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El gran engaño de la “autorización” norteamericana a Ucrania

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Ya es habitual en las guerras del imperio estadounidense en el mundo entero para asegurar su hegemonía, el que dichas guerras hayan tenido su justificación pública en mentiras flagrantes o explicaciones idiotas. Mentiras y estupideces que la Historia posteriormente se ha encargado de desmentir y desmontar. Actitud que por otra parte nunca ha molestado utilizar a los gobernantes de EEUU. Una norma de su diplomacia. Como si a un imperio le fuese exigido justificar el uso de la fuerza militar cuando ataca otros países.

Rápidamente mencionemos algunas de estas mentiras o disculpas utilizadas para iniciar sus guerras.

La guerra de Corea, iniciada en 1950, tuvo como telón de fondo la liberación del país hecha por los coreanos, país que estaba bajo el yugo japonés desde 1910. Corea había quedado dividida en dos, siendo aquella del Norte gobernada por el gobierno comunista de Kim-il-Sung. El conflicto desatado entre las dos Coreas en una lucha por la unificación, que solo competía resolver a los propios coreanos, y en el contexto de la Guerra Fría de la época entre EEUU y Rusia,  determinó la intervención militar de EEUU para “ayudar” a Corea del Sur. La justificación utilizada en la ocasión fue “defender el mundo libre de la amenaza comunista”, una cantinela utilizada por EEUU en todas sus guerras posteriores. Aunque en los últimos casos de sus guerras del siglo XXI la defensa contra el comunismo ha sido substituida por la “defensa de la democracia y la libertad”.

Otro tanto ocurrió con el incidente del Golfo de Tonquín en 1964 para la invasión estadounidense de Vietnam del Norte con el propósito de también defender Vietnam del Sur de los odiosos comunistas. En dicha oportunidad la disculpa utilizada para la guerra fue un ataque nor-vietnamita a un destructor de EEUU que “patrullaba” esa zona del mar asiático – nunca nadie cuestiona como se hace hasta hoy el porqué deben existir siete flotas marinas de EEUU patrullando los mares del mundo entero -. Se argumentaba que se habían realizado dos ataques al navio Maddox. El segundo nunca fue demostrado. Eso claro no interesaba.

El incidente del Golfo de Tonquin fue suficiente para que el Presidente Lindon Johnson autorizara – como ahora – el ataque al pueblo vietnamita sin una declaración previa de guerra.

La misma forma de justificar la agresión y la guerra fue la acusación al pequeño país caribeño de Granada durante el gobierno de Ronald Reagan en 1983.  Un hecho histórico poco conocido por el hecho de ser considerado aceptable y normal del actuar de EEUU en América Latina desde siempre.  Allí no había incidente alguno. La presencia de tropas cubanas en la isla caribeña a pedido del propio gobierno que proclamaba sacudirse la dominación ejercida por EEUU fue suficiente razón primero para derribar el gobierno democráticamente electo del Dr. Mauricio Bishop quien fue asesinado y la posterior invasión. Según se nos dijo, el accionar de Granada representaba un “grave peligro” a la Seguridad Nacional estadounidense por la influencia comunista que podrían tener desde Cuba. A pesar del absurdo que eso representaba, nadie dijo nada. Tal era y es la profundidad de la dominación ideológica y cultural yanqui en el mundo entero. La valerosa Cuba ha estado décadas también acusada de ser un terrible peligro para la Seguridad Nacional estadounidense. Sin que en ninguno de esos casos se nos explique exactamente en qué consisten dichos peligros. Como no existen no se puede explicar. Cinco mil (5000) marines fueron enviados al pequeño Granada para terminar el trabajo, combatiendo a los soldados cubanos y asesinando a los isleños, terminando así con sus aspiraciones de independencia y soberanía. En el patio trasero no se aceptan independentistas. Ni mucho menos amigos de los comunistas cubanos.

Pero tal vez la más que famosa monumental mentira de las armas de destrucción masiva de Sadam Hussein en Irak sean recordadas hasta hoy por todo el mundo. Y en el caso de la posterior invasión a Libia, el robo de su petroleo ha tenido como justificación la dictadura de Kadafi y la “defensa de la democracia y la libertad del pueblo”. Vaya Ud hoy a Irak o Libia y verá el resultado concreto de esa defensa de la democracia. Pero ya con el petróleo robado a esos países y los fondos de Libia robados en Inglaterra a quien le va a interesar saber lo que pasa allí hoy día. Hasta hoy las tropas inglesas en Libia y norteamericanas en Irak se aseguran el petróleo cobrado como botín de guerra.

Al igual que en Vietnam, el ataque norteamericano a Rusia esta vez se hace sin que exista ninguna declaración previa de guerra contra el país agredido. Por supuesto que no habrá nadie de la Unión Europea ni en Occidente que salga a decirnos que Rusia “tiene el derecho a defenderse”. Lo que graciosamente le atribuyen a Israel en el más que comprobado genocidio actual del pueblo palestino que continua mientras Usted lee estas lineas.

