Poder y Política

Sergio Grez analiza el 18-O, el fin de la tregua de las barras bravas y agentes infiltrados en el movimiento

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El destacado historiador Sergio Grez en una breve entrevista al canal de televisión Telesur se refirió a la ruptura de la tregua entre las barras bravas, la que se extendía desde el año pasado. Este quiebre levanta, para el historiador, grandes sospechas en cuanto elementos infiltrados.

 



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  1. Felipe Portales says:

    Lo que sí será terrible es que la irresponsable (por decir lo menos) no postergación del plebiscito muy probablemente generará un gigantesco agravamiento de la pandemia en nuestro país. No un «rebrote», porque la verdad es que en ningún momento se ha controlado la epidemia. Todo indica que -desgraciadamente- la campaña comunicacional efectuada por los medios de comunicación, el gobierno, la oposición, los partidos y la generalidad de las instituciones y organizaciones sociales del país producirá una «avalancha» de votantes, con las previsibles consecuencias del caso. ¡Pobre país!

  2. Felipe Portales says:

    ¡Me entendiste mal o me expresé mal! Por cierto que el fraude de los dos tercios será inmodificable y «obligará» (entre comillas, porque la derecha concertacionista no necesita que nadie la «obligue» a seguir haciendo lo que hizo en sus 24 años de gobierno: legitimar, consolidar y perfeccionar el modelo neoliberal. Lo que sí con el quórum de dos tercios querrá seguir engañando a sus bases -como lo hizo en 1989- «justificándose» que se vio obligada a llegar a un consenso con «la derecha») a ambas derechas a consensuar un texto conjunto de preservación básica del modelo, con algunos maquillajes «para la galería». Lo que quise recalcar es que, a la larga, esta Constitución «gatopardista» no va a resolver el problema de fondo que suscitó la rebelión social: el hartazgo con el modelo por lo perjudicial que ha resultado para la gran mayoría de la población. Y en función de la continuación de este hartazgo, el tinglado de las elites podrá durar mucho menos de lo que se piensa.

  3. Felipe Portales says:

    Creo que Germán es excesivamente pesimista. El maquiavélico ardid de las «dos derechas» ha funcionado bien hasta el momento gracias a la obsecuencia de todos los grandes medios de comunicación y de todos los partidos políticos (incluyendo a los que no suscribieron el funesto acuerdo del 15 de noviembre) y de las instituciones y organizaciones sociales más relevantes. Pero una vez que vaya quedando claro el acuerdo de las dos derechas en el seno de la Convención en el sentido de preservar el «modelo chileno», lo más seguro es que más temprano que tarde empiecen a surgir las denuncias de los partidos no derechistas, de los pueblos indígenas y de las organizaciones sociales (sindicales, ecológicas, feministas, de DD. HH., etc.); y empiece a resquebrajarse el tinglado. Además, la capacidad de engaño de nuestras elites no es infinita, como tampoco lo es la credulidad de nuestro pueblo.

    • Germán Westphal says:

      Para que ello ocurra en el seno de la Convención Constitucional, estimado Felipe, el quorum de 2/3 que se le ha impuesto tendría que ser modificado. Esta es la tesis de Carlos Arrúa, el abogado constitucionalista el PC, quien sostiene que “En doctrina, la Convención Constitucional puede cambiar el quórum de los dos tercios porque es el órgano elegido por el pueblo para hacer la nueva Constitución.” Con todo, el mismo Arrúa reconoce «que hay que hacer un camino para persuadir a quienes están por el Apruebo y un nuevo texto constitucional para que la Convención asuma la tarea de modificar el quórum actual» (“La Convención Constitucional puede cambiar el quórum de los dos tercios”, El Siglo, 22/09/2020). En principio, esto sería algo que tal vez se podría implementar cuando la Convención Constitucional dicte su reglamento interno pero el problema es que la aprobación de dicho reglamento requiere precisamente el quorum de 2/3 que se busca modificar. En otros términos la cuestión del quorum de marras parece ser un nudo gordiano que ata todos los acuerdos a que la Convención Constitucional pueda llegar. Por cierto, otra cosa es lo que pueda ocurrir fuera del seno de la Convención Constitucional en términos de un movimiento social
      incontrastable.

  4. Germán Westphal says:

    Por cierto, la refundación institucional que menciona Sergio Grez al final de su entrevista tiene por delante el gran desafío del proceso constitucional que se inicia el domingo 25 de octubre y que impone las siguientes trabas:

    (1) El sistema de elección de los delegados constitucionales que privilegia la representación de los partidos políticos por sobre los representantes independientes de la ciudadanía. Esta es una consecuencia del método D’Hondt que se usa para la elección de diputados y que se usará para elegir a los delegados constitucionales.

    (2) El sistema de distritos electorales para la elección de diputados que también se usará para la elección de los delegados constitucioales genera una aberrante desproporcionalidad entre el número de electores y representantes a elegir. Así, por ejemplo, según ha destacado Patricio Navia, el Distrito 8 (Comunas de Maipú, Estación Central, Cerrillos, Pudahuel, Colina, Lampa, Quilicura y Til Til) escogerá 8 escaños, por lo que cada delegado representará a 182 mil habitantes pero el Distrito 4 (Copiapó y todas las comunas de la Región De Atacama) escogerá 5 escaños, por lo que cada delegado representará a 57 mil habitantes. Esta desproporcionalidad se repite en todo el país y distorsiona gravemente la representación ciudadana.

    (3) El quórum de 2/3 requerido para la aprobación de todos los acuerdos de la Convención Constitucional, sea cual sea su formato —una garantía de la política de los “grandes consensos” entre los conglomerados políticos que han dominado y controlado el quehacer político nacional desde hace 30 años.

    (4) La intangibilidad de los tratados internacionales, incluidos —por definición— los tal llamados “Tratados de Libre Comercio”, piedras angulares para la mantención del sistema neoliberal.

    Estas son las principales trampas del proceso constitucional en cuestión que son o deberían ser bien conocidas pues están implícita o explícitamente especificadas en el tal llamado “Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución” y la Reforma Constitucional y leyes que lo implementan.

    En estas circunstancias es prácticamente imposible que el proceso constitucional en cuestión tenga como resultado la refundación institucional necesaria para superar los graves problemas que menciona Sergio Grez. Con todo, lo que es incluso peor, es que si el referendo de salida termina aprobando una Constitución que no resuelve dichos problemas, las posibilidades de refundación institucional del país quedarán absolutamente bloqueados por generaciones —una cuestión cuya gravedad tendrá que ser cuidadosamene evaluada al moment de votar en dicho referendo.

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