Chile al Día

 Murales de la esperanza

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La Fundación Julio Guerra, organización social orientada al rescate de la memoria popular y al respeto a los derechos humanos, desde hace algunos años viene implementando una Ruta por la Memoria en la V Región. En este camino de memoria y resistencia concretaron un nuevo proyecto denominado “Murales de la Esperanza”. Dicho proyecto contó con la colaboración de las brigadas muralistas Brigada Memoria Activa y Brigada Ramona Parra de Valparaíso, iniciativa apoyada por la Unidad de Cultura, Memoria y Derechos Humanos de la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de la Región de Valparaíso.

Son tres los murales temáticos realizados en esta oportunidad: dos de ellos fueron plasmados en muros del cementerio N°3 de Playa Ancha, uno en homenaje a las prisioneras y prisioneros políticos y el otro relacionado con las niñas y niños que fueron violentados en sus derechos humanos, encarcelados, torturados, asesinados y desaparecidos. El tercer mural se realizó en el sector de Villa América del cerro Esperanza y es un homenaje a Carmen Gloria Larenas, estudiante de 19 años que fue asesinada por agentes del Estado durante una Jornada de Protesta Nacional el año 1983.

El domingo 15 de diciembre se efectuó la ceremonia oficial de entrega de estos murales a la comunidad porteña por parte de la Fundación Julio Guerra, la Brigada Ramona Parra y la Brigada Memoria Activa, en un acto artístico cultural realizado en el Memorial del Sacerdote Miguel Woodward del Cementerio de Playa Ancha, sacerdote que murió como consecuencia de las torturas sufridas a manos de integrantes de la Armada de Chile quienes, además, sepultaron sus restos clandestinamente en una fosa común de dicho recinto, permaneciendo su cuerpo hasta el día de hoy como detenido desaparecido, pese a las intensas e infructuosas búsquedas realizadas por sus familiares y amigos por encontrarlo.

Pasado el mediodía, María Antonieta Vega dio inicio a esta actividad que contó con la asistencia de alrededor de cien personas, saludando a las autoridades presentes y a los integrantes de las distintas organizaciones y colectivos de derechos humanos presentes en esta ocasión. Posteriormente hizo uso de la palabra Víctor Alarcón, representante de la dirección del cementerio N°3 de Playa Ancha, manifestando que “los sitios de memoria, creo yo, tienen el valor, la importancia, de brindar una suerte de compensación, de confort a los distintos familiares y amigos de los detenidos desaparecidos cuando la justicia fracasa, cuando reina la impunidad. Soy de los convencidos, en lo personal, de que el arte brinda una forma de justicia y les da las herramientas a las personas talentosas de transformar el dolor, la maldad de algunos, en esperanza, en poesía, en arte (…).”

Posteriormente, a nombre de la Fundación Julio Guerra, intervino la compañera Rosa Alfaro, presidenta de dicha organización, expresando lo siguiente:

“Hoy, en el mes de conmemoración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, nos encontramos aquí para rendir un homenaje a los 150 niños y niñas asesinadas, 40 niños y niñas detenidas desaparecidas, 15 mujeres detenidas desaparecidas embarazadas y los niños y niñas que no pudieron nacer porque sus madres fueron brutalmente torturadas. Para rendir un homenaje, también, a los y las sobrevivientes de la prisión política, hombres y mujeres valientes que se enfrentaron a la tiranía más despiadada.

Nuestra Fundación ha trabajado en forma constante en la Ruta de Memoria Rescate de tu Vida y Dignidad, reconstruyendo esta historia dolorosa y violenta causada por la dictadura civil militar fascista, genocida y que no ha sido debidamente enjuiciada. Por eso ahora inauguramos Los Murales de la Esperanza.

Además, insistimos en que debe existir una Ley de Sitios de Memoria, que penalice la vandalización y destrucción de los sitios de memoria para que todo el esfuerzo en mantener esta memoria intacta, sea reconocida como un aporte a no olvidar y a pedir garantías de no repetición.

Agradecemos a quienes nos colaboraron en este proyecto, de mostrar una verdad que exige justicia ante tanta barbarie. Agradecemos a la Municipalidad de Valparaíso, por siempre estar pendiente de nuestros requerimientos, al cementerio y sus trabajadores, a la administración, agradecidas de todos ellos. Agradecidas de ustedes también y de su presencia hoy.

