Estudiantes por la Causa Popular levantan pliego de demandas
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En este largo tramo de lucha en las calles, rico de experiencias combativas, aún no se presentan respuestas a ninguna de las exigencias que se han masificado con gran fuerza desde ese 18 de octubre. El bloque en el poder nos busca cautivar prometiéndonos un paraíso a conquistar en un proceso constituyente, proceso que sabemos será estéril en transformar radicalmente este sistema y la educación al servicio de los ricos.
Porque no podemos seguir dispersxs, hoy es más preciso que nunca agruparnos bajo un pliego de demandas que represente los anhelos de lxs estudiantes clasistas y populares.
Como Estudiantes por la Causa Popular planteamos un pliego de demandas que responde a las necesidades imperiosas e inmediatas de lxs estudiantes, un punta pie inicial como brújula para la larga marcha que debemos emprender por conseguir nuestros derechos negados, la educación y la sociedad digna, libre y justa que queremos construir.
Hacemos el llamado a no seguir en la pasividad, a fortalecer la organización estudiantil clasista, asumir el deber de radicalizarnos contra la miseria a la que nos condenan los detentores del poder, tomando en nuestras manos la responsabilidad de transformar nuestra educación de una vez por todas.
¡A BARRER CON LA EDUCACIÓN DE MERCADO!
¡ESTUDIANTES CLASISTAS A LUCHAR!
Nilson Zepeda Donoso says:
Cabros queridos: el país DIGNO está absolutamente con ustedes, porque la juventud es presente y futuro inmediato para Chile. Aprovecho de hacerles una pregunta-solicitud: en vuestra demanda ¿podrían incluir con la misma fuerza de los otros fundamentales planteamientos que el ESTADO DE CHILE, de una buena vez hiciera justicia con sus docentes PAGÁNDOLES LA DEUDA HISTÓRICA que se arrastra vergonzosamente por décadas? Sé que todos ustedes han pasado y están pasando por las enseñanzas de sus maestros y maestras. Por eso les pregunto si pueden incluir esta demanda en vuestro legítimo pliego de EXIGENCIAS a un gobierno insensible y mercantilista. Les abrazo con esperanza citando ese maravilloso vocativo de Rubén Darío «Juventud, divino tesoro».