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Las penumbras del alto desarrollo

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Usted que es economista, ¿puede explicarnos qué significa “desarrollo”? ¿Y usted que es sociólogo, podría iluminarnos al respecto? ¿Y los inefables políticos, tienen alguna respuesta? ¿Y los ‘iluminados’ líderes de las tres principales religiones monoteístas poseen claridad ‘divina’ para pontificar sobre este humano tema? Me gustaría conocer la opinión de un filósofo en relación a la pregunta que nos convoca en esta nota, ¿Qué significa ser un país desarrollado? ¿Es bueno? ¿Es malo? ¿No interesa?

Y agrego: ¿qué significa ser un país altamente desarrollado? ¿Es convenientemente bueno para el resto de la humanidad? ¿Qué consecuencias origina ello?

Pero, lo primero es lo primero. Descifremos lo importante. ¿De verdad queremos llegar a ser un país altamente desarrollado?

No conozco trabajos serios de investigación referidos a la temática que se expone en estas primeras líneas. Lo único que conozco está dictado por la realidad, la dura, fría y pragmática realidad que parece ser suficiente argumento para entender al y el “desarrollo”.

El camino o tránsito al desarrollo -en nuestro planeta- recorre obligadamente la invasión y conquista a sangre y fuego de territorios otrora habitados por pueblos carentes de armas sofisticadas, pero dueños de recursos naturales de gran valía. En el siglo XV de nuestra era cristiana explotó en caudales inmensos el afán asesino y ladrón de hacerse dueños de esos territorios de ultramar. Las banderas de la aniquilación y robos sin desparpajo las llevaron algunas monarquías, específicamente la española, la inglesa y la francesa. Los súbditos de los reyes de Portugal, de Holanda y de Bélgica vinieron también armas en ristre.

Así comenzó el “desarrollo” de esos países. Vea usted lo siguiente:

<<En tan sólo dos siglos, el conquistador europeo saqueó a destajo el nuevo continente. Fundó ciudades, levantó puentes y alzó edificios sólo con el propósito de afianzar un dominio en beneficio de la explotación y la ambiciosa intención de apropiarse individualmente de tierras e indios. 

<<Que la intención verdadera radicaba en la apropiación violenta, queda claramente demostrada en la obra de la historiadora y escritora española Carmen Pomés en su libro “Hernán Cortés” (Editorial Atlántida) al afirmar en el Capítulo I de esa obra: 

Corría el mes de noviembre de 1518. El puerto de Santiago de Cuba se hallaba conmovido por un movimiento extraordinarioSeis hermosas embarcaciones se balanceaban en sus aguas. A ellas llegaban multitud de hombres cargados con pesados fardos de provisiones, con arcabuces y ballestas en gran cantidad, con cajones llenos de cuentas de vidrio, cascabeles, espejos, pendientes, lazos y collares, hachas de hierro pañuelos de colores y un sin fin de pequeñas bagatelas de las que se usaban para embaucar a los indios de América en la época de la conquista. Viendo estos preparativos y la infinidad de soldados bien pertrechados que conducían a bordo a bastantes caballos, se pensaría, sin temor a equivocarse, que alguna expedición guerrera iba a partir en pos de nuevas aventuras. Y así era, en efecto””.

Más adelante, la autora agrega un dato interesante que grafica cuán cierta era la ambición española. 

“”El capitán don Hernán Cortés había sido designado por don Diego Velásquez, que era el gobernador de Cuba, para dirigir una expedición a la vecina costa de Yucatán, en busca, se decía, de seis hombres que habían quedado prisioneros de los indios durante la fracasada expedición capitaneada por Grijalba. Oficialmente, ese era el motivo del viaje; pero bien se sabía que Hernán Cortés y los que le acompañaban a tan arriesgada empresa, iban sedientos de conquistar nuevos y desconocidos territorios –en los que abundaba el oro, según se aseguraba- que poder ofrecer a la Muy Católica Majestad el Rey de España, Carlos V””. 

<<Actualmente, instituciones que dedican sus esfuerzos a proteger los derechos de las etnias americanas originarias, calculan en MIL OCHOCIENTOS BILLONES DE DÓLARES AMERICANOS (mil ochocientos millones de millones de dólares) el valor del oro, plata y otros metales transportados a la Península Ibérica y a las Islas Británicas. Dinero indo-americano que el primer mundo usó tanto para amarrar a los habitantes de este novel continente con préstamos impagables conducentes a un nuevo estilo de dependencia, como para financiar y hacer posible el desarrollo global de los países europeos. Cinco siglos lleva el primer mundo utilizando ese tesoro que no le pertenece, quinientos años en los cuales ningún país desarrollado, nunca, ha pagado intereses por aquel botín usurpado a sus verdaderos dueños, a los que, por el contrario, ahogan con exigencias económicas rayanas en el cinismo que heredaron de sus antepasados conquistadores>> (De la obra “El Centrinaje, marca indeleble de la idiosincrasia chilena”, de Arturo Alejandro Muñoz). 