Reciban en este acto el trabajo de nuestros jóvenes muralistas que nos enseñan con su responsabilidad, su alegría, que nada ni nadie está olvidado.”

La música, la poesía y el canto estuvieron presentes en esta ceremonia con la participación de Sergio Aguilera, cantor popular integrante del Trío de la Memoria; Atena Rodó, poeta, cantora popular y muralista, integrante de la Comisión de Derechos Humanos de Valparaíso; Palomo Arriagada, poeta, activista por los derechos humanos y de la diversidad funcional, integrante y miembro de la Casa de Memoria de Valparaíso.

Continuando con el acto, la conductora María Antonieta expresó: “Quiero hacer un espacio para recordar y reconocer a todos esos luchadores que en diciembre de 1984 generaron y organizaron el Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Honor y gloria a los compañeros y compañeras que dieron la vida en esa lucha. En este contexto también mencionar al compañero Mauricio Hernández Norambuena, que hoy día se encuentra encarcelado y fue uno de los gestores, un gran combatiente y exigimos su libertad.”

Espontáneamente las y los asistentes a esta ceremonia comenzaron a corear la consigna ¡Liberar, liberar a Mauricio por Luchar!

Continuando la ceremonia, integrantes de las brigadas muralistas Memoria Activa y Ramona Parra entregaron algunos comentarios relacionados con el trabajo realizado:

“En el marco del mes de los derechos humanos, a solo días de conmemorar 76 años de la Declaración Universal, como Brigada Memoria Activa, junto a la Brigada Ramona Parra de Valparaíso y la Fundación Julio Guerra, hacemos entrega a toda la comunidad de dos nuevos murales por la memoria, en especial a las y los sobrevivientes de la prisión política, a sus familiares, compañeras y compañeros, a los familiares de niños, niñas y adolescentes, ejecutados y detenidos desaparecidos. Los dedicamos también a quienes vivieron la prisión política, a quienes sufrieron la desaparición o asesinato de un hijo o hija, siendo niño o adolescente y que ya no están físicamente con nosotros. También dedicamos nuestro trabajo a quienes en la actualidad viven en la prisión política en nuestro país.”

“Estas obras, de gran formato, fueron ideadas, diseñadas y ejecutadas en colectivo, con absoluta convicción y respeto. Agradecemos la confianza en nuestro trabajo por parte de la Fundación Julio Guerra y saludamos especialmente la disposición, las propuestas y sugerencias del Colectivo de Ex Presas y Presos Políticos de Valparaíso, de la Agrupación de Ex Menores, de la Agrupación de Amigos de Miguel Woodward y de la familia de Carmen Gloria Larenas. Mención especial merecen Francisca y Gustavo Rojas, quienes se contactaron con Haydee Oberreuter y nos enviaron propuestas gráficas.”

“Agradecemos a la Brigada Ramona Parra, cercanos y cercanas, que se hicieron partícipes, verdaderos aliados para enfrentar estos grandes muros. Saludamos la gran disposición y buen trato de la administración del cementerio 3, a la cuadrilla que ayudó a armar andamios y a los encargados del pañol. Nos queda el aprendizaje, mil ideas para otros murales y el desafío de coordinar colaborativamente una Ruta de los Murales de la Memoria ¿Qué significa en un futuro cercano?, por ejemplo, visitas de estudiantes que ojalá puedan escuchar los relatos de primera fuente, complementando así la información respecto de los verdaderos hechos y sus contextos. Sigamos juntos de todas las formas posibles, creando conciencia para que nunca más ocurran violaciones a los derechos humanos en nuestro territorio.”

