
Wall Street se desploma otra vez por tensión comercial entre EE.UU. y China y señales contradictorias de Trump
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La Bolsa de Nueva York cerró este jueves con fuertes pérdidas, arrastrada por la creciente tensión comercial entre Estados Unidos y China y la incertidumbre generada por el errático manejo del presidente Donald Trump respecto a los aranceles.
El índice Dow Jones retrocedió un 2,50 por ciento, mientras que el Nasdaq, de alto componente tecnológico, se desplomó un 4,31 por ciento. Por su parte, el S&P 500, que representa al conjunto del mercado, cayó un 3,46 por ciento, registrando una de sus peores jornadas desde la pandemia.
El mercado reaccionó con nerviosismo tras la sorpresiva decisión de Trump, anunciada el miércoles, de pausar durante 90 días la aplicación de nuevos aranceles. La medida fue vista en un primer momento como un alivio temporal para los mercados y los socios comerciales de EE.UU., pero rápidamente generó mayor incertidumbre. La falta de una estrategia clara y las constantes modificaciones del rumbo han intensificado la desconfianza entre las empresas y los inversionistas.
La nueva pausa arancelaria se produce menos de 24 horas después de que entraran en vigor los gravámenes anunciados previamente. Esta volatilidad, sumada a la escalada de tensiones con China, ha provocado el episodio más agudo de inestabilidad en los mercados financieros desde los primeros días del covid-19.
En paralelo, la Unión Europea evalúa su respuesta a los aranceles estadounidenses. Aunque tenía previsto imponer contraranceles por 21 mil millones de euros (unos 23 mil 250 millones de dólares) sobre productos estadounidenses en represalia por los gravámenes del 25 por ciento al acero y el aluminio, ha optado por esperar.
“Queremos dar una oportunidad a las negociaciones”, afirmó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a través de la red X (antes Twitter). No obstante, advirtió que los contraranceles se restablecerán si no se alcanza un acuerdo satisfactorio.
Durante una reunión de gabinete en la tarde, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, minimizó la caída del mercado. “No veo nada inusual”, declaró. También subrayó que lograr acuerdos comerciales traería mayor certidumbre a la política económica del país.
A pesar del desplome bursátil, los datos macroeconómicos del día mostraron un respiro: los precios al consumo en Estados Unidos cayeron inesperadamente en marzo, lo que podría aliviar las presiones inflacionarias.
Sin embargo, la guerra comercial sigue su curso. En respuesta a los contraranceles de 84 por ciento impuestos por Pekín, Trump elevó aún más las tasas hasta el 145 por ciento. Con China siendo el segundo mayor proveedor de importaciones para Estados Unidos, la medida representa un nuevo punto crítico en una escalada sin precedentes.
Según el Yale Budget Lab, incluso con la reducción de algunos aranceles, la tasa promedio efectiva de derechos de importación en EE.UU. se mantiene en su nivel más alto en más de un siglo. “La rebaja de otros gravámenes apenas ha tenido impacto”, advirtieron los investigadores.
La batalla comercial no sólo refleja un conflicto económico entre potencias, sino que se ha transformado en una fuente persistente de inestabilidad global. Los próximos tres meses, plazo fijado por Trump para redefinir su postura, serán decisivos.
Bastias says:
Donald Trump no tiene seguramente la más mínima idea de quién era Jean Cocteau, pero podría hacer sujo su propósito: « cuando los hechos té sobrepasan finge haberlo organizado». En realidad el presidente USA no tuvo más alternativa que ceder à la presión de los mercados de obligaciones. Y ahora se le viene otro lío. Con araceles fijados por China a 125% los productos USA son simplemente invendibles en China.