
Cámara de Diputadas y Diputados respalda a la pesca artesanal y frena los retrocesos impulsados por el Senado
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En una jornada decisiva para la justicia pesquera en Chile, la Cámara de Diputadas y Diputados rechazó las modificaciones introducidas por el Senado al proyecto de ley que redefine el fraccionamiento de las cuotas de captura entre la pesca industrial y artesanal. Con esta votación, se consolida un apoyo transversal al mundo artesanal y se abre paso a la etapa final del trámite legislativo en una comisión mixta.
El proyecto de ley (boletín 17096) busca establecer una nueva fórmula de fraccionamiento de recursos marinos, diferenciada por zonas, porcentajes y con criterios técnico-científicos de sustentabilidad. Las discrepancias que deberán resolverse en la comisión mixta se centran en cinco puntos clave, entre ellos la distribución de la merluza común, la cuota global de reineta, y el mecanismo de subasta para eventuales aumentos en la cuota del jurel.
La disputa por la merluza común: ¿industria o caletas?
Uno de los principales puntos de conflicto es la cuota de merluza común. Mientras el Senado optó por eliminar la propuesta de la Cámara —que asignaba un 70% al sector artesanal y un 30% al industrial—, manteniendo la norma vigente de 60% para la industria y solo 40% para el mundo artesanal, desde el Ejecutivo se desmarcaron tajantemente. “Ese no es un punto razonable”, advirtió el ministro de Economía, Nicolás Grau, quien llamó a rechazar la modificación senatorial y deFraccionafender la propuesta original que beneficiaría directamente a los pescadores entre Coquimbo y Los Lagos.
“Lo que viene en la comisión mixta será decisivo: ahí sabremos quiénes están realmente con la pesca artesanal y quiénes siguen defendiendo el regalo regulatorio que obtuvo la industria gracias a la corrupción de la Ley Longueira”, expresó Hernán Cortés, presidente de CONDEPP y vocero de la Alianza Nacional por la Defensa de la Pesca Artesanal.
Subasta del jurel y cuotas sustentables: otros puntos en disputa
Otro tema crucial es la norma de subasta. Esta permitía que, en caso de aumentos iguales o inferiores al 15% en la cuota global del jurel, ese incremento se subastara íntegramente. Sin embargo, esta medida fue también eliminada por el Senado, pese a que constituía una herramienta clave para asegurar financiamiento estatal sin sacrificar equidad ni sostenibilidad.
La discusión también abarca las cuotas para la zona norte en especies como la anchoveta y la sardina española, y la pesca de reineta, donde se proponía limitar variaciones anuales de cuota a un máximo del 3%, en línea con criterios de rendimiento máximo sostenible.
“Quienes hablan de certidumbre económica deben actuar con responsabilidad fiscal. Asegurar la recaudación del Estado por la vía de las licencias de cuotas de jurel es la forma”, agregó Cortés.
El mar no se vende, se defiende
Con la mayor parte de las pesquerías ya aprobadas, el paso por la comisión mixta se perfila como el capítulo final de una disputa que ha enfrentado a dos modelos: uno basado en la concentración empresarial y la herencia de una legislación profundamente cuestionada, y otro que defiende la soberanía alimentaria, la justicia territorial y el derecho de las comunidades costeras a vivir del mar.
“Estamos a un paso de cerrar una lucha histórica del mundo artesanal por una distribución más justa de los recursos del mar. Pero sabemos que no termina aquí. La tramitación de la nueva Ley de Pesca continúa, y seguiremos trabajando para garantizar que el mar vuelva a ser para las y los chilenos”, afirmó Sara Garrido, presidenta de la Corporación Nacional de Mujeres de la Pesca Artesanal.
Desde la Alianza Nacional por la Defensa de la Pesca Artesanal han confirmado que participarán activamente en el seguimiento de cada sesión de la comisión mixta, decididos a evitar nuevos retrocesos y a asegurar que esta vez la ley esté al servicio de quienes realmente dependen del mar para vivir.