Por otro lado, compañeros y compañeras de organizaciones presentes en la actividad entregaron saludos e hicieron uso de la palabra. Sergio Yepes, representante de los Ex Presos Políticos de Valparaíso, manifestó en parte de su intervención “los compañeros de las brigadas Ramona Parra y Memoria Activa nos recuerdan los tiempos nuestros, nos llenan de colores, de alegría, de recuerdos, de dolor. Nos entregan una amalgama de sentimientos que a nosotros no nos deja ajenos. No hay perdón, no hay olvido para todo lo que pasó, pero también creemos que es hora de construir un futuro (…) todos queríamos un Chile diferente, un Chile justo, un Chile digno. Una vida diferente, una vida nueva. Para eso nos juntamos, para eso luchamos, para darnos y darles a nuestros hijos, nietos y a los que vinieran, a todas las generaciones, una vida nueva. Pensamos nosotros que eso es lo que tenemos ahora que construir en adelante…”

Posteriormente, a nombre de la Agrupación de ex Menores Víctimas de Prisión Política y Tortura, intervino Viviana Fernández, planteando en parte de su alocución lo siguiente:

“Hoy nos encontramos para honrar y recordar a aquellos compañeros, compañeras que sufrieron injusticias y daños irreparables. Sus vidas truncadas por la violencia representan una herida que con tenacidad debemos reparar, no solo con palabras, sino con acciones concretas que garanticen que su sufrimiento no se repita. Este mural que se inaugura hoy no es solo una obra de arte, es un espacio de memoria viva, un testimonio que trasciende el tiempo y las generaciones. Cada trazo y cada color nos invita a reflexionar sobre el profundo impacto de los abusos cometidos, incluso contra los más inocentes, niños, niñas y adolescentes. Ellos, que deberían haber crecido en un ambiente de amor, de derechos garantizados, fueron víctimas de un régimen que los privó de su infancia y de su libertad, en muchos casos de sus sueños. Tenemos el caso de Sebastián, el hijo de Haydee arrebatado del vientre de su madre en la tortura. (…) Hoy, al mirar este mural, también miramos hacia el futuro, un futuro donde los derechos de la infancia sean inviolables, donde la verdad ilumine cada rincón oscuro de nuestra historia, donde la justicia sea el cimiento de nuestra democracia. Este espacio no solo honra a las víctimas, sino nos desafía a construir un país donde el recuerdo sea motor de cambios y no de olvido. La memoria es una tarea colectiva y con el corazón lleno de esperanza y compromiso seguiremos luchando para que nunca más un niño o una niña tenga que sufrir por la violencia del poder.”

Por su parte, Haydee Oberreuter, consejera del INDH, pidió la palabra entregando un crudo testimonio de la brutalidad de los miembros de la Armada de Chile que participaron en su tortura, arrebatándole a su hijo Sebastián desde su vientre mientras le decían “un terrorista menos”, agregando más adelante en su testimonio “no sé si lo saben, pero a mí, para sacarme a mi hijo me abrieron de pecho púbico con los corvos los marinos”. Respecto al mural inspirado en su caso expresó estar “profundamente conmovida con la iniciativa de tener como símbolo de esperanza a mi Sebastián (…) Una cosa es el aborto como resultado de la tortura, otra cosa es lo que nos sucedió a una cantidad de mujeres que fuimos deliberadamente abortadas (…) esto no me ha pasado solo a mí y agradezco mucho que se diga que esto ha sucedido a muchas otras mujeres, porque somos las mujeres las que llevamos en nuestros vientres a los bebés. Quiero recordarles que un día 15 de diciembre de 1976 la compañera Reinalda Pereira fue detenida y estaba embarazada. Nadie sabe bien si de 5 o 6 meses. Ella fue detenida, brutalmente golpeada, finalmente, después de tanto tormento, fue inyectada con pentotal para terminar de borrar las huellas de lo que habían hecho y quemaron el rostro y sus manos y después de eso la fueron a botar a Cuesta Barriga. Cuando pasen por Cuesta Barriga ríndanle tributo a la compañera Reinalda Pereira, que también era una mujer joven, preciosa y tenía en su vientre su primer hijo (…) No soy solo yo, no es un pez volador solitario, los peces voladores son apatotados, creen en la organización digo yo, andan en lote, nadan, vuelan, se salvan, crecen juntos, son un símbolo de esperanza para nosotros, pero no se olviden, Chile no ha tipificado el delito de aborto forzado en tortura, esa es la pelea en que también estamos.”

Terminado el acto formal en el memorial las y los asistentes se dirigieron hasta los murales pintados en los muros cercanos para escuchar reseñas sobre los mismos entregadas por dos muralistas que participaron en su confección.

