Ven a Rio Grande do Norte a conocer una gastronomía de primer nivel.
Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 23 segundos
Luego de conocer la capital brasilera, el viaje continuó a Rio Grande do Norte, para conocer algo más de uno de los veintiséis estados que junto con el distrito federal de Brasilia, forman la República Federativa de Brasil.
Ubicado en el nordeste de Brasil, es un destino especial para explorar y conocer playas extensas, para gozar de un clima tropical que, al menos durante 9 meses al año, no llueve y también para conocer la tradición gastronómica de Rio Grande do Norte.
Una cultura regional gastronómica con sabores únicos
Si lo que busca es disfrutar de la gastronomía, tanto en Natal como en Pipa existen restoranes para todos los gustos y bolsillos.
En ellos se puede saborear la cocina regional que incluye platos como la carne de sol o jabá (carne secada al sol), el camarón en diversas preparaciones y el “bolo de rolo” (un postre enrollado), además de otros dulces tradicionales.
Y como la temperatura puede alcanzar los 33°C durante todo el año, aquí se produce el 95% de la sal brasileña.
Su gastronomía es una fusión de culturas.
Además de la samba, el carnaval y las playas, la gastronomía es un símbolo inconfundible de la identidad brasileña.
En un país tan extenso y con una historia tan fuerte, sus platos no son solo una suma de ingredientes que combinan bien, sino que son una unión de las influencias indígenas, africanas y europeas, lo que la convierte en una cocina con sabores únicos donde cada plato, cuenta una historia y refleja la diversidad cultural del país.
En el caso del litoral nordestino las influencias europeas (especialmente portuguesas), africanas e indígenas dejaron como legado exquisiteces culinarias a base de pescados, mariscos mandioca, plátano, mango, piña y castañas.
Aquí los platillos más tradicionales son la moqueca, los camarones, el Bobó de camarão y el quejo coalho.
La moqueca
Uno de los platillos más típicos de la zona es la moqueca, que es un guiso de pescado y que abre una ventana a las tradiciones culinarias costeras del país.
En el maravilloso libro “Cozinhando Histórias – recetas, historias y mitos de platos afrobrasileños”, compilado por Josmar Fregonese, Marlene Jesus da Costa y Nancy de Souza, se afirma que, en lengua tupí, “moquém” significa “secar o asar la carne.
Las raíces históricas de la moqueca pueden rastrearse hasta los indígenas tupinambás que habitaban la costa brasileña antes de la llegada portuguesa. Ellos cocían sus alimentos en hojas verdes sobre brasas directamente, un método llamado «moquém».
Con el tiempo y debido al intercambio cultural traído por colonizadores europeos y los africanos durante el siglo XVI, llegaron nuevos ingredientes como el aceite de dendê y el cocotero, añadiendo profundidad al plato tal como lo conocemos hoy.
Según lo que cuenta Angélica Moreira en su proyecto Ajeum de la Diáspora, una ethnogastronomía afrodiasporótica: “por más que estemos sufriendo algunas invasiones gastronómicas, hay platos que realmente resisten y pasan el tiempo, con la misma forma de hacerlo y la moqueca es uno de ellos.
Según la receta tradicional, se elabora a base de pescado, mariscos, cebollas, ají, pimiento, pimienta malagueta y tomate. Su cocción se realiza con aceite de palma y leche de coco, pero sin agregado de agua, siendo finalmente servido en una cazuela de barro. Su origen se remonta a los indígenas y era servida como alimento desde mediados del siglo XVI hasta el día de hoy, aunque crónicas culinarias explican que la leche de coco se comenzó a usar en la década de los 40 del siglo pasado.
Bobó de camarão
Este delicioso guiso se ha convertido en un símbolo culinario de la región nordeste de Brasil. Su origen se remonta a las tradiciones indígenas brasileñas, combinadas con influencias africanas traídas durante el periodo colonial.
La base del plato es una crema espesa hecha con mandioca (también conocida como yuca), leche de coco, camarones y otros condimentos que le dan un sabor único e inolvidable.
