Chile y la repulsiva desigualdad ante la ley
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Indignante resulta ver en distintos lugares del país al gremio de camioneros interrumpiendo el libre tránsito de los ciudadanos, ante la pasividad del gobierno que en otras ocasiones reacciona al instante, invocando muchas veces la Ley de Seguridad Interior del Estado, cuando se trata de protestas de estudiantes, trabajadores, pueblos originarios, organizaciones de Derechos Humanos o pobladores que se manifiestan en la calles.
Desde hace tiempo hemos sido testigos, cuando no víctimas, de la fuerza represiva con que Carabineros disuelve cualquier manifestación ciudadana que, circunstancialmente, ocupa lugares públicos en cualquier ciudad de Chile. El día jueves 27 de agosto, en cambio, desde temprano, el gremio de camioneros ha ocupado diversos puntos estratégicos de las carreteras del país, luego de haber presionado al gobierno y al parlamento para que acelere la tramitación de varias leyes que a ellos, en particular, les interesa su inmediata promulgación.
La diferencia de trato que la autoridad de gobierno, en especial el Ministro del Interior, le confiere al paro de camioneros, es diametralmente opuesta a la que recibe el ciudadano común en su intento por visibilizar sus demandas ante la autoridad. Cuando los subvertores del orden público son empresarios camioneros (que de forma prepotente y al estilo de tiempos pasados, cuando financiados por la agencia de espionaje de Estados Unidos, se confabularon, con otros sectores de la derecha chilena, para producir el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973) el Ministro dialoga con ellos y no ordena desalojos ni tampoco parece preocuparle el restablecimiento del orden público, como en otros casos.
Descubrimos ahora -«con sorpresa»- que la interrupción del libre transito de los chilenos constituye «una protesta pacífica y legítima», a decir del Ministro del Interior. Muy distinto al trato que habitualmente se da a los manifestantes que no son adherentes del gobierno del empresariado. Entonces las declaraciones, desde el mismo Presidente y, en general, de todos los ministros de su gobierno, se vuelven virulentas, acusando a los manifestantes de terroristas, violentistas y toda una batería de epítetos ofensivos y descalificadores, sumada a amenazas de la aplicación de ley antiterrorista, además de otras penas del infierno. En el caso de los camioneros, en cambio, ante el hecho de paralizar el país, cortar el abastecimiento de alimentos para los ciudadanos de Chile, «hacer crujir la economía», resulta que eso no altera ni el orden público, ni se atemoriza a la ciudadanía y, lo que es peor aún, «el valor sagrado del orden público y el estado de derecho», no sufren alteraciones. Ni la prepotencia ejercida por el gremio de los camioneros atenta contra la autoriadad, ni las disposiciones legales del normal funcionamiento del país y ni siquiera ofende la dignidad de la patria, cuando la pone de rodillas.
La gente común está cansada de abusos de los poderosos, sean estas autoridades indolentes que viven en el Chile de los privilegiados, o gremios empresariales acostumbrados a pisotear la dignidad de las personas, en la más completa impunidad. El trato discriminatorio de la ley que se aplica de manera draconiana cuando se trata del pobre y de forma completamente distinta cuando se trata de quienes ostentan el poder, hace que estemos habitando un país dicotómico, compuesto por un Chile de pocos privilegiados y una inmensa mayoría que debe sacrificarse para sostener la estructura de la injusticia impuesta a partir del golpe de Estado de 1973.
La situación que estamos viviendo por estos días, pone de nuevo de manifiesto el ejercicio del abuso de los poderosos, acrecienta la sensación de injusticia y hace más urgente que nunca la formación de una nueva arquitectura social,económica y cultural para democratizar el país.
La Nueva Constitución debe ser el punto de partida para la transformación del Chile actual. Una razón más para votar por el Apruebo en el plebiscito y por la Convención Constituyente.
Higinio Delgado Fuentealba.
Alfredo Saavedra says:
Lo que pasa en la Araucanía es una tragicomedia en el sentido que es una obra dramática en la que se mezclan los elementos trágicos y cómicos, aunque también hay lugar para el sarcasmo y la parodia. Los terroristas que se movilizan en vehículos 4X4 perfectamente coordinados por señal radial o telefónica encriptada, quema reiterada de camiones y maquinaria forestal estacionada sin medidas de seguridad mínima, quema de viviendas, corte de caminos, camioneros que circulan con carga a media noche y en algunos con acompañante hasta menores de edad. Todo esto ha sucedido por años, en un territorio que concentra un fuerte contingente policial de carabineros y policía civil provistos de modernos equipos de telecomunicaciones y de interferencia de comunicaciones, drones y aviones con equipos de visión infrarroja y de intercepción de comunicaciones, vehículos blindados además de los consabidos infiltrados de la policía operando en el territorio. Sin contar a las compañías de seguro pagando por los daños, sin investigar y menos sin informar sobre los montos de los seguros pagados, por tipo y a quienes. Y todo esto sin conocer hasta el día de hoy nada de nada sobre quienes en verdad integran la organización terrorista, y sus nexos a nivel regional y nacional. Salvo las operaciones de montaje de carabineros y autoridades civiles , y algunos detenidos mapuches que en ningún reúnen los antecedentes, para ser considerados participes de una organización que opera con la profesionalidad e impunidad que hasta el día de hoy muestran en sus acciones. Como si fuera poco hoy vemos como Sergio Pérez (UDI) y pdte de la CNTC y Víctor Pérez (UDI) Ministro de Interior se coordinan para sostener un paro de camioneros que amenaza la libre circulación y el abastecimiento de la población, en un plano de perfecta armonía. Por decir lo menos es una tragicomedia que puede terminar en un verdadero drama y los responsables de que suceda lo peor son el pdte. de la república, el ministro del interior y el director general de carabineros , por su absoluta incompetencia para poner fin a la inseguridad , encontrar a los verdaderos responsables del terrorismo en la zona y por no dar los pasos para la solución política del problema territorial con los mapuches.
Gino Vallega says:
Visto lo que pasa en la Araucanía , cabe preguntarse hacia donde van , cuales son los próximos pasos , porqué este paro que parece de rechazo al plebiscito , mientras la ciudadanía del lugar vive en el temor razonable de los ataques militares y ahora de milicias civiles al estilo de patria y libertad. Quien defiende la civilidad ? quien busca soluciones ?La zona está en caos.