¿En qué consiste el engaño monumental de EEUU esta vez? Veamos.

Los misiles ATACMS que se dice serán usados y que ya han comenzado hace 48 horas a ser lanzados contra territorio de Rusia son de propiedad y fabricación de EEUU. La maquinaria utilizada, esto es, los lanzadores donde se instalan y disparan estos misiles son también de EEUU. El personal que opera estos lanzadores, prepara el lanzamiento y ejecuta los lanzamientos también es exclusivamente personal militar de EEUU. Nadie más, ni el personal militar de Ucrania ni de la NATO tiene el entrenamiento ni los códigos y claves para autorizar y efectuar dichos lanzamientos. Eso constituye secreto militar. Solo personal militar – técnicos especializados – lo puede hacer. La información satelital para establecer las coordenadas de los blancos donde será lanzado un misil, algo simplemente esencial para efectuar un lanzamiento, componente del proceso sin el cual ningún disparo puede ser efectuado, proviene igualmente de satélites de EEUU.  Y por último y decisivo, la decisión de disparar estos misiles contra el territorio de un país que no ha hecho ninguna amenaza ni ninguna acción militar hostil en contra propia, ha sido y ahora reconocido también por parte de EEUU. Decisión esta última que muy probablemente no ha sido hecha por el actual Presidente Joe Biden, dado que su salud mental cognitiva y racionalidad no le permite tomar una decisión de esa importancia. Una decisión que ni más ni menos significa declarar en los hechos la guerra a otro país con el cual oficialmente y hasta el lanzamiento del primer misil “autorizado” no se estaba en guerra ninguna. Con todo lo que implica además una guerra entre las dos mayores potencias atómicas del mundo.

¿Entonces, de qué autorización a Ucrania se habla? 

No hay autorización alguna como dijimos arriba. Ni Ucrania ni sus generales ni sus soldados tienen cualquier otra participación en esto que no sea rogar para que EEUU los venga a salvar de una derrota militar inminente que debe culminar por estos días. Una derrota no de Ucrania, una derrota propiciada a la OTAN, o sea, al propio EEUU. Algo muy difícil de aceptar por parte de un país que todavía lucha por tener la hegemonía mundial. De ser el gran hegemón, para utilizar el término de moda.

Esta es la razón profunda de negarse a aceptar la supremacía militar rusa y su victoria en los objetivos que se propuso desde el inicio del conflicto. Defender las poblaciones rusas que habitan la región del Donbas y la neutralidad militar de Ucrania para mantener lejos de su superficie los misiles apuntando a Rusia que la OTAN tiene desplegados en prácticamente todos los países próximos a esta. Realidad que sin embargo el Occidente falsea hablando permanentemente de las “provocaciones rusas”.

 

Digamos de paso que la utilización de misiles de alcance suficiente para alcanzar territorio ruso en distintas profundidades, ya se están utilizando hace meses en la guerra de Ucrania, en particular en la región rusa de Kurst, invadida por Ucrania y la OTAN. Y dicha utilización no ha cambiado en nada el curso de la guerra. Tampoco cambiará esto porque EEUU bombardee algunas ciudades rusas, tal como lo hace su guardián del Medio Oriente Israel. La utilización de misiles de mayor alcance, llegando incluso hasta Moscú – algo probable – tampoco cambiará el curso de la guerra. Tal es la supremacía militar rusa en este momento. Ni Europa ni EEUU están en condiciones de proporcionar una derrota militar estratégica a Rusia tal como se lo han propuesto desde un principio.  Ni militar ni económica ni diplomática. Esto lo han reconocido dirigentes políticos y altas patentes militares alemanas, inglesas y francesas. Y también algunos analistas militares estadounidenses críticos de la política exterior de su país.

A pesar de este monumental engaño, todos los medios de comunicación de Occidente, incluidos todos los chilenos no hacen siempre más que repetir el mensaje que viene de los medios de publicidad de EEUU. Para todos ellos se trata de una autorización.  Ese es el guión a repetir una y mil veces. Y claro, si lo dice toda la prensa de Occidente incluidos sus gobiernos, entonces se transforma en verdad.

 

¿Cuál ha sido la justificación escogida esta vez para atacar territorio ruso?

Para el Pentágono  y la Casa Blanca, se trataría de la amenaza de unos supuestos 10.000 soldados de Corea del Norte que estarían presentes en la región rusa de Kurst, los que amenazarían las tropas ucranianas allí presentes. La verdad es que en Kurst, en poco más de 3 meses ya han sido muertos más de 25.000 ucranianos y “mercenarios” extranjeros de muchos países, sin necesidad de la ayuda de soldados norcoreanos ni de ningún otro país amigo. Sin contar con la destrucción sistemática de la mejor maquinaria de guerra de Occidente que se ha mostrado incapaz de victoria alguna Y recalcando que se trata de tropas de elite, entrenadas por la OTAN. Lo de la presencia de norcoreanos pretende solo encubrir esta brutal realidad.

