Un gobierno falto de “chispeza”
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¿Nos debe sorprender que el gobierno actual cometa errores no forzados?
Al parecer no. Son varios y de gravedad variable, pero si bien no existe afán doloso, en la mayoría de los casos, sí se dan descuidos de forma y desconocimiento básicos de la normativa.
No son graves, como los del gobierno Piñera, en el caso de la negociación de “Dominga” o de la compra de empresas marítimas (Exalmar) en medio del litigio marítimo con el Perú, o la compra de tierras indígenas por parte del subsecretario del interior de Piñera, con ventajas informativas de por medio.
Lo que pasa es que en los gobiernos de derecha esas cosas se diluyen de manera conveniente o se dan por normales en este tipo de personajes.
Pero así y todo, el actual gobierno adolece de prolijidad en los procedimientos, como queda evidenciado en el intento de compra de las casas presidenciales de los ex presidentes Allende y Aylwin.
Evidentemente no hay dolo. La iniciativa no parece cuestionable, pues de hecho muchos gobiernos adquieren propiedades de personajes que representan un patrimonio histórico y, en este caso, la iniciativa partió del presidente Boric, no de las respectivas familias herederas, y los montos comprometidos corresponden aproximadamente al valor comercial, con lo que no se puede enjuiciar su transparencia.
El problema es otro: la falta de rigor jurídico procedimental, que ahora abarca a una seguidilla de personas: senadora Allende y asesores; ministra Fernández y asesores; ministra de bienes nacionales y asesores; presidente Boric y asesores.
Es decir, es inconcebible que a este amplio sector de gente, perteneciente a la élite política del país, se le tenga que culpar de ignorancia de una norma constitucional que limita sus facultades de acción. Eso lo podemos ignorar todo el resto de chilenos, pero las autoridades a las que refiere la norma, es injustificable que la pasen por alto.
Como decíamos, la intención puede ser loable, necesaria y deseable, pero los cuidados ( o descuidos) del sacristán pueden matar al señor cura.
La conclusión no puede ser otra que todos actuaron de buena fe, pero bajo el ominoso manto de la ignorancia. Ignorancia inexcusable al tratarse de gente especializada en derecho o con una larga trayectoria en la cosa pública.
Por tanto, la oposición cumplirá con su tarea de llevar el tema al más alto nivel: Tribunal Constitucional, acusación constitucional, etc. Y el gobierno deberá cortar cabezas de asesorías bien pagadas y mal retribuidas en términos de eficacia funcionaria.
La buena publicidad que dio el viaje al Polo Sur del Presidente, quedó irremediablemente desbaratado por este episodio torpe e injustificable.
El éxito o fracaso en política dependen de los detalles, porque nadie guarda, para juzgar una trayectoria completa de realizaciones, una larga memoria. la cosa se sanciona por el día a día, lo que lleva a afirmar que se debe poner más cuidado en esos detalles que, si bien pueden ser puramente formales, pueden llegar a ser fatales.
Hugo Latorre Fuenzalida.