El día después: ¿qué hacer tras la caída de Piñera?
Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 41 segundos
Ha sido una semana intensa, tanto en los laberintos políticos como en la movilización. El gobierno y toda la clase política ha resuelto a última hora un problema candente de presión popular, como ha sido en retiro de un segundo diez por ciento de los fondos de pensiones. Una crisis que ha dado vuelta al gobierno, esta vez detrás y a merced de los parlamentarios.
En la calle, han vuelto las movilizaciones populares. Decenas de miles cercaron durante varios días de la semana La Moneda al clamor de la renuncia de Sebastián Piñera. No fue un simple deseo, sino una posibilidad comentada durante la semana. Este artículo va un poco más allá. Cruza la línea y se pregunta qué hará el movimiento popular tras la caída de Piñera. Porque el estallido social no ha sido para sacar a un presidente y poner a otro u otra parecida sino para remover a un régimen.
La semana que termina ha marcado con intensidad las características de la crisis que arrastra el régimen capitalista chileno desde octubre de 2019. La burguesía, incapaz de ofrecer una salida unificada al conflicto, terminó echando una palada sobre el cadáver del Gobierno y la Constitución con la aprobación del proyecto piñerista del 2º retiro del 10% de las cuentas previsionales. De otros lados las masas protagonizaron una semana continua de enfrentamiento callejero en el barrio cívico de Santiago dejando a La Moneda a tiro de cañón de la Primera Línea. Y sin embargo seguimos «en tablas», ni el Gobierno cayó —como sonó fuertemente hasta el lunes— ni se ha materializado un nuevo levantamiento popular. Si esto fuese una pelea de box, los púgiles se siguen «estudiando».
Piñera, después de un evidente movimiento en falso concretado en el requerimiento para ante el Tribunal Constitucional (TC) respecto del proyecto opositor para el 2º retiro del 10%, el Gobierno obtuvo una importante victoria a lo Pirro. El movimiento fue bastante simple. La abstención de 5 senadores de Chile Vamos, hizo caer el miércoles pasado el proyecto de Pamela Jiles proveniente de la Cámara de Diputados. Minutos después —con votos de la ex Nueva Mayoría y el Frente Amplio— el mismo Senado aprueba el proyecto gubernamental que a estas alturas era idéntico al opositor con la diferencia de que sobre ciertos tramos se vería afecto al impuesto a la renta.
Procedimentalmente resultó aprobado el proyecto de Piñera salvándose la constitucionalidad del retiro, atento a que el requerimiento ante el TC contra el proyecto opositor se basaba precisamente en la defensa de la iniciativa presidencial. Mirado jurídicamente se impuso La Moneda. Sin embargo, a pesar de esta gambeta el retiro del 10% concretado políticamente, es el resultado de una acción opositora del Congreso, que fue en definitiva el que definió la salida a este choque institucional anunciado en domingo pasado. Por lo expresado, el segundo retiro es —más precisamente— un acto del arco político del Acuerdo por la Paz que es el que viene gobernando desde el 15 de noviembre de 2019. En consecuencia, la victoria del ejecutivo no tuvo triunfo del momento que su único efecto fue ratificar el papel subalterno, colaborador, del Presidente de la República en la definición de una medida fundamental para la viabilidad de la campaña electoral en curso y el proceso constituyente.
Siendo el segundo retiro concretado —como decíamos más arriba citando a Pezoa Véliz— una verdadera paletada sobre el Gobierno y la Constitución, no puede negarse que como clase, la burguesía ha salido airosa de este conflicto. En lo inmediato descomprime la presión popular, haciendo previsible una navidad y año nuevo con un cierto dulzor y a mediano plazo, respalda el proceso electoral de momento que fue la institucionalidad la que actuó frente a este problema.
La movilización callejera alcanzó un carácter de clase
Pero las cosas no son tan sencillas. La semana que termina abrió espacio a movilizaciones en el centro de Santiago que materializaron —desde el lunes hasta ayer— enfrentamientos con las FFEE como no se veían desde antes del plebiscito. Lo indicado aún cuanto en volumen no alcanzaron la envergadura pre plebiscitaria, pone a las claras que la borrachera electoral del 80% está llegando a su fin y es evidente que estas movilizaciones tuvieron un efecto directo en la conducta del régimen frente al segundo retiro. La movilización callejera alcanzó un carácter de clase de momento que logró ubicarse como genuina expresión de descontento popular.
Sin embargo, el proceso de movilización abierto enfrenta gigantescos desafíos, todos los cuales apuntan al problema de la dirección política. Las masas no pueden estar indefinidamente en la calle. Tarde o temprano la vida social, las necesidades laborales y familiares, se harán cargo de imponer su rutina y restablecer la cotidianeidad de la vida capitalista. Sin dirección —se ha dicho tantas veces— la energía del movimiento se disipa y termina por desaparecer aún cuando no se despliegue una aplastante derrota sobre campo popular. La crisis del régimen puede perfectamente hacerse crónica y la clase dominante aprovechar tal estado de cosas para ofrecer nuevas respuestas políticas acorde a sus intereses de minoría explotadora. La salida a la crisis abierta el 18 de Octubre es de revolución o contrarrevolución, no hay terceras vías.