¿De dónde provino esta información de tropas norcoreanas hace ya más de un mes, cosa de ir preparando el engaño? Por lo que se sabe de la prensa occidental, su origen está en la inteligencia ucraniana que dio la información a la CIA. Una muy imparcial y objetiva «fuente de información». Como si no se supiera que la propaganda falsa es el pan de cada día de los servicios de inteligencia.

Pero claro, esta justificación es tan estúpida que cuesta creerla. Hasta la fecha no hay rastros de los norcoreanos en Rusia. No hay más que un par de malas fotos mostrando unos soldados en lo que parece ser un bosque caminando en la obscuridad. Ni siquiera se podría deducir que se trata de norcoreanos o surcoreanos utilizados como falsa bandera para el efecto deseado. No los ha visto ni la población rusa de la región de Kurst, donde habitan muchos espías ucranianos que ya podrían haber tomado decenas de fotos de los soldados norcoreanos. Tampoco las tropas rusas allí indican haber recibido la ayuda recibida de los supuestos soldados asiáticos. Pero nada. Debe tratarse seguramente de un pacto de silencio masivo. Pero se sigue afirmando que los norcoreanos están combatiendo en Kurst. Esto parece tomado de un cuento de Julio Cortázar. En un pequeño poblado norteamericano de Florida se dice que está lleno de cocodrilos. Solo que ni la población local ni la policía ni los turistas nunca han encontrado un solo cocodrilo. Mayor razón dice el relator para afirmar con certeza que los cocodrilos en dicho lugar si existen y son numerosos. Solo que la gente lo niega.

Pero incluso, suponiendo que si hubiese tropa norcoreana en Rusia, ¿cul es el problema con eso? ´¿No hay más de 40 países enviando armas, equipos, dinero y “mercenarios” para ayudar a la “democracia de Ucrania”? Rusia tiene un tratado mutuo de ayuda militar con Corea del Norte. De modo que se trataría de algo perfectamente normal y encima legal. Para el caso que la guerra necesitara de alguna legalidad.

 

¿Donald Trump sabía de esta decisión del actual gobierno demócrata sobre esta llamada “autorización”?

Mucho se ha especulado sobre el muy derechista Trump, en el sentido de sus afirmaciones que él terminaría la guerra de Ucrania en un día. Y que por lo tanto  no sabía de esta decisión del gobierno saliente. Se trataría de una especie de venganza de Biden por su derrota para dejarle un problema más a resolver.

En mi opinión esas especulaciones son poco creíbles. Primero porque los verdaderos poderes que deciden las grandes líneas de la política del imperio no viven en la Casa Blanca. A esos poderes, las guerras y sus secuelas de “daños colaterales” como llaman cínicamente la muerte de millones de inocentes les tiene sin el menor cuidado. Las riquezas de Ucrania y aquellas de Rusia sobre todo si se la pudiese derrotar, justifican hasta el Holocausto.

Segundo, porque frente a la derrota inminente de la OTAN en los campos ucranianos, será necesario firmar la paz rapidamente. Y cuanto antes mejor, toda vez que cada día que pasa son más y más kilómetros cuadrados de Ucrania que pasan a manos rusas. Ahora, llegar a unas negociaciones completamente derrotados, donde no queda otra que aceptar todas las condiciones impuestas por el ganador no es el mejor escenario para salvar los muebles. Entonces, qué mejor que como producto del ataque directo de EEUU y la escalada de la tensión, involucrando a los europeos cuyos líderes parece no importarles la suerte de sus habitantes, qué mejor que presentarse a la mesa de negociaciones para firmar la paz en un contexto de guerra declarada lanzando misiles un poco por toda Rusia, tal vez incluido el propio Moscú, con tropas de la OTAN ocupando Kurst?

Eso facilitará el que cuando le toque negociar a Trump con su “amigo” Putin, la cosa le resulte un poco menos vergonzosa y humillante. Y se consiga salvar algo. Mal que mal Blackrock está comprando media Ucrania y esa empresa merece toda la defensa de EEUU. Capitalismo obliga.

Rusia por su parte en su lógica, no lanzará bomba atómica ninguna a los países de la OTAN. Seguirá con la picadora de carne ganando terreno en el campo de batalla, hasta que Occidente entienda que perdió. Hasta es capaz de ayudarle a salvar la cara.

Estimadas y estimados lectores, si han tenido la paciencia de llegar hasta aquí, que no le hagan comulgar con esta rueda gigante de carreta de la “autorización”. Es apenas una decisión. La que nos puede mandar a todos por los aires.

 

 

Patricio Serendero

 

 

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