Cientista político: Las condiciones anti-democráticas de la convención constitucional harán fracasar el esfuerzo por una nueva constitución
Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 15 segundos
Las reglas del trabajo constitucional pendientes en Chile y que señalan que este trabajo debe tener la aprobación de dos tercios de los constituyentes, estén presentes o no, son imposibles de cumplir. Además, cada artículo de la constitución debe ser aprobado por el voto favorable de dos tercios de los constituyentes estén presentes o no en la discusión. Estas reglas probablemente crearán las condiciones necesarias para que este grupo de redactores de la constitución se paralice catastróficamente. Todo esto porque será sumamente difícil o prácticamente imposible que los constituyentes avancen en la preparación de su importante trabajo. Dadas las condiciones en que se encuentra el país, la derecha puede con facilidad dominar y controlar a un tercio de los miembros constituyentes y ellos, se opondrán a los deseos de la mayoría y con esta actitud serán capaces de paralizar el trabajo constitucional. Se creará un fenomenal caos y el proceso terminará en un profundo fracaso. El país así, habrá perdido un valioso recurso y tiempo crítico. Todo esto claramente señalará que la minoría todavía manda en Chile.
Este fenómeno de paralización y fracaso del grupo de ciudadanos al tratar de hacer una nueva constitución, ha sido discutido en detalle por la literatura politológica. Por vía de ejemplos, se puede dar el valioso aporte que hizo Alexander Hamilton a este fenómeno en su trabajo número 75 incluido en el magistral libro Los Papeles Federales[i].
Los Papeles Federales fueron escritos por Alexander Hamilton que contó con la colaboración de James Madison y John Jay. Estos autores son los más importantes comentaristas de la constitución estadounidense, documento terminado en 1787. En el paper 75, Hamilton señala textualmente “se ha demostrado en las notas de nuestras investigaciones que toda cláusula que demande más que la mayoría de cualquier cuerpo para adoptar sus resoluciones, tiene la tendencia a hacer fracasar directamente las operaciones del gobierno y en forma indirecta someter la voluntad de la mayoría a la voluntad de la minoría. Esta consideración, parece ser suficiente para determinar nuestra opinión de que la convención ha ido tan lejos en el esfuerzo de asegurar la ventaja en los números en la formulación de tratados que, de otra manera, podrían haber sido logrados o reconciliados ya sea con la actividad realizada por concilios públicos o con una razonable consideración al sentido general de la comunidad. Si dos tercios del total de los miembros es requerido, se dará el caso, muchas veces, que las ausencias de una parte significativa, hará en la práctica, que en verdad lo que se necesita es la unanimidad. La historia de todos los sistemas políticos en donde este principio ha dominado, ha creado una historia de impotencia, perplejidad y desorden. Prueba de todo esto se encuentra en los ejemplos de los Tribunos Romanos, la Dieta Polaca, y los Estados generales de Holanda. Los ejemplos locales de este problema hace que los antecedentes extranjeros sean innecesarios”.
En otras palabras, lo que Hamilton señala es que el requerimiento de los dos tercios es un sistema que termina por transformarse, en lo que para fines y propósitos resulta ser un requisito de unanimidad, lo cual termina siendo práctica antidemocrática total, donde la minoría tiene el control absoluto de la sociedad.
El futuro trabajo constitucional que se piensa hacer en Chile debería estar inspirado en los principios democráticos que el mundo ha logrado conseguir en los últimos 200 años. Estas conquistas democráticas han logrado conseguir que las decisiones importantes de los gobiernos se tomen por mayoría absoluta. Es decir, mitad más uno del grupo de participantes en la decisión. El exigir que la asamblea constituyente tome todas sus decisiones con los dos tercios de sus miembros, estén presentes o no, es ignorar todos los progresos democráticos que el mundo ha hecho en los últimos 200 años.
[i] Alexander Hamilton, James Madison, John Jay The Federalist Papers, Merton Book New American Library, New York, 1961 pg. 453
Fernando Duque Ph. D
Cientista Político
Puerto Montt, 31 de diciembre de 2020
hugo randier says:
Este «científico político» es destacado. El. él mismo, ha asegurado que
Trump hizo grandes inversiones en infraestructuras, etc.
