
En Chile no hay libertad de prensa
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Desde hace más de 50 años la libertad de prensa asociada al pluralismo existe en Chile: desapareció el 11 de septiembre de 1973, cuando fue asaltada, atacada y destruida por el fascismo que venía conspirando inducido por el imperio norteamericano y la oligarquía criolla.
El día del golpe de Estado las FF.AA. golpistas iniciaron la demolición de la democracia y la institucionalidad, lo que causó también la caída de los medios de comunicación identificados con los mejores valores de la sociedad chilena, con el pueblo y la clase trabajadora.
Durante los 17 años de terrorismo de Estado hubo miles de asesinatos, desaparición de personas, persecución, tortura y exilio, de todo lo cual poco o nada se supo porque los diarios de la época se limitaban a calificar lo ocurrido como “confusos incidentes”. Publicaciones como Clarín, El Siglo, Puro Chile y Última Hora son solo un recuerdo, porque únicamente circulan a nivel nacional las cadenas de diarios de El Mercurio y Copesa, empresas a las que el régimen pinochetista ayudó para salir de agudos problemas financieros.
La dictadura terminó en 1990, pero sus secuelas permanecen: la libertad de prensa fue acallada para que no se supiera del exterminio del pueblo y del crimen organizado, y no volvió ni ha vuelto a aparecer al cabo de medio siglo. Así lo determina el poder del dinero que en un sistema neoliberal es el único que toma decisiones.
Chile pasó de una dictadura militar a una dictadura de los dueños del dinero, los que alientan la concentración económica y la desigualdad. Con ello también fomentan la desinformación, uno de los tantos graves problemas que enfrenta el día a día de la población. En este país en que faltan oportunidades nadie tiene siquiera la oportunidad de leer un diario independiente.
Todo ello salta hoy a la luz pública luego que una precandidata presidencial de la Izquierda, Jeanette Jara, tuviera la osadía de afirmar que “no considero una dictadura a Cuba. Creo que tiene un sistema democrático diferente al nuestro”.
A raíz de estas palabras el mundo conservador – incluyendo otros candidatos autodenominados progresistas – han saltado en su contra tratando de descalificarla. Le reprochan todo y le dicen que lo peor es que en Cuba no hay libertad de prensa, sintiéndose orgullosos como si Chile fuera un baluarte en tal sentido.
Lo que hay aquí es libertad para que una minoría privilegiada ricachona se dedique a acumular dinero por cualquier medio, lícito o no o a través del lucro o derechamente la corrupción. Eso basta para sustentar empresas supuestamente periodísticas cuyos medios deforman o alteran la realidad en beneficio propio y contra las mayorías, lo que hace de Chile un país desinformado.
Los diarios, radios y canales de televisión evitan términos como igualdad, solidaridad y justicia social. Las grandes mayorías sin recursos solo tienen derecho a enterarse de lo poco que deciden las clases patronales de acuerdo a su conveniencia y a sus intereses.
La desinformación de los chilenos fue denunciada reiteradamente por el periodista Manuel Cabieses Donoso, que fuera director de Punto Final, uno de los tantos medios que dejó de circular en papel – marzo de 2018 – cuando se aproximaba a los 52 años de existencia. PF terminó por carecer de ingresos publicitarios que constituyen la principal vertiente de subsistencia de los medios de comunicación.
Chile es uno de los países en que existe una mayor concentración en la propiedad de los medios por parte de una minoría que se adueñó de todo, porque todo está privatizado. El cacareado pluralismo informativo no está por ninguna parte en la sociedad chilena.
Según Cabieses, “lo que tenemos en Chile es una dictadura del pensamiento único impuesto por el poder del dinero. Esa tiranía ha modelado una cultura conservadora mezquina, que garantiza la sumisión del pueblo al orden capitalista neoliberal. Los gobiernos de la postdictadura se han negado a apoyar a los medios independientes y se han prestado para ahogar el pluralismo de opinión e información”. Esto es, lo escrito hace siete años tiene hoy absoluta vigencia.
En el país hay una ley mordaza encubierta al amparo del Estado. La propiedad privada de los medios de comunicación concentrados en el mismo sector social que tiene la concentración del poder económico no ha hecho otra cosa que echar por los suelos el derecho a la libertad de expresión porque la sociedad chilena recibe un mensaje comunicacional monocorde todo el día y todos los días. Ello genera una opinión pública ideológicamente manipulada, lo que tiene un efecto reflejo en otros derechos esenciales.
