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La opinión internacional y el fracaso de la estrategia sanitaria del gobierno: crónica de una muerte anunciada

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En los últimos días ya no son solo voces del mundo académico local las que advierten sobre el fracaso de la estrategia sanitaria  que el gobierno aplica para hacer frente a la pandemia. A ella se suman las opiniones de calificados académicos como los de la Universidad de Harvard que señalan que el Gobierno cometió un error crítico al generar expectativas en la  población haciéndole creer que  la  vacunación permitiría  terminar con la plaga e iniciar prematuros intentos de normalidad.  A  estas informaciones aparecidas en medios importantes como el Washington  Post y el New York Times,  el Ministro de Salud en sus declaraciones  hace un vano esfuerzo para  bajarles el perfil.

El problema es más serio. Algunos expertos llegan incluso a advertir que este triunfalismo nos puede llevar a generar una cepa chilena, por la  aplicación de la vacuna en momentos de altas tasas de contagio y en un proceso de constante crecimiento.

No sabemos si eso será así. Pero estas voces tienen un trasfondo que no solo puede ser entendido como una crítica, sino un llamado a entender la pandemia como un proceso complejo. La palabra complejo aparece reiteradamente  en los tratamientos del tema en el  discurso de autoridades políticas y sanitarias.

La complejidad es una manifestación de un tipo de fenómeno que se comporta de un modo que en ciencia ha dado origen a un paradigma. Este aborda el estudio de los  sistemas que se caracterizan por ser en su génesis emergentes  y autónomos, esto es, son autoorganizados.




En este mismo medio en una publicación anterior[1] describí la  interesante descripción  que hacen científicos  para mostrar el fenómeno de la complejidad en la emergencia y autoorganización de los sistemas, lo que permite  observar cómo surge un fenómeno que puede resultar en una catástrofe como es el caso de la pandemia. Explican como ejemplo como surge un huracán mostrando  lo que en un inicio es solo un proceso micro que se cruza con procesos macro atmosféricos y aparece como una nueva realidad un sorprendente fenómeno climático.  La humanidad vive hoy una catástrofe sanitaria que ha tenido el mismo patrón de comportamiento  que da origen a un huracán. Se inició en una comarca de China y se ha expandido  a todo el planeta, usando las condiciones macro que la sociedad global actual facilita. Por lo tanto, su abordaje debe considerar la presencia de procesos micro y macro sociales  en su expansión.

No es así lamentablemente la forma en que se enfrenta. Las autoridades políticas a nivel local y  mundial operan con el paradigma positivista de la ciencia tradicional, llamada normal por los teóricos. Este paradigma busca la causa del fenómeno y manipula a esta para cambian sus efectos. De ahí que se crea que basta la vacuna que ataca la causa de la pandemia que es un virus que se propaga por contagio, por lo que  poniendo el foco en su  causa y no en los camino de propagación se espera revertir las consecuencias de la plaga.

Este modelo pone secundariamente su atención en la cadena de contagio donde la autoridad opera con una lógica de premio y  castigo basada en las estadísticas y no como el proceso reproductor de la plaga  Su preocupación e interés se observa que está  más dirigido a mantener el funcionamiento y equilibrio del sistema de salud  cuidando  que éste  no colapse,  más que las personas no sean contagiadas.

Un cambio de mirada aparece  como una necesidad urgente. En la  lógica de las reformas de los sistemas de salud han ido apareciendo los primeros  trazos de una mirada compleja cuando en ello se han puesto  el acento en reconocer que el modelo sanitario debe adecuarse al comportamiento del perfil epidemiológico del medio social. Esto es, reconocer la compleja relación sujeto- medio que da origen a las patologías dominantes hoy en el perfil epidemiológico de este país y, en general en los de  este continente, al menos

Las patologías dominantes hoy en el perfil epidemiológico requieren salir al encuentro de ellas en el medio en que se desarrollan. Las enfermedades infecto contagiosas que dominaban antes en este perfil  han cedido su lugar a las enfermedades catastróficas haciendo que la responsabilidad de su desarrollo sea del sujeto, no solo  de una causa externa.  El modelo biomédico tradicional muestra que no funciona en este nuevo contexto sanitario y que  se requiere  un modelo bio social que es el que se incorporó a las reformas de salud del último tiempo en  América Latina y el mundo  en general Las patologías como la que vivimos conocidas como  SARS (Síndrome agudo respiratorio) 1 y  2 deben ser tratadas con la misma lógica y estrategia sanitaria que   éstas.

Enfrentar esta pandemia desde un enfoque bio (cibernético) social, requiere asumir que la responsabilidad debe estar en los sujetos susceptibles de contagio y facilitar en  ellos un proceso de autoorganización, para que se evite la reproducción del virus. Lamentablemente las medidas de aislamiento social que se toman, respondiendo a otro paradigma, impiden que sean los propios sujetos lo que activamente asuman la defensa de la vida.