Además él decía, aseguraba y lo calculaba «científiocamente» que
el Trump sería reelegido.. No resultó su «ciuencia» matemática y precisa.
Además este «»científico»» ha ce grandes citas de «inmortales libros de
sus «grandes» estudios de «»ciencias» matematicamente poilíticas.. Oh !
Juan Carlos Gómez Leyton says:
La aberración no son los 2/3 sino que las fuerzas sociales y políticas opositoras a la dominación neoliberal hayan aceptado y legitimando el proceso constitucional establecido por los representantes de esa dominación. Todo lo que se dice hoy se sabía perfectamente desde enero de 2020 y, en vez, de rechazarlo abierta y combativamente a través de la única acción posible en condiciones de pandemia: la abstención electoral en el plebiscito del 25 de octubre 2020, todas las fuerzas sociales opositoras se sumaron al llamado a participar en él, a sabiendas que la CC constituía una trampa. Ahora, la única forma de evitar que esa trampa política funcione, es deslegitimar la elección de los Convencionalistas, a través de la activa movilización social de los sectores trabajadores y populares identificados con la alternativa ANTICAPITALISTA para (1) conseguir el tercio de veto popular, el cual es una tarea muy difícil y compleja, pero no imposible, en un juego electoral dominado por los partidos políticos y las organizaciones civiles proclives a la continuidad de un capitalismo liberal-democrático; y/o (2) impulsar resueltamente la «abstención electoral» con el objeto de deslegitimar ampliamente la elección de los convencionalista. Esta opción debe ser acompañada por una constante, intensa y radical movilización política y social en los territorios y en los espacios públicos e incluso en los locales de votación, es hacer imposible ese proceso electoral espurio para el pueblo rebelde e insurgente de Octubre 2019. Ya se que muchos van saltar y van a considerar que esta opción no es viable. Lo único claro hoy, es el que el camino trazado institucionalmente es inviable para un cambio profundo de las actuales estructuras de dominación en perspectiva de los intereses del pueblo trabajador, de la «plebe», de las y los condenados por el capitalismo. No queda otra cosa que voltear el tablero, o sea, impulsar la rebelión en perspectiva revolucionaria.
Renato Alvarado Vidal says:
La luz al final de este particular túnel nunca existió; el tinglado montado el 15/11/19 está diseñado para ser controlado por la casta política actual. Por esta razón la meta útil y ojalá alcanzable, es lograr el tercio con capacidad de veto y así bloquearles su jugarreta. Lo que sí podemos utilizar es la campaña electoral misma, como medio para impulsar una Asamblea Constituyente Soberana, la cual tendrá que ser impuesta por la misma fuerza que le arrancó al sistema la posibilidad misma de cambiar la Constitución, es decir, por la movilización popular.
Renato Alvarado Vidal
juan cordova says:
El trabajo que se demanda a toda la Oposicion es de ganar el 81% de los elegidos a la Asamblea Contituyente.
En vez de la diatriba y por ende palabras sin un buen cimiento, no tienen gran valor; es culpar a sutano y mengano por no hacer lo que se debe hacer.
Los generales del dia después abundan. Que hacer? es la Pregunta. y la respuesta es simple: CONVENCER A TODOS AQUELLOS QUE NO VOTAN, QUE NO SE HAN INSCRITO, QUE LO HAGAN, Y ASI, ALCANZAR ESE 81% de Asambleístas.
y se ruega no molestar mas, sino A TRABAJAR MIERDAS.
Gino Vallega says:
El trabajo puede que no se paralice porque el 80% no va a estar representado y las dos derechas y su partidocracia de los 30 años van a ser los inspiradores y redactores. Si se llega a 1/3 de independientes dispuestos a no permitir sólo el retoque de guzmán-lagos podría paralizarse y seguiría la misma constitución hasta nuevo aviso.Entonces , la luz en el fondo del tunel está «quemada» y no hay repuesto ?