En fin, así comenzó el mentado ‘desarrollo’ de algunos países hoy poderosos y ‘ejemplos’ de esfuerzo, tesón y trabajo’.

Luego llegaron nuevos ejemplos al respecto. Los imperios europeos y el naciente imperio estadounidense (hijo predilecto del imperio inglés) extendieron sus “esfuerzos” conquistando a sangre y fuego más y más territorios. India, China, naciones africanas, indonesias, americanas…fueron cayendo bajo sus férulas para servir, principalmente, como nutrientes de recursos naturales para la industrialización de esas potencias.

La ambición sin fronteras de los EEUU es suficiente ejemplo para demostrar todo lo dicho en cuanto a lo que ocurrido en estos últimos doscientos años. Pase y lea, por favor.

Es una ruta manchada de sangre inocente, de tejidos humanos deshilachados a fuerza de masacres ordenadas desde Washington, y de gritos libertarios apagados por el ruido de la metralla y del cañón…todo ello administrado por los norteamericanos, ejecutado por los norteamericanos y en beneficio exclusivo de los norteamericanos.

Año 1846: el estado mexicano de Tejas (Texas) solicita el apoyo del gobierno y del ejército de EEUU para independizarse de México y, luego, anexarse al país norteño. Desde Washington se ordena el apoyo con dinero, soldados y armas a la solicitud de los tejanos que, en un porcentaje significativo, eran ‘gringos’ asentados en ese estado mexicano.

Año 1848: El Tratado de Guadalupe Hidalgo, firmado entre México y los Estados Unidos el 2 de febrero de 1848, al final de la Guerra de Intervención Estadounidense, estableció que México cedería casi la mitad de su territorio, que comprendía la totalidad de lo que hoy son los estados de California, Arizona, Nevada y Utah y parte de Colorado, Nuevo México y Wyoming.

En 1898: Estados Unidos declara la guerra a España e invade las dos últimas posesiones coloniales hispanas: Filipinas y Cuba. Independizadas ambas de la corona europea, pasan a ser verdaderos “estados cautivos” dirigidos por los gobernantes sitos en Washington.

Año 1934: El presidente cubano Ramón Grau San Martín fue derrocado por un golpe de estado urdido por el entonces coronel Fulgencio Batista y por el Embajador norteamericano en La Habana, Jefferson Caffery. Gracias a ese cuartelazo y al automático reconocimiento de la Casa Blanca, fue impuesto como presidente de la República de Cuba el coronel Carlos Mendieta (1934-1937). A pesar de que durante su mandato formalmente se anuló la Enmienda Platt, Mendieta firmó el Tratado que le posibilitaba a Estados Unidos mantener de manera indefinida la ocupación militar estadounidense del territorio cubano donde aún está enclavada la mal llamada “Base Naval de Guantánamo”.

Año 1944: Unidades de la Marina de Guerra estadounidense bloquean el puerto de Buenos Aires con el propósito de obligar al gobierno surgido de la contradictoria Revolución militar de 1943 (en el que ocupaba prominentes posiciones el entonces coronel Juan Domingo Perón), a romper sus relaciones diplomáticas y a declararle la guerra a las potencias integrantes del Eje Berlín-Roma-Tokio. El bloqueo se levantó cuando el Jefe de la Junta Militar argentino, general Pedro Ramírez, decidió romper sus relaciones diplomáticas con Alemania, Italia y Japón.

1944-45, Nicaragua: Paralelamente, y en contubernio con el Embajador norteamericano en Managua, Arthur Bliss Lane, el general Anastasio Somoza García, entonces Jefe de la Guardia Nacional formada por Estados Unidos, ordenó el asesinato de Augusto César Sandino y la sanguinaria destrucción de la cooperativa sandinista de Wililí. Nicaragua era ya, sin lugar a duda ninguna, territorio ocupado y explotado por el capitalismo norteamericano a través de las armas y de la imposición de u dictador colocado allí por la gente de Washington.

1948: El presidente Truman envía la primera misión de entrenamiento militar a El Salvador.

1950: El plan Ajax (norteamericano, por cierto) permite el derrocamiento del presidente Mussadegh de Irán.

En 1950-1953: Dwigth Eisenhower, presidente de USA, interviene en la guerra entre Corea del Norte y Corea del Su con el propósito de “evitar la propagación del comunismo en Asia” (lo que, obviamente, nunca logró).

