad científica en las más recientes preocupaciones y advertencias del IPCC en torno a cercanías de riesgosos umbrales de irreversibilidad y de calentamiento abrupto
que podría hacer inhabitables vastas áreas del orbe. Eso ya está aquí.
La BBC mundo hace pocos días informó de una abrupta ola de calor. Un evento que habla del pasmo planetario
por la posposición e inacción sistemática de todo intento por regular y frenar los gases de efecto invernadero (GEI), que alteran el clima. He aquí otra expresión solidaria ofrecida por la BBC publicada bajo el título de El domo de calor
que ha hecho que Canadá y el noroeste de EU batan sus récords históricos de temperatura (Fuente: Redacción BBC News/Mundo, 20 de junio de 2021).
“Canadá registró la temperatura más alta de su historia en un momento en que el oeste del país y el noroeste de EU se encuentran sometidos a una ola de calor sin precedente.
“En Lytton, en la Columbia Británica, los termómetros alcanzaron el domingo los 46,6 °C, rompiendo el récord preexistente.
“Un ‘domo de calor’ (alta presión estática que actúa como la tapa de una olla) ha establecido también registros nunca antes vistos en muchas otras áreas del país.
“Estados Unidos y Canadá han advertido a sus ciudadanos sobre niveles de calor ‘peligrosos’ que podrían persistir esta semana.
Seattle y Portland, ciudades con climas famosos por sus lluvias, registraron las temperaturas más altas de su historia el domingo (BBC-mundo op. cit.)
.
Las implicaciones ante la notable ausencia de medidas efectivas para frenar el ritmo creciente de las emisiones de GEI advertida en torno a forzamientos radiativos
desde un pasmo
inducido por un vasto esfuerzo de presión política y económico-financiero que se acentuó inmediatamente después de la COP15 y su Acuerdo de París. Acción y presión acompañados de crecientes inversiones de Wall Street en proyectos de gas natural y petróleo, y la actuación de poderosos cabildos, grupos de presión, bancos, firmas de inversión en lo que Robert Brülle llama la institucionalización de la posposición
( delay) a toda medida regulatoria de losGEI.
El borrador del IPCC se refiere a incrementos de las emisiones de GEI como el dióxido de carbono (CO₂) o el metano (CH₄) que según indicó Hansen en audiencia ante una Corte de Oregón, se trataría de un desequilibrio por la retención de energía solar en un equivalente a la explosión diaria de unas 400 mil bombas atómicas tipo Hiroshima, con capacidad para modificar un clima planetario muy sensible y, por tanto, con impactos severos, por lo que Hansen sugirió desde hace años tomar medidas drásticas e inmediatas en la regulación y freno de los GEI.
En el borrador se menciona que unos 350 millones que viven en áreas urbanas estarán expuestas a la escasez de agua debido a severas sequías a1.5 °C de aumento de temperatura en relación al promedio preindustrial. Ese medio grado adicional significará 420 millones más de personas expuestas a olas de calor extremas potencialmente letales.
En su párrafo inicial, el IPCC, además de plantear de manera eficaz que el deterioro climático en curso (al que la ONU llama Q (cambio climático) modificará fundamentalmente la vida en la Tierra en las próximas décadas
, agregando: “incluso si los humanos pueden controlar las emisiones de GEI que calientan el planeta… Por ser un fenómeno capitalogénico, no es desde un torpe neomalthusianismo
esperar un ¿qué hacer? efectivo ymovilizador.
El público espera sugerencias prácticas en la versión final del borrador. Para regular y frenar emisiones es crucial la transformación estructural del transporte de pasajeros y carga en toda América. Someter a transformación estructural al capitalismo fósil como lo conocemos es algo de justicia imprescindible para México, empezando por lo más básico: la defensa de las personas, derechos, tierras, recursos e intereses, salud y bienestar de la población indígena y campesina.
A la memoria de Antonio Helguera, compañero de profundidad crítica.
Por John Saxe-Fernández
Fuente: La Jornada