La “doble moral” contamina a la izquierda
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El agudo y recordado escritor uruguayo Eduardo Galeano recurrentemente nos dio ejemplos de la “doble moral” de la derecha para ilustrar la inconsistencia entre lo que predicaban sus exponentes políticos y lo que practicaban realmente. Seguramente este eximio intelectual alcanzó a comprobar que la inconsecuencia entre lo que se dice y se hace también terminó por contaminar al conjunto de la clase política, esto es a diversos referentes de izquierda especialmente cuando llegan a gobernar.
Es un hecho que algunas de las más bulladas revoluciones de América Latina repitieron muchos de los vicios cometidos por las dictaduras o gobiernos derechistas. Mostrando, con ello, un desprecio flagrante por los valores de la democracia, esto es el “gobierno del pueblo, con el pueblo y para el pueblo”. La misma revolución nicaragüense fue considerada como “la más bella revoluciones” del Continente antes que viniera la división, se sucedieran las purgas y la perpetuación en el poder de la actual pareja gobernante.
En el caso chileno lo que se puede constatar en los tres primeros años del gobierno de Boric es el abandono de las principales promesas de su campaña electoral. Nada dice que durante el año que le resta a su administración vayan a desaparecer, por ejemplo, las administradoras de pensiones, se frene la usura de las isapres privadas de salud o que se avance realmente hacia una educación pública, gratuita y de calidad, idea tan enarbolada por los dirigentes estudiantiles y jóvenes diputados de izquierda antes de que los mismos arribaran a La Moneda. Después de producido aquel Estallido Social que les abrió las puertas del poder, aunque ahora muchos de quienes alentaron la revuelta se lamenten de lo ocurrido y hayan terminado repudiando la radical protesta popular al unísono con los políticos de derecha y de la clase empresarial.
Se asume que Boric logró convertirse en candidato presidencial gracias al apoyo de los propios sectores de centro y de derecha nada más que para evitar el triunfo del candidato comunista en las elecciones primarias. Mucho se repite, ahora que el actual mandatario terminó por asumir las banderas del llamado socialismo democrático abandonando los refundacionales postulados de esas numerosas expresiones que dieron curso después al Frente Amplio que ahora se constituye en el otro polo ideológico de su administración.
Lo otro que ha contaminado a la izquierda es la avidez derechista por enriquecerse a costa del poder y del erario fiscal. Apenas iniciado el gobierno de Boric estalló, por ejemplo, el caso Fundaciones en que varios militantes de Frente Amplio y de algunos otros partidos fueron sorprendidos echando al bolsillo de sus organismos de fachada millonarios recursos destinados al desarrollo social del país. En toda una operación que todavía se investiga, pero que ha logrado enviar a la cárcel a varios activistas y funcionarios públicos como presuntos defraudadores. En uno de los escándalos que parece haber superado en cuanto a los montos escamoteados por quienes en los gobiernos anteriores asaltaron las arcas fiscales, recibieron coimas y se hicieron de los fondos de varios municipios del país. Desde donde se está demostrando que es muy fácil corromperse y practicar la doble moral denunciada por Galeano.
Pero hace pocos días vino el broche de oro. Por iniciativa del propio Gobierno, dos de las herederas de Salvador Allende concordaron con el Ministerio de Bienes Nacionales vender al Estado la casa que habitaba el extinto mandatario en el barrio Providencia de la Capital. Una suculenta suma cercana a los mil millones de pesos estuvo a punto de repartirse la hija senadora de Allende y una de sus nietas que funge como Ministra de Defensa. En toda una operación ciertamente visada por asesores presidenciales y altos funcionarios públicos, contraviniendo la Ley que dice explícitamente que tanto los parlamentarios como los ministros tienen prohibido hacer negocios con el Estado. Con lo cual ipso facto debieron cesar en sus cargos cuando se sabe que ambas firmaron esta venta inmobiliaria con el representante respectivo del Estado. Aunque la denuncia, nuevamente hecha por la prensa, los obligara a suspender la operación, apenas minutos antes de recibir del dinero fiscal ya asignado para esta operación y la compra de propiedades, también, del ex presidente Patricio Aylwin.
En Chile, siempre se dice que se corta el hilo de las corrupciones por la parte más débil, por lo que solo la ministra de Bienes Nacionales fue destituida de su cargo, aunque la evidencia indica que desde la cúpula del Gobierno se ideara esta transacción y al menos cinco funcionarios públicos la conocieran y visaran. No hay quien no haya afirmado al respecto que tanto la senadora como a la ministra tenían que haber conocido su incompatibilidad de hacer negocios con el Estado. Pero desde la Moneda solo se ha reconocido haber cometido un error y no un delito como lo fundamentan importantes abogados y expertos constitucionales que han opinado sobre este nuevo desacierto o escándalo oficial.
Más allá de este grave incidente, sería bueno asumir que no es raro que los familiares y parientes de los hombres más ilustres a menudo muestran mucha codicia respecto de lo que fueron sus bienes materiales. Quienes conocieron a Allende dicen que jamás habría consentido con una operación así, sobre todo porque su legado es espiritual o inmaterial, por lo que no necesita de una casa museo para perpetuar su memoria. Con lo cual se ha querido justificar una compra venta que, además, parece abultada en sus montos considerando las características de la propiedad que compartieron el exmandatario y su familia.
Otros destacan cómo en otros casos los herederos de los destacados personajes de la historia ofrecen sus propiedades a objeto de que sean conocidos por el pueblo aquellos lugares en que vivieron y concibieron sus grandes realizaciones. Ocurre esto con políticos, artistas, científicos deportistas y otros que son venerados después de su muerte en todo el mundo. Para colmo, en este caso, se considera que, tanto la senadora como la Ministra, gozan desde hace mucho tiempo de abultados ingresos en un país en que sustentar un alto cargo público es muy lucrativo en consideración a los sueldos o pensiones de la inmensa mayoría.
Hay que confiar en que los despropósitos de nuestra izquierda gobernante no se hereden a las prácticas de quienes continuarán propiciando los valores de la libertad, igualdad y democracia real.
Juan Pablo Cárdenas S.