En concreto, se hace necesaria la unificación de todas las organizaciones que forman parte de la revuelta. Se hace necesario un gran frente de trabajadores, que exprese la multiplicidad de tendencias que hoy viven en el proceso revolucionario y las proyecte hacia tareas de poder. Es imprescindible superar los particularismos de todo tipo, el llamado territorialismo en su amplia acepción, porque los mismos en este momento son un freno en la necesaria unificación que demanda el proceso.
Lucha sin cuartel contra el Acuerdo por la Paz
Esto no será un simple acto administrativo de centralización de reparticiones públicas. No alcanzará con levantar la manida bandera de la unidad. Se hace necesario un profundo debate programático que ponga como principales cuestiones la lucha sin cuartel en contra del Acuerdo por la Paz y, de otro lado, la necesidad de imponer con la fuerza de la movilización una Asamblea Constituyente apoyada en los órganos de poder del propio movimiento. Estos son los pilares en la formación de una nueva dirección, una dirección que se proponga no la reforma de la democracia burguesa, no la demanda de participación, ni la aspiración posmoderna de una sociedad de derechos. La nueva dirección política debe explícitamente proponerse la expulsión del poder de la burguesía, de la oligarquía de las tres comunas y reivindique la necesidad de un Gobierno de Trabajadores. Esto último es fundamental, esta definición general es la que ayudará a ordenar las tareas prácticas y a mejorar, a profundizar nuestro combate, porque esa nueva dirección política de los explotados será revolucionaria o simplemente no será dirección.
En este punto queremos hacernos cargo de una trascendente discusión. ¿Qué hacemos después de echar a Piñera?, pues bien, estableceremos un Gobierno Provisional. Pero tal Gobierno para ser efectivamente provisional ha de arrebatarle el poder al enemigo de clase.
Un eventual Gobierno de la Presidenta del Senado, Adriana Muñoz o de algún parlamentario famosillo como se especuló esta semana, serviría únicamente para abortar el proceso revolucionario. No es necesario decir lo que haría Muñoz, Jiles o Jadue. Mucho menos lo que haría Lavín, Desbordes u Ossandon. Porque esa gente que si no está en el poder expresa la voluntad política de los poderosos, ya ha dicho claramente que no quieren revolución y que para ellos es estratégico la defensa de la institucionalidad burguesa, como quiera que se nos presentan como encarnación de la sobriedad republicana, taparrabos con que pretenden ocultar su política servil a los intereses de la burguesía.
Echaremos a Piñera sólo en tanto tengamos la capacidad de echar abajo el régimen. Cualquier otra cosa son aventuras palaciegas en que los intereses de los trabajadores como clase, no están comprometidos. Desde las barricadas, desde la primera línea, desde las asambleas populares, desde los cabildos, desde las listas de independientes que asuman estas tareas enfrentando la Convención Constitucional y desde el conjunto de las organizaciones que agrupan a quienes nos hemos alzado en contra del régimen, ha de surgir esa nueva dirección política. Esa es la tarea del momento.
Por Gustavo Burgos
Publicado en El Clarín de Chile con la autorización del autor
JUan rulfo says:
ES URGENTE QUE PIÑERA RENUNCIE , EL GRADO DE DESLEGITIMACION DEL GOBIERNO NO DA PARA MAS , QUIEN PONE LA AGENDA ES EL PODER LEGISLATIVO, LO QUE DA CUENTA QUE EL GOBIERNO DEL 20% , ESTA CAIDO , Y SIN NINGUNA POSIBILIDAD DE SEGUIR ADELANTE , COMETIENDO VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS , Y LO QUE ES MAS SERIE ATENTANDO LA CREDIBILIDAD , ATENTANDO EN CONTRA DE LA NORMATIVA EN LA O ESTALEGISLACION RESPECTO A DONDE Y COMO SE PUEDE PARTICIPAR DEL MERCADO , SEGUN HEMOS SABIDO RESPONSABLEMETE QUE LOS ABUSOS , DE PERSONEROS EN CARGOS DE RESPONSABILIDAD , HAN TOMADO DECISIONES PARA DECIR QUE NO ESTAN REÑIDpEOS CON LO ESTABLECIDO EN LAS LEYES ( SUPER DE PENSIONES , POR EJEMPLO ).
EN EL PLANO DE CARGOS DE MINISTROS , LA TOTALIDAD REPITE SIN RACIOCINIO ALGUNO LO INDICADO POR EL PRESIDENTE DEL 20%..
ES URGENTE QUE RENUNCIE..