En sus primeros meses en La Moneda el actual gobierno convocó a una Comisión contra la Desinformación para hacer frente a la falta de pluralismo, pero la idea – probablemente por presiones interesadas – se diluyó con rapidez. Hoy solo se escucha la bronca voz única neoliberal a causa de lo cual la ciudadanía desinformada votó en contra en los dos procesos constitucionales que estaban destinados a cambiar la Constitución Política.
Si no hay cambios fundamentales, libertad de prensa, libertad de expresión, pluralismo informativo e independencia al emitir opiniones, difícilmente Chile podrá llegar a la recuperación de una democracia plena, y el país continuará atado a un pasado oprobioso.
Hugo Alcayaga Brisso
Valparaíso
Felipe Portales says:
Y lo peor de todo es que fueron los gobiernos de la Concertación los que maquiavélica y solapadamente -entre 1990 y 2010- exterminaron toda la prensa de centro-izquierda a través -fundamentalmente- de la sistemática discriminación del avisaje estatal: «»Fortín Mapocho», «La Epoca», Análisis», «Apsi», «Hoy», «Página Abierta», «La Bicicleta», «Pluma y Pincel», «Rocinante», «Plan B», «La Firme», «Punto Final», «Siete», «Siete + Siete», etc.
La razón oculta: Cómo estos medios no experimentaron la solapada derechización de las cúpulas concertacionistas, esos medios se convertirían en los reales opositores de sus políticas. Y por ello también se contentaron con el incremento gigantesco de la hegemonía «El Mercurio»-Copesa, hasta el día de hoy con Boric, quien por ningún motivo quiere aceptar el fallo de la Justicia española que permitiría la reaparición de «Clarín».
lo ramon roman says:
Primero; el sistema económico que rige a Chile por titantos años es el sistema capitalista. Segundo: toda la economía en este sistema se mueve por la ley de la oferta y la demanda. Tercero; todos los medios de comunicación están incluídos en este sistema capitalista de la oferta y la demanda, es decir, si la oferta de un medio de comunicación, inversión capitalista como cualquier otra inversión, no produce la demanda que se necesita para sobrevivir en un medio competitivo, como son los medios de comunicación, luego, necesariamente esta inversión no puede sobrevivir, a menos que este medio de comunicación tenga ilimitados medios de inversión y que sigan en la competencia sin tener los consumidores necesarios para seguir, pero, simplemente continúan haciendolo como un servicio para la comunidad, aunque a la comunidad les importe un rábano que este medio exista. ¿Me explico? Para terminar, sería muy interesante ver una estadística de cuantos lectores tiene El Clarin diariamente y quisiera saber como se mantiene este «diario del pueblo», para estar sobreviviendo en este sistema capitalista neoliberal. Concluyo: Si, Hay libertad de prensa en Chile, el problema está es que la mayoría de los chilenos , simplemente no quieren leer, ver y escuchar a una prensa alternativa a los medios de comunicación del sistema capitalista, y además el sistema ha desarrollado un OPIO bastante efectivo con los deportes y la televisión para mantener a la mayoría de la gente relativamente tranquila, con algunas salidas de madre, ( permitidas , pero con represion y con algunas duras sanciones), de vez en cuando para que la presión del vapor de los problemas diarios se diluya. Por supuesto, esta es mi humilde opinión.
Patricio Serendero says:
Lo Ramon Roman: Clarín vive en su casi totalidad de las contribuciones gratuitas de quienes escriben artículos de opinión.
Usted por ejemplo escribe comentarios larguísimos. Se ve que le gusta escribir y que se conozca su opinión. Entonces hágalo. Claro, hay que estar dispuesto a trabajar, leer e informarse antes de escribir. Y estar dispuesto a recibir critica. Se anima?
lo ramon roman says:
Sr Serendero, primero, si no le gusta leer los pensamientos, opiniones y análisis de otros, pues no lo haga. Segundo: en vez de criticar mi opinión porque tiene «muchas letras», por lo menos trate de demostrar que lo que escribo son solamente letras y no el análisis de lo que yo creo sucede con, en este caso, los medios de comunicación en Chile. Tercero y último; usted verá, porque sigue sin darse cuenta, que lo que escribió comprueba lo que yo escribí: de que los chilenos, la mayoría, simplemente no leen la prensa alternativa a la prensa capitalista, pero esto no significa que NO HAY LIBERTAD DE PRENSA EN CHILE. LEY ECONÓMICA DEL CAPITALISMO se rige por la oferta y la demanda y Chile, economicamente, esta regido por un extremo capitalismo: el neoliberalismo.