Lo primero que  se requiere es detectar dónde está instalado físicamente el virus  más que estadísticas proporcionales sobre su avance que observan cuan  amplias son las zonas de su  desplazamiento,   que es lo que se hace hoy día. La búsqueda de esta visión espacial debiera perseguir  como propósito aislar la zona usando como medida extrema las  cuarentenas. Ésto pasa por el diseño de un sistema de diagnóstico que permita lograr esto. Esta estrategia requiere aplicar metodologías y procesos “buttom up” (de abajo hacia arriba) de intervención, propios del trabajo con sistemas emergentes, como es el caso de la pandemia.

Esto implica un cambio de mirada, ya que la  que aplica los que gobiernan el Estado hoy busca reducir complejidad mediante temas que privilegian primero su funcionamiento equilibrado como sistema. Esto  hace poner el foco de las  preocupaciones   por la operación del sistema, esto es, por los costos, la no saturación de la capacidad de los servicios, etc., en suma  evitar los colapsos. Esta estrategia deja fuera a la personas que son las necesarias para llevar adelante proceso “buttom up” de intervención  en sistemas emergentes. De hecho esto implica aplanar la organización y descentralizar su abordaje,   entregando más protagonismo a las estructuras de base local, como son los gobiernos locales y las organizaciones sociales de base.

Sin embargo, esta mirada encuentra serias dificultades para ponerlas en práctica en Chile. Esto se debe que el sistema de salud adolece de fallas estructurales que datan de las reformas que realizó la dictadura al comienzo de los años 80, para  crear las condiciones exigidas por el modelo neoliberal que impulsaba.  El resultado de estas reformas generó una triple fractura en el sistema.[2] La primera creo una salud pública y una privada, segundo, separo la gestión y la estructura del  nivel primario. (Atención Primaria) de los niveles secundarios y terciario  del sistema   y tercero  generó una brecha entre la gestión clínica y la administrativa al interior de las instituciones de salud.

Los esfuerzos   de los Gobiernos post dictadura no pudieron superar esta fragmentación que es reconocida por organismos internacionales  y el propio MINSAL que ha afirmado  que  “Actualmente, el sistema de salud está fragmentado, tanto en su financiamiento como en la provisión de servicios y disponibilidad desigual de recursos para atender a la población que depende de cada sector” (2018)[3].

 

Un abordaje de la crisis que comprometa y organice a toda la población requiere un rol activo de la Atención primaria. Ella esta conectada directamente con la población a través de sus organizaciones de base. Sin embargo ello no es posible hoy  Los sistemas fragmentados se organizan aislados e incomunicados entre si  y  le restan peso e importancia  a la atención primaria de salud,  obligando a la población a recurrir directamente a los centros de mayor densidad tecnológica que son ejercida por los niveles secundarios y terciarios. Este estado de cosas ha sido el principal obstáculo  que  impide el funcionamiento en red que propicia la OPS (Org. Panamericana de la Salud) y que pone el foco en la atención primaria. (AP)

 

En el estado de catástrofe que ha adquirido en Chile  la pandemia solo un esfuerzo que supere este estado de cosas podría  hacer eficiente  el enfrentamiento de la crisis. Pero ello requeriría que ante el fracaso del poder ejecutivo, el poder legislativo a través de sus Comisiones de Salud trabajando conjuntamente se haga cargo de proponer salidas para la emergencia. Para ello debiera convocar a la constitución de una Comisión Supra Institucional que agrupe a los mejores expertos y técnicos con que el país cuenta, para generar un centro de elaboración de una estrategia que cuente con el respaldo social que convoque a toda la población para que enfrentemos unidos  como sociedad este duro momento

 

Para enfrentar la pandemia, como se hizo en otros países como Alemania o la misma China, se requiere de una estrategia compartida y centralizada. Todas las instancias de salud con que cuenta el país deben actuar coordinados, como un reino invadido por un invasor extranjero. A los médicos, personal y administrativos debe sumarse activamente la población,  para hacer frente a una catástrofe en las que nos pone el momento que vivimos. .

 

[1] https://www.elclarin.cl/2020/05/18/la-pandemia-la-sociedad-sus-gobiernos-y-los-paradigmas-de-la-ciencia/

 

[2] Artículo del autor , “Sobre la imposibilidad del sistema de salud chileno para enfrentar la pandemia

La triple fragmentación: Un problema estructural” en  www.metateoria.cl

 

[3] Publicación Científica y Técnica Ne 622 Organización Panamericana de la Salud ISBN 9789275116229

Y  MINSAL. (2018a) Orientaciones para la Planificación y Programación en Red 2019. Disponible en

http://bcn.cl/27q7w (Noviembre; 2018)



Psicólogo Ph.D.

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  1. Gino Vallega says:

    Queda claro que se necesita una comisión integrada por » especialistas sanitarios» , SIN Piñera , Larroulet y otros sacristanes vivarachos que enturbian las aguas con su monetarismo intransigente ; además ,esta comisión debe manejar fondos para ampliar el personal de salud necesario para el proceso de detección , atención primaria y trazabilidad…..los tacaños piñeristas están dispuestos a reconocer su error y entregar fondos ?

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