Gino Vallega says:
La proposición de diputados del 10 % se fué al agua y el próximo número le dió el premio a Piñera&lacayos ,con la misma proposición pero pagando impuestos : gana el pueblo , dice la gilada , que le cobran por devolverle un puñado de SU plata. En esta ocasión ,como en casi todas las otras , el senado opositor apoya a Piñera para mantenerlo a flote a él y al «sistemita» que lacayos como Insulza , Allende , todos los DC ,etc. luchan arduamente para mantenerlo incólume.Incluso se suma el único senador FA y quedan tooodos «levantando las manitas alegres» con la voltereta.Piñera&L dice : se ha respetado la constitución , exactamente la misma que el 80% de los chilenos ha decidido cambiar ; se les permitirá hacerlo ?La plutoligomilicocracia tiene la palabra y la primera línea se «agarrará» con la línea verde y habrán decenas de apaleados ,gaseados , manadas de presos políticos por los cuales a ningún juez se le moverá una «cana» para aplicar justicia…..QUO VADIS CHILE ?
ramon roman says:
GINO VALLEGA, ¿quo vadis, Chile? Ojalá que a una sociedad nueva, una sociedad en que la nueva constitución no delinie diferentes estratos para apaciguar a las dos derechas y a sus patrones, sino que una constiutición para todos los chilenos. El camino es dificil, harto dificil, pero no imposible . Sr Vallega, pero tenemos que enfrentarnos a la realidad de lo que es la mayoría del pueblo chileno; ¿tiene el pueblo chileno responsabilidad democrática? Es decir, ¿se le puede obligar al pueblo a hacer uso de sus deberes democráticos, o hay que continuar con la forma actual de actuar en democracia? En otras palabras, ¿está la mayoría del pueblo democráticamente adulta para escoger en forma voluntaria a sus representantes, o hay que obligarlos? En la elección de piñera, votación voluntaria, este engendro salió elegido por un poquito más de un cuarto del total de la lista electoral, solamente la mitad de los votantes de la lista electoral votaron, y ahora, para el plebiscito, solamente un 58% del total de la lista electoral votó. Ahora, dígame usted, sr Vallega, ¿qué percentage de los chilenos está pidiendo la renuncia de piñera?
hugo randier says:
Este divertido Burgos tiene tanta fuerzas ocultas que ya tiene en
las cuerdas al Piñera y lo traslada fuera del ring de peleas-
Es un «sabio» garrapateador de sandeces cómicas que él considera
muy importantes, pues «aportan» grandes ideas confusas de su
imaginación excepcional de pensador desocupado….
ramon roman says:
Sr Hugo Randier—¿Y cuál es su opinión de lo que está pasando? ¿Esperar, desde afuera del ring, que los contendientes se saquen la chu cha mienstras usted se burla de uno de los contendiente que se atreve a dar una solución al terminar la pelea? Siempre, pero siempre, van a haber «Valientes» que combaten, sin combatir, con sarcasmos a los que se atreven a interpreter los movimientos sociales, sin mojarse el potito. Si usted leyó la opinión del sr Burgos, lo racional sería que usted escribiera una respuesta al sr Burgos, criticando punto por punto lo que usted considera que no es y no será applicable lo que escribió el sr Burgos, ¿no lo cree uste asi, don Hugo? De lo contrario usted se convierte en un simple TROLL que lo único que aporta a la conversación son hueva das incoherentes.
ramon roman says:
Que quede bien claro, yo no estoy de acuerdo que se eche abajo el gobierno de piñera, por más que este imbécil tenga, de acuerdo a las «encuestas» el apoyo de una minoría. La realidad es esta: La democracia presente en Chile tiene la base de una constitución impuesta por una dictadura militar sangrienta y por una minoría de civiles y que por años de democracia los chilenos en general la han aceptado y aceptado sus reglas, elecciones de representantes a traves de votos de los ciudadanos. Llegó el momento, Octubre del 2019, en que la mayoría de los chilenos dijeron basta y exigieron, de cualquier forma, que esta constitución fuera abolida y que una nueva sociedad saliera de una nueva constitución apoyada y enactada por todos, o la mayoría de los chilenos. Esta exigencia se hizo efectiva con el plebiscito de Noviembre de este año y ahora solamente falta que los chilenos unidos todos hagamos realidad esta nueva constitución. Todo bien hasta ahora, hasta que nuevamente un considerable numero de chilenos están exigiendo que piñera renuncie. Si piñera renuncia, todo está picho, pero si se utiliza la fuerza para sacarlo del poder, luego, ¿qué podemos esperar en el futuro con una nueva constitución si un considerable numero de chilenos salen nuevamente a la calle a pedir la renuncia de un presidente elegido bajo las normas de esta nueva constitución? ¿Es esto un jueguito? ¿O simplemente el concepto de democracia todavía muchos chilenos no lo han adquirido? . Nadie puede negar, nadie, que este siistema actual impuesto por la dictadura es una mierda para la mayoría de los chilenos, pero por todos los años de democracia, después de la dictadura, los chilenos, no todos, han participado en esta seuda democracia, y ahora que temenos la oportunidad de crear una nueva sociedad con una constitución de todos los chilenos, estamos, con lo que está pasando, mostrándole a la minoría fascistoide que no importa que constitución haya, la fuerza es la que manda, y ya lo demostraron con nuestro gobierno el 73 y lo han demostrado otros gobiernos neoliberales en latinoamérica, como el caso de Bolivia. por esto es sumo importante que desde ya, empecemos a demostrar que la democracia es la solución y no la fuerza para echar abajo a los gobiernos que no nos gustan.