El caso de la ministra Jara: cuando poquito poder derechiza
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Para terminar con las AFP, se requieren votos en el Parlamento, y ese mismo pueblo que no quiere AFP eligió parlamentarios pro AFP”, afirmó entre aplausos de la ultraderecha que piensa lo mismo.
Debiera ser expulsada del Partido Comunista.
Una vergüenza ese despliegue de tamaña ignorancia política, si se considera desde el punto de vista de alguien genuinamente de izquierda, cuando no una consideración definitivamente despojada del mínimo análisis de la historia de este país de los últimos años. Y del desconocimiento de cómo se comporta el poder y con qué medios.
Es un aserto definitivamente reaccionario.
Si extrapolamos la opinión de Jara, tendríamos que decir que los pobres son pobres porque les da la gana, los mapuche perseguidos porque les gusta ser pisoteados y las mujeres golpeadas buscan exprofeso al marido golpeador de puro gusto.
Para la militante del glorioso Partido Comunista no existen las condiciones históricas ni materiales que condicionan las opiniones de la personas definitivamente despolitizadas. Ni existe el gigantesco complejo comunicacional y empresarial que crea las opiniones de las personas, las manipula, las orienta y condiciona.
Si se considera que los propios dirigentes del Partido Comunista reconocen su desapego de las “masas”, el abandono de la movilización popular y el alejamiento del pueblo, no espere la ministra Jara que la gente abandonada incluso por su vanguardia vaya a generarse medios de autodefensa en contra de la aplastante maquinaria de control social del sistema.
Ahora resulta que, en palabras de la mejor posicionada de los cuadros del PC en el gobierno, los pobres son pobres porque les da la gana. Le faltó de decir que por flojera endémica. O porque no se levantan más temprano.
Si la gente vota por aquellos que finalmente jugarán en contra de esa misma gente es, entre otras razones porque la izquierda en general, y el Partido Comunista en particular, abandonaron a esa gente y la dejaron a merced de la manipulación y la demagogia tanto de la derecha como de la Concertación y ahora del FA y sus adláteres.
Habrá que informarle a la ministra Jara que el pueblo de Chile, ese que no conoce en absoluto, ha sido objeto de la manipulación y las falsas promesas de todo un sistema político que ha buscado con éxito sostener el actual modelo y perfeccionarlo, durante cincuenta años.
Habrá que sumarle para su conocimiento, que sería la Concertación la que terminó con los medios de comunicación independientes, dejando el campo de la supuesta “opinión pública” en manos de quienes sostuvieron a la dictadura.
Y mostrarle a la compañera que los gobiernos que se dijeron progresistas, incluido el suyo, no han hecho nada para generar medios de comunicación alternativos al dispositivo sistémico como para que la gente tenga a lo menos la opción de otras opiniones e información.
La de la ministra es una opinión reaccionaria, definitivamente.
Es de la misma familia de la que afirma que el pobre es pobre porque quiere, los indios subyugados porque les da la gana y los esclavos no se liberan por comodidad.
Le mando un recado a la “compañera” Jara: las AFP existen porque no ha habido políticos ni políticas con las gónadas suficientes como para hacerles frente.
Que debe buscar el origen de la subsistencia de ese sistema inhumano que está en la base de todo lo demás, en el tipo de salida a la dictadura que se negoció a espaldas de la gente y que fue aceptado a fardo cerrado por la dirigencia de su partido.
Que los sucesivos gobiernos que se dijeron progresistas no solo hicieron nada por cambiar esas y otras cosas, sino que se involucraron ideológicamente en su comprensión, necesidad y justificación.
Que su mismo gobierno se comprometió a terminar con las AFP y solo las fortaleció.
Que echarle la culpa a la gente pobre por la mayoría en el Congreso remite a la responsabilidad de la izquierda, en especial de su propio partido, por no haber sido capaces de haber logrado más y mejores parlamentarios.
¿Es que la gente tuvo algún pito que tocar en esa política electoral? ¿La gente, en algún formato participativo, levantó la mano y opinó?
Destella en este punto la torpeza histórica de los movimientos sociales y sus dirigentes honestos por no entender que las elecciones tal como se conocen, son un logro del pueblo y no una dádiva de los poderosos. Y que dejarles ese coto libre es una absoluta irresponsabilidad.
Es un recurso fácil culpar a la gente abusada, manipulada, abandonada, dejada en manos de las maquinarias de mentir, de estafar, de engañar. Es una ofensa gratuita no exenta de la soberbia propia de los sueldos altos y del buen pasar.
Basurear a la gente como si quisiera pasarlo mal en el quinto final de sus vidas, es una traición a las más elementales ideas revolucionarias. Es incluso contrarias al sentido común.
Es reírse de los ancianos que sobreviven con una miseria, trasformadas sus existencias en un Vía Crucis en el que no advierten ninguna esperanza. Pero que, según la compañera Jara, les gusta así.
La de la ministra Jara es una opinión que toca fondo.
Es una elocuente muestra de que el actual estado de cosas en el país se relaciona con la errática, funámbula y sonámbula conducta política de un partido que luce las huellas centenarias de la lucha en y a favor del pueblo. Ese pueblo que las palabras de una de sus más empingorotadas representantes agreden.
Ese mismo pueblo por el que muchos militantes comunistas han dado sus vidas.
Ricardo Candia Cares
Felipe Portales says:
Que los líderes de la Concertación se «entregaron en cuerpo y alma» a la derecha desde 1989 es algo ya bien sabido y que -entre muchos otros- lo reconoció crudamente en 1997 en un libro su máximo ideólogo, Edgardo Boeninger. Lo terrible fue que el FA y el PC también lo hicieron desde el 15 de noviembre de 2019 aceptando la neutralización de la revuelta maquiavélicamente diseñada por las dos derechas.
jaime norambuena says:
Gran «»escritor» y muy «comprometido»………?