La vía portuguesa al progresismo
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Desde 1928 hasta 1974 Portugal estuvo bajo dos gobiernos corporativistas y católicos: Antonio Olivera Salazar, (1928-1968), y Marcelo Caetano, (1968-1974), año este último en que se produce la “revolución de los claveles” por la cual las Fuerzas Armadas derrocaron su régimen.
En Portugal no existían partidos políticos hasta 1974, en que se fundaron el Partido Socialdemócrata y El Centro Democrático Social; por su parte, los antiguos socialistas y comunistas respondían a grandes Internacionales.
En 1976 se promulgó la Constitución democrática que, en lo político consignaba un régimen semipresidencial, y el Presidente de la República tenía, dentro de sus atribuciones, el poder de disolver el parlamento. Hay que recordar que sobre él estaban el Consejo de la Revolución, formado por militares. Como sistema electoral adoptaron el proporcional D`hondt, que rige hasta ahora.
En las primeras elecciones de la Asamblea de la República, (1976), el Partido Socialista obtuvo el 35% de los sufragios y 102 diputados; el Partido Socialdemócrata, el 25% y 16 diputados; el Centro Democrático Social obtuvo el 16% y 41 diputados; el Partido Comunista logró el 14% y 40 diputados.
En la primera etapa de la “revolución de los claveles” tuvo especial importancia la disputa entre Álvaro Cunhal, del Partido Comunista, y Mario Soares, del Partido Socialista, que fue muy importante pues hegemonizó este período.
Antonio Eanes fue el primer Presidente elegido que gobernó diez años, (1976-1986); le siguió Mario Soares, del Partido Socialista, (1986-1996) y luego Jorge Sampaio, también socialista, (1996-2006). A continuación triunfo el partido derechista Socialdemócrata con Aníbal Cavaco, (1006-2016); Actualmente se desempeña como Presidente Marcelo Rebelo, también socialdemócrata.
En las elecciones para elegir a los 250 diputados que integran la Asamblea Republicana, la derecha, (que cambió de nombre por el “Portugal al Frente”), obtuvo 36,86%, con 102 diputados; el Partido Socialdemócrata obtuvo el 1,5 y 5 diputados; el Partido Socialista logró el 32,31% y 86 diputados; el Bloque de Izquierda, el 10,19% y obtuvo 19 diputados; el Partido Comunista Portugués, el 8,25% con 17 diputados; los Animalistas, 1,39% y 1 diputado. Como podemos colegir, la derecha no tenía mayoría para formar gobierno, (sólo 107 diputados de un total de 250), y la izquierda, más los votos de los socialistas, sumaba 123 diputados.
El anterior gobierno de la derecha, cuyo Primer Ministro, Pedro Passos Coelho, (2011-2015), había conducido al país a la ruina, y se vio obligado a entregarse a la Troika, (FMI, Banco Mundial, Banco Europeo). La aplicación de medidas de austeridad, que implica reducir las pensiones y aumentar la cesantía, que llegó hasta un 20%, además, la deuda externa subió al 125% del PIB, situación que llevó a los portugueses a optar por la diáspora.
Las agencias calificadoras de riesgo para los bonos soberanos de Portugal dieron la nota de “bonos basura”, que impedía que formara parte de las Carteras de los grandes bancos. Nadie apostaba a una posibilidad de alianza entre los socialistas y la izquierda, y la derecha se mofaba de esta alianza llamándola “jerigonza”, (una forma de hablar al revés); este insulto se transformó en una motivación para impulsar dicha alianza.
El Presidente Cavaco trató de denominar a su camarada de Partido, Passos Coelho, para formar un gobierno minoritario, que sólo duró 11 días, y luego censurado, fue reemplazado y encabezado por el líder socialista Antonio Costa, (sus ancestros eran originarios de la colonia portuguesa de Goa, en India). Este Primer Ministro se ha hecho popular por su empatía, capacidad de diálogo y dotes especiales para enfrentar conflictos.
Después de prolongados diálogos entre socialistas, izquierdistas y comunistas se llegó a Acuerdo, en un programa de gobierno que privilegiara a los pensionados y a los trabajadores: el Partido Socialista gobernaría solo, pero apoyado por la izquierda en la Asamblea de la República.
El camino actual de Portugal es asimilable en lo político a los Frentes Populares de los años 30 del siglo pasado, (francés, español y chileno), es decir, con una jefatura republicana radical o socialista, y el apoyo fuera del gobierno por parte de comunistas y anarquistas; se trataba, en este caso, de evitar el fascismo y la aplicación de medidas democrático-burguesas.
Los izquierdistas portugueses, con razón se niegan a llamar “de izquierda” al gobierno de Costa, sin embargo, este modelo se ha convertido en una forma para evitar el triunfo de las ultraderechas europeas. El maximalismo de la ultraizquierda es reemplazado por un minimalismo que ha permitido evitar el acceso de la derecha al poder.
Los partidos socialistas europeos estaban en pleno decadencia antes del triunfo portugués, con Costa a la cabeza; los socialistas franceses prácticamente desaparecieron; en España, el Partido Podemos está condenado al aislamiento mesiánico si no logra formar gobierno con el actual Presidente, Pedro Sánchez, del PSOE.
En la historia nada ha hecho más daño a la izquierda que el aislacionismo, profetismo y ultra izquierdismo, incluso, los trotskistas de la IV Internacional practicaban el entrismo, (es decir, infiltración en los partidos socialistas).
Hasta ahora, el gobierno de Antonio Costa ha demostrado que la implementación de políticas expansivas es capaz de superar el default y la tutela de la Troika, que la lleva aparejada.
Entre los éxitos económicos del gobierno de Costa se pueden destacar: la reducción de la cesantía, de un 20% a un 9%; el paso de un crecimiento negativo de un -2,3%, al positivo de un 3%: la reducción del déficit fiscal; la reducción de la jornada de trabajo a 35 horas semanales; el aumento del salario mínimo, de 500 a 600 Euros; la recalificación de los bonos como grados de inversión; el visado privilegiado para quien transfiera un millón de Euros a Portugal, o bien, la adquisición de un bien inmueble por más de 500 mil Euros, además, de quienes inviertan creando 10 puestos de trabajo.
Hoy, Portugal se ha convertido en un lugar predilecto para personajes ricos y famosos y un edén para los jubilados europeos, paisaje idílico que viene a superar al sol español.
Leer Humberto Nogueira El régimen semi Presidencial p 83 a 94
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
10/09/2019