1953-1954: El presidente Eisenhower aprueba y ejecuta la operación P.B. Success para derrocar el presidente Jacobo Arbenz de la República de Guatemala.

En 1959 hasta 1975: Eisenhower, Kennedy, Johnson , Ford y Nixon, invirtieron miles de miles de millones de dólares en armas, soldados y tecnología para derrotar a Vietnam del Norte y al Vietcong en la antigua Indochina. Allí encontraron el fracaso y la tumba, pero asesinaron a más de un millón de vietnamitas con los bombardeos indiscriminados y el uso genocida del NAPALM.

Abril 1961: el gobierno de J.F.Kennedy, junto a exiliados cubanos de extrema derecha y cientos de mercenarios ingleses, norteamericanos y australianos, son derrotados completamente por las fuerzas armadas populares de Cuba en Bahía Cochinos, haciendo fracasar la invasión norteamericana a la isla.

En 1965: se efectúa la invasión de la República Dominicana por los Estados Unidos bajo el nombre de “Operación Power Pack”. La intervención yanqui terminó el año 1966 una vez que Washington comprobó que el gobierno títere impuesto por los intereses norteamericanos estaba firme.

En octubre de 1983: en Grenada, por órdenes de Ronald Reagan fueron masacrados decenas de granadinos. Aquella fue una de las más sangrientas invasiones realizadas por el Imperio norteamericano contra una nación virtualmente indefensa, como las lanzadas antes y después contra Nicaragua, República Dominicana, Panamá, Haití y otros países caribeños, al desplegar la fuerza de más de 6.000 «marines» con apoyo aéreo, naval y terrestre contra una de las más pobres y pequeñas naciones del mundo, utilizando la excusa de proteger las vidas de unos 400 estudiantes estadounidenses que se hallaban en la isla

El 20-12-1989 : los yanquis invaden Panamá con la excusa de atrapar a Noriega y ‘recomponen’ violentamente un cuadro político favorable a USA antes de que se produjese la entrega del canal al pueblo panameño, tal como estaba acordado oficialmente desde hacía décadas.

En 1982, USA junto a Israel invaden El Líbano para, según ellos, combatir a Hezbollah, pero el interés no era otro que dominar toda la zona y apoderarse de las rutas del petróleo.

20 de marzo del 2003, USA junto a sus aliados ingleses, españoles y franceses invade Irak persiguiendo a Sadam Hussein y…obvio, al petróleo.

Año 2010: los capitalistas, militares y políticos norteamericanos obtienen ‘pacíficamente’ el ingreso de sus tropas a territorio sudamericano, específicamente a Colombia, desde donde comenzarán a “crear conflictos internos” en las naciones vecinas para, finalmente, invadir y apoderarse del petróleo y gas natural existente en Venezuela y en la Amazonía brasileña.

Humm…y si usted, estimado lector, es izquierdista-marxista a todo dar, permítame refrescarle la memoria respecto a lo realizado en el siglo veinte por la exUnión Soviética, con sus sangrientas invasiones y apropiaciones en Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Yugoslavia y Rumanía, así como también las invasiones llevadas a cabo por China comunista en variados territorios, como el Tibet.

En esto, ninguna de las actuales potencias hiper desarrolladas está libre de pecado. Ninguna.

Los créditos atados, las imposiciones de gobiernos títeres servidores del conquistador,  las amenazas nucleares contra quienes se opongan a los dictámenes e intereses del poderoso, la expoliación inmisericorde de territorios otrora fértiles, el asesinato de flora y fauna a nivel planetario cuando esas potencias procuran hacerse dueñas del petróleo y el gas, etc., etc., señalan que ellas son “altamente desarrolladas” y esa característica les faculta para arrasar y expoliar lo que se les ocurra en este mundo insanablemente dividido entre “Desarrollados” y el resto del planeta.

¿Eso es “hiper desarrollo”? Vale decir, ¿guerras, invasiones bélicas, sangre, destrucción, robo, expoliaciones, sometimientos?  ¿Eso? No gracias…prefiero no ser ‘desarrollado’ pero feliz, prefiero, en suma, vivir en un país amable, democrático, pacífico y pacifista, con justicia social, culto, amante del arte, respetuoso de la naturaleza y de la vida en general.

Por ello, insisto (ya que corro el riesgo de estar equivocado), quisiera conocer una explicación de “desarrollo” de algunos eminentes filósofos de nuestra actualidad. ¿Los hay? Espero que sí. En ellos confío, ya que el gran Platón sugería que un filósofo era la persona ideal para gobernar porque, por definición, “un filósofo es quien ama la verdad y se ha liberado de los deseos mundanos que corrompen el carácter”,

Quedo atento.

 

 

Arturo Alejandro Muñoz

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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