Crónicas de un país anormal

El atentado de El Paso y Trump, el ideólogo del odio racial

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El Paso se encuentra a poca distancia de la ciudad Juárez, (México), la primera ciudad presumía de ser la más segura de Estados Unidos, en tanto que la mexicana, Juárez, es famosa por  ser uno de los baluartes del crimen del narcotráfico.

 

El sábado, 3 de agosto, era un día especial para las tiendas Walmart : se venderían productos escolares a bajo precio, a pocos días de iniciarse el año académico. Hacia las 10:00 AM la tienda se encontraba repleta de gente, entre mexicanos y habitantes de El Paso. A las 10:35 irrumpió el pistolero, un joven blanco quien disparó a mansalva, con un arma de repetición. El asesino había viajado nueve horas desde Dallas a El Paso. Una vez de haber asesinado a 20 personas  y herido a 26, Patrick Crusuis, de 21 años, fue  tomado preso, y se le descubrió un manifiesto en que expresaba su odio por los mexicanos.

 

Donald Trump es considerado el líder del racismo, el sexismo y la xenofobia, y desde que proclamó su candidatura a la presidencia de Estados Unidos trató a los mexicanos de violadores y asesinos. También hablaba de que los haitianos y los salvadoreños venían de hoyos de mierda. (Su propio abogado lo acusó  de racista, sinvergüenza y criminal y agravaba su prontuario al destinar dinero a comprar el silencio de sus amantes).

 

En el combate entre nazis supremacistas blancos y antifascistas Trump se empeñó en defender la igualdad moral entre ambos grupos, y desde que detenta el poder las manifestaciones racistas han aumentado, y el Ku Klux Klan actúa en perfecta impunidad, incluso, su líder, David Duke, pretendió convertirse en el candidato republicano a la presidencia del país, pero no fue aceptado por los líderes del Partido.




 

Donald Trump, en algunas de sus últimas declaraciones, se permitió proponer a las cinco diputadas demócratas, de ascendencia extranjera, que si no les gustaba Estados Unidos volvieran a sus países de origen.

 

En la conferencia de Prensa con respecto a los últimos atentados de El Paso y Dayton, (Ohio), Trump, hipócritamente, rechazó los atentados racistas, atribuyéndolos  a “lobos solitarios y enfermos mentales”, incluso, condenó los juegos violentos por internet, pero no dijo una sola palabra sobre la facilidad con la cual los norteamericanos podían acceder a la compra de armas.

 

La segunda Enmienda de la Carta de la Unión es un ejemplo de cómo un propósito loable puede convertirse en un mal: James Madison propuso la Enmienda basado en el peligro de militarismo, que veían los padres fundadores, por consiguiente, los ciudadanos deberían contar con armas para defenderse contra el peligro de instalación de totalitarismos militares; posteriormente esta Enmienda fue convertido en un lucrativo negocio para los comerciantes de armas. La Asociación de Rifles ha comprado a la mayoría de los candidatos a la Presidencia de la República, así como a los miembros del Congreso.

 

En Estados Unidos hay más tiendas de armas que cafés Starbucks, y para comprar un arma en Estados Unidos sólo se requiere tener 18 años, (en algunos casos, 21), ser ciudadano norteamericano y/o residente legal, además de llenar un formulario, que es revisado por el FBI. ( Está  prohibido dar a conocer el nombre del comprador de armas  y el número de sus poseedores).

 

Dentro del concierto de las naciones, Estados Unidos es el mayor proveedor de armas per cápita, seguido por Suiza. Los únicos tres países en el mundo, cuyas Constituciones permiten a sus ciudadanos tener armas son Estados Unidos, México y Guatemala. La mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, de Estados Unidos, aprobó un proyecto de ley que limitaba la compra de armas, pero los republicanos tienen retenido en el Senado dicho proyecto.

 

Trump propone a Nancy Pelosi un cambalache, que consiste en aprobar la limitación de la venta de armas, a cambio de que los demócratas aprueben su  proyecto sobre inmigración.     

 

En los últimos once años han muerto 396 personas, víctimas de atentados, y 183 corresponden a niños entre 12 y 17 años de edad. Entre los 20 muertos en El Paso se encuentran ocho ciudadanos mexicanos, y la declaración del Presidente Mexicano y su ministro del Interior – a mi modo de ver – ha sido sumamente débil, y más claros han sido los propósitos  del candidato demócrata Betto O`Rourke, oriundo de El Paso, quien condena explícitamente a Trump por incitar al odio racista y al crimen.

 

La base de apoyo de Trump se encuentra en los blancos, anglosajones y protestantes, que fomentan a los grupos nazis y supremacistas blancos y se protegen en la primera Enmienda para difundir sus propósitos xenófobos, racistas y sexistas.

 

En una encuesta reciente el 51% de los norteamericanos considera a Donald Trump como un individuo racista, y hoy, el clima de enfrentamientos en la sociedad norteamericana ha alcanzado niveles preocupantes: son agredidas, por ejemplo, las señoras que hablen español en lugares públicos. El miedo es la antesala del racismo, y los yanquis blancos temen, no sin razón, de que hacia el año 2050 los latinos sumen  más de cien millones de personas y que el español se convierta en la primera lengua de Estados Unidos.

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

06/08/2019       



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