El Apruebo arrasa con más del 78% de los votos y abre la puerta a una nueva etapa política en Chile
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Los resultados del plebiscito constitucional han superado todos los pronósticos y abren a estas horas enormes expectativas. Si bien la opción Apruebo se preveía inicialmente ganadora en una proporción en torno al 60 y 70 por ciento, a la hora que se escriben estas líneas los datos oficiales apuntan a casi un 80% por ciento de votos a favor del Apruebo y un escaso 20 por ciento para el Rechazo.
El arrasador resultado ha generado un jolgorio no observado en Chile tras una elección ni parlamentaria ni presidencial. La Plaza Dignidad, el centro de las protestas desde octubre pasado, ha vuelto a llenarse de alegría e ilusiones. Decenas de miles celebraban anoche por el triunfo del Apruebo, el que abre un proceso para la elaboración no solo de una nueva constitución sino para la desinstalación de todo el andamiaje neoliberal que apuntala la constitución levantada por la dictadura cívico militar. Aún más, debiera abrir las puertas a la reformulación del estado chileno, desde uno unitario a una plurinacional, que tiene urgencia, y hacia una discusión de la institucionalidad, gran parte de ella instalada para favorecer al gran capital.
La enorme magnitud del apoyo al cambio constitucional refuerza a la ciudadanía y a las organizaciones sociales. Porque este triunfo es del pueblo y ningún político podrá arrogárselo. Tras meses de lucha en las calles, con 31 muertos, miles de heridos y mutilados el resultado del plebiscito no solo supera todas las proyecciones de las elites y la clase política, sino que le entrega a la ciudadanía la fuerza suficiente para empujar el proceso y lograr presencia y protagonismo en la nueva constitución. Borrar la letra chica de este proceso y avanzar hacia una verdadera asamblea constituyente.
El presidente Sebastián Piñera nuevamente ha expresado su ceguera política ante este proceso. En un breve discurso intenta apropiarse de manera absurda el éxito del plebiscito, en circunstancias que todo el país levantaba en esos momentos cánticos en su repudio. “Piñera, CTM, asesino igual que Pinochet” no solo se cantaba en esas horas en la Plaza Dignidad sino en otras muchas de todo el país. Una alocución, inútil, innecesaria, que complica la escena de corto plazo con un mandatario tan torpe como él.
Algunos resultados vistos de forma parcial expresan con una claridad palmaria la realidad de Chile. La cruda realidad de la desigualdad. Vergüenza da ver los resultados electorales de las comunas de mayores ingresos y riqueza de Santiago. A estas horas, solo La Dehesa, Las Condes y Vitacura registraban abiertos triunfos para el Rechazo, los que transparentan la extrema concentración de la riqueza como legado militar, expresado en la constitución actual, a este puñado de privilegiados civiles. A través de este reverso en votación esta zona, como territorio político delimitado por cercas eléctricas y guardias de seguridad, le comunica al país de manera torpe y también ingenua dónde están los que frenan las demandas sociales. El llamado barrio alto de Santiago es negación, agujero negro, un quiste para los proceso sociales y la identidad nacional, que es sin duda la identidad del pueblo.
Por Paul Walder
Felipe Portales says:
El triunfo del «Apruebo» en las dimensiones que se dio era completamente previsible. En estos mismos comentarios varios dimos cifras de 80%, dado que estaba a la vista que toda la oposición y la mitad de la derecha estaban llamando a votar por; aquel. El problema del fraude preconcebido ahora comienza a acercarse en todas sus dimensiones: Se elegirá próximamente una convención «trucha» en el cual su mayoría estará sujeta a lo que establezca su minoría; en que 34 valdrá lo mismo que 66. Y en la medida en que los sectores que quieren una efectiva democracia sigan «olvidando» el fraude diseñado el 15 de noviembre por las «dos derechas», «estaremos fritos».
Germán Westphal says:
De que estamos fritos, no cabe duda, digan lo que digan «los sectores que quieren [queremos] una efectiva democracia». Lo que ayer se aprobó es una “Convención Constitucional” —una Convención constitucionalmente mandatada a aprobar sus acuerdos por una mayoría mínima de 2/3. En el supuesto que la Convención se rebelara y decidiera aprobar sus acuerdos con un quórum inferior al mandatado, el TC estaría facultado para declarar que dichos acuerdos son inconstitucionales y por ende, nulos. Adicionalmente, también sería posible argumentar que el plebiscito de ayer no sólo aprobó la Convención en cuestión sino que ratificó, por amplia mayoría del pueblo soberano, el mandato constitucional que tiene.
Germán Westphal says:
Ya veremos cómo le va al pueblo en la Convención.
Luis says:
Hay que esperar que la clase política,toda,acepte estos resultados y sa hagan a un lado…..Si no,nos van a engañar al igual que a fines de los ochenta y ha principio de los noventa. El pueblo,las y los trabajadores tienen que estar alerta!? La dictadura del capital sobre el trabajo,no va a soltar por las buenas sus privilegios de clase doiminante!
Saludos a las compañeras y compañeros de Chile. Y como lo dijó el el compañero Allende,en su primer discurso,des pues de haber obtenido el triunfo electoral el cuatro de septiembre de 1970; «Lo dificil empieza ahora». Y ante los cientos de miles de personas que celebrabamos esa noche en la Alameda,el triunfo del Compañero Presidente……
Saludos