Quejo coalho
Es un queso típico de la región Nordeste de Brasil, donde se consume horneado, frito o en su forma natural. Una de las maneras más exquisitas de probarlo es colocar rebanadas sobre ostras y ponerlas al horno por 5 minutos
Actualmente, su consumo se ha extendido por todo el Brasil, convirtiéndose en un aperitivo típico para acompañar a las barbacoas dada su capacidad para mantener la firmeza incluso, después de ser asado u horneado, creándose una corteza dorada y crujiente sobre la cual suele derramarse salsa de miel.
Para su disfrute les dejo una receta de moqueca de camarones encontrada en la web.
Ingredientes: 500 grs camarones grandes, pelados y desvenados; 1 Jugo de limón; 3 dientes de ajo picados; Sal y pimienta al gusto; 2 cuchara aceite de palma (dendê) o aceite vegetal; 1 cebolla grande, picada; 1 pimiento rojo, picado; 1 pimiento verde, picado; 2 tomates maduros, picados; ¼ taza de cilantro fresco picado; 400 ml leche de coco; pimienta malagueta o ají picante al gusto (opcional)
Preparación:
En un tazón grande, mezcla los camarones con el jugo de limón, el ajo, la sal y la pimienta. Deja marinar durante unos 20 minutos. Luego, en una cacerola grande o en una cazuela, calienta el aceite a fuego medio-alto. Añade la cebolla, los pimientos y los tomates. Sofríe hasta que las verduras estén tiernas.
Se agregan los camarones marinados a la cacerola y cocina hasta que cambien de color (los camarones se cocinan rápidamente, por lo que esto debería tomar solo unos minutos) y vierte la leche de coco, sobre los camarones y las verduras. Reduce el fuego y cocina a fuego lento durante unos 5-8 minutos.
Incorpora el aceite de palma (dendê) y el cilantro. Si deseas darle un toque picante, puedes añadir pimienta malagueta o ají picante al gusto. Cocina por unos minutos más para que todos los sabores se mezclen bien.
Sirve la moqueca de camarones caliente acompañada de arroz blanco y, si lo deseas, farofa (un acompañamiento brasileño hecho de harina de mandioca tostada) y, por supuesto, de una caipirinha.
Saboreando el atardecer donde la laguna se encuentra con el mar.
¿En algún momento de la vida te has imaginado comiendo un plato de ostras apanadas y tomando una caipirinha en un atardecer con aguas doradas’
Pues bien, al llegar a la costa de Tibau do Sul, puedes hacer realidad ese sueño en el paisaje de las tranquilas aguas de la Lagoa de Guaraíras
Esta laguna, que alguna vez fue de agua dulce, actualmente es una entrada del mar lo que la convierte en uno de los principales atractivos de Tibau do Sul.
Además de servir como ruta hacia la playa de Malembá y destinos más lejanos, como Natal (junto al mar), la laguna es la base de una de las actividades económicas más importantes del municipio, como es la cría de camarones y también de ostras.
Las aguas de Guaraíras bañan cuatro municipios y la pesca artesanal, realizada en canoas, es un espectáculo único para contemplar justo al atardecer.
Como es el sitio perfecto para la cría de los camarones, el lugar es conocido por las delicias que se hacen con ellos: apanados, en brochetas, al ajillo, moquecas o como los prefiera el turista.
Otro platillo único, son las ostras que se pueden comer crudas con limón o bien asadas solas o con queso encima, preparación que no se prueba en ninguna otra parte. Las ostras que se sirven aquí, no tienen ese sabor fuerte de las ostras del Pacífico que se consumen en Chiloé, por ejemplo.
Y en esta esta experiencia que es para finalizar el día, podrás ver como las aguas de la laguna que, en marea baja son azuladas y en marea alta se tornan grisáceas, en el atardecer se transforman en oro puro, reflejando toda la intensidad del sol, que baña este rincón tan especial de Brasil.
#Sebrae #Embratur #VisitBrasil