Y que no digan después que no se les dijo
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Hay muchos asuntos que debaten actualmente entre ellos una vez más por el salario mínimo.
No hay duda que en cada ocasión que esta justa demanda se hace visible queda en evidencia la fuerte presencia y presión de los grupos económicos con sus aliados en el parlamento.
Esa defensa precaria donde la derecha grita que un aumento del salario se convertirá en algo así como una pandemia. Se escudan detrás de las pymes que son las que mejores salarios pagan, los salarios mínimos son los dogmas de las grandes empresas del retail, esta cantinela se repite una y otra vez.
Dice el poeta que el hombre que inventó la caridad inventó al pobre y le dio pan, y tiene absoluta razón.
No es posible salir de la pobreza con el actual salario mínimo, unos cuantos precarios pesos en los bolsillos a fin de mes es seguir entrando al sueño con hambre.
Fundación SOL insiste con toda razón que lo justo para un ingreso mínimo es de $ 450.000 líquido para un grupo familiar de cuatro personas, lo que necesitaría un ingreso bruto de $ 554.000. El salario actual bruto es de 320.000 lo que lo hace líquido en $ 260.000, inaceptable.
En Chile no existe el salario mínimo, es uno miserable, y aquello es la condena para millones de grupos familiares que tienen que pagar arriendo porque en este país hay un déficit de miles de habitaciones. Con un ingreso mínimo no hay absoluta posibilidad de ahorro para postular a una vivienda. Miles de chilenos con el subsidio en la mano buscan una habitación que es imposible cancelar, entonces habrá que buscar alternativas diferentes, aunque a la Cámara Chilena de la Construcción le duela.
Miguel Lawner, Premio Nacional de Arquitectura 2019, manifiesta que las condiciones de las habitaciones para los sectores más pobres es agresiva y permanente en el tiempo. Bajos de Mena en la comuna de Puente Alto constituye un “asentamiento ignominioso”. Departamentos con 40 metros cuadrados, sin áreas verdes, precarios sistemas de transporte.
Allí nació Anthony hace 16 años, el adolecente que fue lanzado a las aguas del rio Mapocho por carabineros sin prestarle la ayuda que era fundamental para salvar su vida. Es por aquello que condenar las manifestaciones en la Plaza de la Dignidad se convierte en insultos de una oposición que abandonó la poca decencia e impunidad que han pactado con la derecha.
No es sostenible que el ingreso básico signifique la permanencia de miles de grupos familiares bajo la línea de la pobreza. La pandemia dejó en evidencia en miles de personas la fragilidad de la vida bajo el actual modelo neoliberal.
Adam Smith quien es la luz de la derecha, para economistas y presidentes como Piñera, les envió en su biblia “La riqueza de las naciones” un pequeño mensaje: que la persona que gana menos debe con ese monto satisfacer sus necesidades básicas y las de su familia. Eso en Chile no sucede, Smith/Friedman son los dueños de algunas manzanas que rodean La Moneda.
Hay que pagar el agua a las empresas que controlan la llave, este vital elemento está en manos de la empresa privada, la misma que dejó a la ciudad de Osorno entera sin agua por dos semanas. Aguas Andinas una de las empresas que financiaba candidaturas de los personajillos de la derecha al parlamento, controla una enorme parte del vital elemento en Santiago..
Hay que pagar la luz a los que intentaron vender medidores a los usuarios para que ellos los descuenten de sus contabilidades, convirtiendo en un enorme fraude/negocio.
Hay que comprar la ropa para que los hijos vayan al colegio y los cuadernos y el pasaje en el transporte de mala calidad, eso es una salida del salario mínimo y ya queda menos.
El listado de necesidades de los pobres es muy largo y así viviendo eternamente cuesta arriba se hace imposible. Al parecer inevitablemente habrá que dar otro sentido a la esperanza e instalar nuevas y viejas ropas a la utopía. Al parecer lentamente se volverá a la normalidad y todos aquellos que ya aprendieron en la calle y los que también se sumarán se convertirán en los verdaderos actores del país.
Hay que hacerlo por Gatica, por Campillay por las decenas de muertos que dejó Piñera y sus secuaces.
Chile tiene una policía desbordada y corrupta que siempre actúa de manera independiente vulnerando normas aceptadas internacionalmente. Ministros de la antigua concertación han afirmado que un alto mando cuestionado por contraloría por falta de criterio y la otra mitad a la espera del juicio por haber asaltado dineros fiscales por más de treinta millones de dólares.
Todos los gobiernos desde 1990 les entregaron patente de corso.
Pero el asunto es el salario mínimo.
En el actual momento que vive Chile y donde se discuten asuntos que les interesan a todos los trabajadores, las centrales de trabajadores brillan por su ausencia. Se confirma el abandono de los trabajadores. En este cuadro no queda duda que se volverá a la calle con mayor razón, sencillamente porque el salario mínimo será un asunto fundamental.
Por Pablo Varas
Gino Vallega says:
El que las grandes mineras , las madereras , los multi millonarios , las siete familias dueñas del mar , las grandes empresas y empresarios , PAGARAN IMPUESTOS como se debe , ayudaría ? Claro que sí , entonces , por ahí hay un gajo que ayudaría a la falencia de los «sueldos mínimos» que NO ALCANZAN para una «vida mínima». Que no se oye ? El pueblo lo está gritando MUY FUERTE en las calles y se oye perfectamente : el que los políticos ,
plutócratas , aristócratas , aváricos se hagan los lésicos , es otro cuéntico. Los gobiernos elegidos por el pueblo se deben al pueblo y deben servirlo.
JUan rulfo says:
JOVENES VALIENTES Y CON CONCIENCIA SOCIAL….CHILE CAMBIO CONO UN USTEDES , YA NUNCA MAS POLITICOS SINVERGUENZAS Y VENDIDOS