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Izkia Siches: Estigmatizada por decir la verdad

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Cincuenta doctoras afiliadas al Colegio Médico, decidieron llevar a su colega Izkia Siches, al tribunal de ética de su gremio. ¿Y cuál es el motivo de semejante decisión? La acusan de haber lanzado duros cuestionamientos en contra de los miembros del gobierno de la oligarquía. Los trató de infelices. Como no todos conocen el significado de las palabras, a las 50 doctoras de la acusación, el término lo juzgaron una injuria o una afrenta que nadie puede tolerar. ¿Son infelices quienes se enriquecen a diario y saquean los recursos naturales del país? En algún momento de nuestra vida, somos infelices y gracias a la tenacidad, logramos superarla. Si a un banquero se le acusa de infeliz por practicar la usura, puede defenderse expresando que la ley lo ampara. Algo similar sucede con los infelices dueños de las ISAPRES, las AFP y otras invenciones nacidas en dictadura. Estas organizaciones mafiosas, también se escudan en la ley. Si alguien acusa al gobierno de estar infestado de chupacirios, es decir beatos de profesión, bien podría ser denunciado al Tribunal Constitucional. Quizá en este organismo, no sepan cómo dirimir semejante acusación, donde el juego de las palabras prevalece y urgidos soliciten ayuda a la Academia Chilena de la Lengua Española.

El Colegio Médico de Chile posee alrededor de 30.000 asociados, sin embargo, otros 15.000 médicos no son del gremio e igual ejercen su profesión. Luego del análisis, las 50 doctoras de este universo, representan la nada. Algo así, como señalan los mordaces, se trata de un pellizco en el agua o una ventolera intestinal sin ruido. ¿Quiénes manipularon a este clan de entusiastas censoras? ¿Dónde se ocultan? A ninguna de las 50 doctoras, sospechamos, se les ocurrió por iniciativa propia, imputar a una colega, reconocida en otros países, por su labor profesional. ¿Han meditado las 50 mujeres sobre los alcances de su acusación? Muy bien saben que Izkia Siches, su presidenta, permanece embarazada y ello la obliga a evitar enojos, incertidumbres y debe llevar una vida tranquila, acorde con su estado.

 

Izkia Siches: “Este es un gobierno de infelices”

No hay dudas sobre el carácter e intencionalidad de esta encerrona, pues se termina pensando mal de las 50 doctoras. La mano embadurnada en detritus de los verdaderos instigadores, cuyo alcance es tan largo como el litoral de Chile, aunque le pertenezca a cinco familias, mueve a estas mujeres. A regañadientes o medio engatusadas y manipuladas por los sinvergüenzas de siempre, se han prestado a participar en la torcida jugarreta. De negarse, arriesgarían su trabajo. Así, los infaltables zarracatines (mercachifles) y zascandiles (enredadores) manejan los hilos de la turbia acusación. Como yo por blasfemar, podría ser llevado al tribunal de ética de la Santa Inquisición, he empleado estas expresiones, poco utilizadas. La larga mano de la censura impera en nuestro país y expresarse con libertad, a menudo nos conduce a enfrentarnos a querellas. A veces, escribir y denunciar las tropelías del gobierno, sean infelices o no, se convierte en riesgo, pero hay que aceptar el desafío, de lo contrario, uno no debería escribir.

Las 50 doctoras, movidas por un gesto de nobleza, deben retirar la injusta acusación, manipulada y cosechada por otros, en contra de una de sus colegas más prestigiosas. Izkia Siches, en sus intervenciones pública, ha demostrado sabiduría. Aquella mesura que no es habitual en personas que por ser doctoras, creen ser privilegiadas. Yo pienso Izkia, que usted se equivocó al acusar de infelices al gobierno, incluidos sus sirvientes. Quedó corta, a medio camino, movida por su templanza; el equilibrio emocional de quien ejerce una profesión como es la medicina. Esa caterva de infelices, disfrazados de filántropos, merecía otros epítetos, que por decencia no incluyo aquí. Usted, querida Izkia, ha sido valiente en expresar su opinión, utilizando la suavidad y mesura ante las injusticias, a veces indignación, propia de las mujeres de nuestra patria.




 

Por Walter Garib

 

 



Escritor

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  1. ramon roman says:

    Don Walter, ¿dónde está la sorpresa por la reacción de esas 50 doctoras? ¿Asaso no es la reacción de muchos chilenos? ¿Se olvidó usted de la reacción de muchos chilenos por la forma que Pamela Jiles calificó a piñera? En el Chile actual el uso de calificar a otros con las más diversos garabatos, que no ha mucho eran solamente usados por los plebeyos pero no por la gente «con educación y de clase «, es ahora más común que decir que piñera es un con che su madre, pero como siempre en todas partes de Chile, como en el lugar de estas 50 doctorcitas, HAY CARTUCHOS Y CARTUCHAS A DESTAJO, luego, no es ninguna sorpresa que estas «proletarias con títulos universitarios» se ruboricen y reaccionen de la forma como lo hicieron.

  2. Gino Vallega says:

    Tal vez la Dra. Rubilar , ministra constante del demente-delincuente Piñera , ha hablado con jefes de servicio los que a su vez……….

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