Felipe Portales says:
Concuerdo con el señor Alvarado. Pero lamentablemente los partidos que no suscribieron el funesto acuerdo del 15 de noviembre -PC, PH, Comunes, etc.-
no están cuestionando el fraude diseñado. Se han contentado con señalar que «no están de acuerdo» con el quórum de los dos tercios; pero no lo encuentran antidemocrático, como lo que es. De tal modo, se contentaron hace varias semanas con presentar un proyecto de Reforma Constitucional para cambiarlo por uno mayoritario; pero que luego de ser «violentamente» rechazado por las dos derechas y por parte del FA, simplemente lo olvidaron y ya no han hablado más del tema, ni menos están planteando un cuestionamiento al carácter antidemocrático que dicho quórum le confiere al actual «proceso constituyente». Es decir, que no puede pensarse en una Constitución democrática futura si la mayoría de la Convención está impedida de aprobarla. Algo, por lo demás, de lógica elemental. 66 no es lo mismo que 34.
Renato Alvarado Vidal says:
Una vez más el profesor Duque acierta plenamente y aporta evidencia en su análisis. Si además consideramos que – tal como señala el señor Portales – la centroizquierda es en realidad otra derecha, los interesados en redactar una Constitución solidaria a lo más que podemos aspirar es a lograr tener un tercio de «constitucionales», de modo de poder bloquear los intentos de imponer la continuidad maquillada. La «convención» es una falsa vía, sólo el pueblo soberano – a través de una Asamblea Constituyente – puede dar legitimidad a las nuevas reglas del juego.
Leopoldo Lavín Mujica says:
Tampoco hay que olvidar el nefasto rol del diputado Gabriel Boric en la firma del «Acuerdo» con la ultraderecha neoliberal — a espaldas del pueblo — aquel funesto 15 de noviembre de 2019. Boric, así sustituye a la vieja guardia concertacionista y asume función de consensuador con la derecha oligarca sin realizar consultas a sus orgánicas ni a la ciudadanía. Además se abstiene de votar contra leyes represivas de Piñera.
Felipe Portales says:
¡Excelente cita de Hamilton! ¡Debiese comunicarse lo más posible para que todos comprendamos lo aberrante del quórum de los dos tercios!
Sin embargo, el articulista se equivoca al creer que en el caso chileno dicho quórum provocará un fracaso de la Convención. Ello sería si la «centro-izquierda chilena» (como lo fue en el caso de Bolivia), fuese efectivamente tal y no se hubiese convertido en la práctica en una nueva derecha. Desgraciadamente los últimos 30 años nos demuestran abrumadoramente todo lo contrario («No son treinta pesos; son treinta años»…). De hecho, TODAS las nuevas leyes aprobadas desde 1989 -¡y la propia Constitución actual aprobada exultantemente en 2005 como una «Constitución democrática que representa a todos los chilenos», al decir de Lagos- han sido aprobadas consensualmente por la Concertación y la «derecha»; ¡independientemente que desde 2000 la Concertación contó con mayoría parlamentaria propia! No hay que ser muy perspicaz para darse cuenta que precisamente para seguir disfrazando su derechismo es que la ex Concertación concordó el quórum de dos tercios y así verse «obligada» a consensuar nuevamente el texto constitucional con la derecha tradicional.
Entonces, con el quórum de los dos tercios fracasará la creación de una nueva Constitución; pero tendrá éxito la creación de una «nueva» Constitución…
Germán Westphal says:
Fracaso? De qué fracaso se habla, por favor! La suerte está echada! Los 2/3 ganan por definición y esto es bien sabido desde el mismo 15/N! Y como si ello fuera poco, todo lo que se acuerde en virtud del quorum de los 2/3 será sometido al plebiscito de salida con voto obligatorio, con el pueblo soberano de Chile obligado a decidir si se queda con la Constitución actual o la que engendre la Convención Constitucional —una decisión que condenará al país, con todos sus efectos políticos, sociales, culturales y económicos, por generaciones, si es que no per saecula seculorum o hasta cuando resucite el loro!
N.B. Si hay algo que reconocer es que los próceres del 15/N superaron con creces a Jaimito Guzmán en el diseño e implementación del tinglado conocido com «Acuerdo por La Paz social y la Nueva Constitución»! Feliz 2021!
Germán Westphal says:
Vaya descubrimiento!