Sr Serendero, usted y otros tienen toda la libertad que quieran de criticarme y NO, NO,NO, me importa un pico si otros leen mis opiniones, lo que yo hago es de alguna manera expresar en forma escrita mis pensamientos y usted y el Clarin tienen toda la libertad de censurarme o no publicar estos comentarios, ya estoy acostumbrado a esto en otros medios de comunicación. La libre expresión capitalista en muchos casos es solamente un mito.
lo ramon roman says:
Sr Serendero, voy a tratar de ser bien breve: Tengo 84 años de edad. Ahora, para el golpe en contra de mi gobierno el 73 , llevaba ya trabajando como 9 años en Socometal, ubicada en Renca, y nuestra celula trabajaba incansablemente para apoyar de cualquier manera, dentro y fuera de Socometal, a nuestro gobierno, Saliamos, infantilmente, a patrullar el centro de Santiago, cundo la CUT lo pedía, para enfrentar a cualquier grupo momio, e incluso hicimos guardia, varias veces, durante la noche en el Canal 9 de tv, Canal en que fuí parte de un programa, A ocho columnas me parece, donde me entrevistaron y donde yo, en una de mi intervensión le pedía a los milicos que apoyaran a nuestro presidente. Con la célula nos quedamos dos días después del golpe cuidando nuestro lugar de trabajo, Socometal, y compañeros del PC nos recomendaron que no siguieramos. Posteriormente, fuí llevado a un regimiento, junto con otros compañeros de trabajo, que nunca más volví a saber de ellos, y yo junto con el hijo menor de Fuentes, el cojo, compañero comunista a cargo del Cordon de la Panamericana Norte y que después fué tirado al mar desde un helicóptero con su estomago abierto por un corvo, los milicos nos soltaron tres horas después del toque de queda. ¿que pretendían con esto? Para terminar, sr Serendero, en este momento de mi existencia, si, si, si, soy pura boca, pero cuando fuí un trabajador joven luché, por mi familia, mi trabajo y mi gobierno, hasta el momento de mi exilio, y no pretendo callarme cuando veo que otros no ven la realidad que los rodea y siguen dandole vuelta a a manivela como si nada pasara. No queda otra que tratar de sacarle el jugo a este sistema por el bien de los chilenos, aunque esta mayoría de chilenos no lo quiera…pero tengo que seguir hasta el último respiro…
ilsita says:
Lástima Hugo que eso no se dará en este sistema, Seguirá igual o peor según el nuevo títere que pongan, y basta ver la basura que son las radios y canales, llenas de gente seudo divertida, pero que se dedican desde la mañana a llenar al pueblo de reguetón- nada más ordinario y grosero, con mercantilización de la mujer-, cumbias y comentarios groseros, o sea la antieducación de ese pueblo que votará. Luego te dicen que ellos piden eso…pero claro, si no les ofrecen sino basura como vivir la vida de futbolistas que tengan aventuras extramatrimoniales, u otras vidas de «famosos» por algo inútil para los países y su desarrollo… Hace 52 años que la universidad de chile fue privada de hacer extensión en las comunas pobres, donde sí la gente llegaba a conocer otras cosas como obras de teatro, ballet, música , conciertos, películas chilenas de calidad, literatura, etc……pero claro le cortaron los brazos y hoy no tiene ni para pagar a sus profesores… Así que seguiremos con radios copadas por las sectas evangélicas anunciando siempre lo peor para los que aspìran a cambios, con locutores y periodistas del sistema pendientes del chisme, de la vida de las personalidades intrascendentes, de los canales o sea aportando 0,0 a la educación de los pobladores de este país al momento de votar y elegir entre la fauna poco variada a ser elegida…y que está satisfecha todo sigas igual en cuanto a medios, tan importantes en sacar de la ceguera en que se mantiene a la querida»chusma»…