Mariana Lazo, coordinadora del trabajo artístico expresó:

“Soy la muralista a cargo del desarrollo de los tres murales que forman parte del proyecto Murales de la Esperanza, proyecto presentado por la Fundación Julio Guerra, pero trabajado en conjunto, por cierto. Soy miembro de la Brigada Memoria Activa y quien está a mi lado es Eduardo Riveros, que es miembro de la Brigada Ramona Parra de Valparaíso. Él leerá una reseña en relación con este mural que está a mis espaldas, que va dedicada a todas y todos quienes sufrieron la prisión política y a quienes todavía hoy día incluso sufren la prisión política en Chile.”

 

Eduardo Riveros, explicando el contenido del primero de los dos murales, manifestó:

“Al centro, abajo, yace una presa política abatida por las sesiones de tortura, al costado, la misma mujer se levanta tras las rejas alzando el puño. Se organiza con otras presas, plasmando con agujas y lanas de colores sus sueños y esperanzas. Abajo, las grandes manos de quien podría ser un preso político y, desde el encierro en la Cárcel Pública de Valparaíso, hace volar sus palomas hechas con lanigrafía. La sola idea de la libertad rompe cadenas. Más de 40.000 personas fueron secuestradas durante la dictadura civil militar, siendo trasladadas a islas, fundos, colegios, oficinas públicas, estadios, comisarías, regimientos, casas, estaciones de trenes, barcos; más de 1.138 lugares fueron habilitados como centros de tortura, campos de concentración, donde agentes del Estado, la DINA, CNI, carabineros, militares y marinos, utilizaron la tortura como práctica sistemática para tratar de destruir la identidad política y sicológica de quienes eran partidarios de la Unidad Popular y que opusieron resistencia, de todo tipo, a las violaciones a los derechos humanos que se cometieron desde el golpe de Estado. Las y los sobrevivientes de la prisión política no tuvieron acceso al libre proceso y hasta el día de hoy cargan con diversos tipos de secuelas, productos de torturas físicas y sicológicas.”

 

 

Alonso Mora, de la Brigada Ramona Parra, da lectura a la reseña del segundo Mural que tiene como protagonista principal el pez volador:

“Cadenetas con siluetas de niños y niñas simbolizando la fragilidad de las infancias arrebatadas, flores del cartel La Felicidad de Chile Comienza por los niños, sin los niños y sus juguetes. Al costado, una prisionera política de Valparaíso, quien, llorando, trata de retener un pez volador que representa su hijo arrancado por acción de sus captores. Según la Comisión Rettig y Valech, 150 niñas, niños y adolescentes, fueron identificados como víctimas de ejecución durante la dictadura civil militar, mientras otros 40 fueron víctimas de desaparición forzada. Por otra parte, 956 niñas, niños y adolescentes sufrieron la prisión política y las torturas, mientras otros 102 estuvieron en las cárceles junto con personas adultas. Además, 15 mujeres embarazadas fueron ejecutadas o desaparecidas y un total de 700 niños, niñas y adolescentes quedaron huérfanos debido a la ejecución y desaparición forzosa de sus padres.”

Mariana relata que el tercer mural del Proyecto Murales de la Esperanza, en homenaje a Carmen Gloria Larenas, se encuentra en la plaza de Villa América del cerro Esperanza, “pero Carmen Gloria está enterrada acá, sus restos se encuentran acá detrás a pocos pasos de estos dos murales plasmados en los muros del cementerio N°3 de Playa Ancha.”

Frente al nicho de la familia Larenas se realiza una pequeña ceremonia, colocando claveles rojos en su jardinera, mientras Mariana lee una pequeña reseña:

“Carmen Gloria Larenas Molina, 19 años, estudiante del Liceo Técnico Femenino de Valparaíso, militante de las Juventudes Comunistas y dirigente juvenil del cerro Esperanza. En la noche del 12 de julio de 1983. Mientras participaba en el sector de Recreo en una marcha durante la tercera Protesta Nacional contra la dictadura, fue asesinada por agentes de la CNI, quienes dispararon ráfagas de metralleta en contra de los manifestantes. Carmen Gloria se destacó por construir organización cultural en el cerro Esperanza, donde nació y creció junto a toda su familia que siempre estuvo comprometida con todas las causas sociales.”

Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 16 diciembre 2024

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