¿Por qué la candidatura presidencial vuelve locos a los políticos?
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Nada más trágico para un político con ambiciones superiores que pasar desapercibido: ”el que hablen de mí es lo único que me interesa”.
En Chile el único cargo importante es convertirse en electo rey presidente, senador, diputado, alcalde, concejal…que son los escalones para convertirse en candidato presidencial y, posteriormente en rey o reina por elección popular.
La ambición de llegar a ser candidato no es sólo de hoy, sino que también en toda nuestra historia: don Arturo Alessandri decía “no quiero, no debo, ni quiero”, y llamaba a La Moneda “la casa donde tanto se sufre, (se moría de ganas de habitarla ); cuando le hicieron caso, nombraron a su hijo Fernando y él desesperado recordó a sus partidarios que “…este niño tiene padre…”.
Los candidatos presidenciales saben que no van a poder cumplir sus programas de gobierno, pero están conscientes de que a los electores les encanta que los embauquen con la promesa de “tiempos mejores”. Si un candidato se atuviera la verdad obtendría cero votos por tonto, ingenuo y sincero.
Para devenir Presidente hay que ser candidato más de dos veces, baste citar los casos de Arturo Alessandri, Eduardo Frei Montalva, Salvador Allende, Sebastián Piñera, sin dejar de lado a Carlos Ibáñez y Jorge Alessandri Rodríguez. El que tiene la franqueza de reiterar sus ganas de ser candidato a la presidencia, seguramente no va a ser elegido, pues demostrar que no se tiene ambiciones es un buen negocio.
La mayoría de los candidatos sabe que el amor del pueblo, una vez electo el amor del pueblo le durará muy poco meses, después de los cuales comenzará el descontento, las aprehensiones, la falta de confianza y el desprecio; al final del período, como los electores ya están más resignados y esperan su pronta salida, vuelven a comprenderlo, a compadecerlo y hasta quererlo. En algunos casos lo eligen por segunda vez, (Arturo Alessandri, Carlos Ibáñez del Campo, Michelle Bachelet y Sebastián Piñera), pero otros, (Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Ricardo Lagos Escobar) han tenido que conformarse con un solo período, con promesa de mejorar en una segunda oportunidad.
El oficio de candidato es bastante entretenido: le permite recorrer todo el país, repartir abrazos a diestra y siniestra, participar de completadas, cazar moscas que se posan sobre los alimentos y subir más kilos que el Agá khan, además de la oportunidad de inflar el ego por las alabanzas de sus seguidores incondicionales. El candidato que no cree en su triunfo, más le vale renunciar a tiempo.
Cuando llega el día de los comicios y constata que sus pronósticos estaban errados y fue derrotado, declarará que la votación obtenida había superado todos sus pronósticos, lo cual le dará el impulso necesario para presentarse algunas veces más.
Lo positivo de la democracia es que el cliente-elector tiene en las góndolas varios productos a escoger, entre todas las posiciones y credos políticos.
Con el correr de los tiempos y la historia, cada vez hay más candidatos: hoy, cuando faltan casi dos años para que termine el pésimo mandato de Sebastiàn Piñera, ya se perfilan docenas de candidatos, tanto del gobierno como de la oposición, incluso, los comunistas que muy inteligentemente no habían presentado su candidato, (salvo el caso de Gladys Marín), hoy se perfila el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue; en el Partido Socialista circulan varios nombres, entre ellos, el senador Insulza, (ya había sido candidato), Oscar Landereche, Máximo Pacheco y, posiblemente, Fernando Atria; en el Frente Amplio suenan los nombres de Beatriz Sánchez, y por què no de Jackson y Boric; en la Democracia Cristiana, posiblemente Fuad Chahin.
Convertirse en “ex_ candidato” tampoco es un mal negocio, pues le permite formar parte del “consejo de ancianos”, y ser ex Presidente es aún mejor: tendrá un sueldo millonario de por vida, viáticos injustos y abusivos para un país pobre, además de otras prebendas. Poco importa que su gobierno haya sido pésimo, y su señora lo haya pasado regio, con expresaba Martita Larraechea, esposa de Eduardo Frei Ruiz, o el actual, de Sebastián Piñera.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
11/08/2019
Cesar Gonzalez says:
Me permite discentir, don Rafa?
Hay demasiados puntos en su opinión-articulo que no comparto.
Tomo uno al azar:
Ud. entrega 9 nombres de posibles candidatos a la presidencia del país.
Veamos:
Si calificamos por espectacularidad o mérito, Jadue queda YA descartado. Tiene muchos méritos locales. Salvo que el CC del PC quiera condenarlo a la muerte política…o por la necesidad de canjear aritméticamente algunos votos en una coalición aún indefinida.
Las políticas concertacionistas que precisaban del 5% del PC para gobernar (dejándolo fuera de la mesa hasta constituir la NM) no existen. El paisaje político ha cambiado.
Insulsa es demasiado conocido: al ministro de colonias no lo cotiza ni su propia tienda. Su biografía pesa más que un tanque. La derecha que bien podría hacerlo su candidato, no puede renunciar a nominar a uno de la familia.. UDI-RN, santificado por el Vaticano, el «partido» militar, etc.
Una cosa es haber sido representante de los interesess empresariales y otra la permanencia ideológica del «caballero».
Aunque Insulsa harto lloro por la libertad en Londres del susodicho, no creo sea mérito suficiente para los sectores que tienen la patria potestad del «santito » Capitán General.
Me disculpa que NO me refiera a algunos nombres, salvo Atria que ya demostró su «potencial» alguna vez.
Más me interesan los nombres de Sánchez y Boric.
Sánchez, que sesiona bajo el techo de la Friedrich Stiftung (Fundacion Socialdemócrata alemana) y hace poco
estuvo en Berlin, se le ocurrió la mala idea de bajar a la calle en Santiago y… Ya vemos los resultados.
Fueron las propias mujeres que la insultaron en grado inusitado y feroz.
Parce que las rabias acumuladas contra el FA se descargaban en la Sra. Sanchez: Había transcurrido un mes desde que se iniciaron las protestas de Octubre-Noviembre. Nadie sabía dónde vacacionaba el FA.
Y ahora, la guinda!
… Hasta que Boric, su otro candidato, hizo lo que hizo:
Mientras la inocencia marchaba por las calles y ponía la sangre…
Boric ponía la firma a un (nuevamente por parte del FA) acuerdo (esta vez con carácter de ley) para, a renglón seguido
disculparse y asegurar que fue engañado.
Tonto útil.
Tampoco creo que la UDI-RN le dé cabida en una lista presidencial.
A lo más, en una lista de concejal en Magallanes. Algún municipio perdido en las llanuras donde podrá – paisajes amplios, cielos de arreboles, horizontes ilimitados – ampliar su propia visión política hacia el futuro.
Eso por el momento.