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El lento ocaso del Partido Socialista

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“Hay una izquierda que no tiene pueblo, que no tiene espalda”.

Matias Toledo. Alcalde electo de Puente Alto.

 

 

El Partido Socialista ha obtenido en las últimas elecciones las votaciones más bajas desde su fundación el 19 de abril de 1933. Ni aún en el decenio de la dispersión (1945-1956), en que varias agrupaciones nacidas del tronco original – Partido Socialista de Chile (PSCH), Partido Socialista Popular (PSP) el Partido Socialista Auténtico (PSA) o simplemente PS – se disputaron el mismo espacio político, cultural y social de la colectividad que fundaron  Grove, Allende, Schnake, Matte, entre otros, el resultado electoral fue tan bajo. El 6,1% obtenido en concejales en 2024 catapulta al histórico referente a su peor desempeño electoral en su ya nonagenaria existencia, según la tabla construida en base a los datos del Servel y de sus archivos históricos. No se consideran las elecciones parlamentarias desde 1989, pues el sistema electoral obliga a pactos que implican que cada partido no presenta candidaturas en todo el territorio, lo que no permite comparaciones nacionales a lo largo del tiempo. En 1945-1956 sumamos las tres vertientes que se denominaron socialistas en ese periodo. Con esas particularidades se construyó la tabla adjunta

 

Tabla Votación Histórica Partido Socialista

PartidoVotos válidamente emitidosVotos PS%
D1937 (PSU)412.23046.05011,2%
M 1938 (PSCH)485.00649.50610,2%
D1941 (PSCH)450.24875.50016,7%
M 1941 (PSCH)486.91470.43214,4
M 1944 (PSCH)498.43442.2508,5%
D1945 (PSCH, PSU)449.93057.14812,8%
M 1947 (PSCH, PSA)552.03449.0248,9%
D1949 (PSCH, PSA, PSP)464.87243.4329,3%
M 1950 (PSCH, PSP)619.72461.73410%
D1953 (PSCH.PSP)779.174109.89714,1%
M 1953 (PSCH, PSP)759.37983.74311,1%
M 1956 (PSCH, PSP)691.76182.92212,0
D1957 (PSP, PS)878.22993.80710,7
M 1960 (PS)1.229.503119.5069,7
D1960 (PS)1.229.503119.5069,7%
D1961 (PS)1.385.676149.12210,7%
M 1963 (PS)2.068.463229.22911,1%
D19632.068.463229.22911,1%
D19652.353.123241.59310,3%
M1967 (PS)2.343.287324.96513,9%
D1969 (PS)2.460.129294.44814,8%
M1971(PS)2.835.402633.36722,3%
D19733.629.049688.02018,6%
C19926.410.906547.0318,53%
C19966.301.298674.22210,70
C20006.515.574735.20911,28%
C20046.123.375667.23510,90%
C20086.086.895697.98211,17%
C20125 338.356556.70210,43%
C 20164 915.536487. 12610,7%
C20216.092.377526.0288,64%
C202410.273.326622.4626,06%

Fuente: servel.cl

– M: Municipales (hasta 1971 se elegían regidores).

– C: concejales (desde 1992).

– PSU (Partido Socialista Unificado).

– PSCH (Partido Socialista de Chile).

– PSP (Partido Socialista Popular).

 

En 2005 el Partido Socialista, luego del congreso que provocó la caída de la directiva de entonces, consolidó un viaje al centro, que lo llevaría a privilegiar su relación y su política de alianzas con el Partido Demócrata Cristiano (PDC) y no ya con el PPD y el Partido Radical y menos con las otras fuerzas de izquierda, prolongando un esquema de alianzas que era propio de las necesidades de la transición. De allí en adelante ese viraje creó un espacio para que los nuevos votantes que se identificaban con la izquierda desviaran su adhesión a otras fuerzas, mientras la organización perdía, por decisión propia, la capacidad de diálogo con los nuevos actores políticos. Esto hizo posible la posterior irrupción de nuevas colectividades, las que terminaron agrupándose en torno al Frente Amplio (FA). Por ello no resulta casual que desde 2017 la colectividad venga en caída libre en sus resultados electorales. Su mayor fiasco fue la candidatura presidencial de Paula Narváez, que llevó a la colectividad en las primarias realizadas junto a radicales y democratacristianos en 2021 a obtener menos votos que los militantes afiliados a la organización.

Ese proceso  corrió en paralelo a la fragmentación y tensiones internas mal manejadas en el PS, con la partida de figuras como Jorge Arrate, Alejandro Navarro, Carlos Ominami, Marco Enríquez-Ominami, Gonzalo Martner, Sergio Aguiló, entre otros, algunos de los cuales han regresado a la colectividad.

También durante ese ciclo político se profundizó la asimilación del PS al clientelismo como práctica política, tradicional en las fuerzas conservadoras desde el siglo XIX. Esto irrumpió con fuerza a partir de 2005 y fue afectando a la colectividad, lo que incluso mutó a corruptelas como la del alcalde y vicepresidente Miguel Ángel Aguilera. El PS tiene hoy a un exdiputado y subsecretario del Interior acusado de violación y a varios alcaldes presos y a otros con procesos abiertos por acusaciones de corrupción.

También se fue consolidando la pérdida de la legitimidad institucional del histórico partido, una de cuyas expresiones fue su ingreso al gobierno de Gabriel Boric. No debemos olvidar que el actual presidente pactó al inicio de su gestión no con la institucionalidad partidaria, que representaba Alvaro Elizalde (que ya cargaba con el antecedente de la defenestración de Ricardo Lagos), sino con una minoría del socialismo, entonces representada por los diputados Maya Fernández y Manuel Monsalve. Estos ingresaron al gobierno como subsecretario del Interior y ministra de Defensa respectivamente, aunque no contaban con el apoyo de la dirigencia. La incorporación de Mario Marcel, vinculado al PS, corrió por otra vertiente. El ingreso de la agrupación al gobierno se produjo de manera formal luego de la aplastante derrota del 4 de septiembre de 2022, lo que de algún modo saldó la deuda del gobierno frenteamplista con el PS. Pero esto no revirtió ni la caída de la adhesión a la administración Boric ni la pérdida de apoyo ciudadano al partido de Allende..

La relación de la colectividad con el gobierno ha sido zigzagueante y se ha expresado en que senadores del PS trabajaron abierta o solapadamente por el rechazo en el plebiscito de 2022. Varios de ellos, como los senadores Fidel Espinoza y Juan Luis Castro, se han constituido en los símbolos del fuego amigo hacia el gobierno actual.

A su vez,  han surgido voces que plantean la incorporación de la agrupación política a un nuevo referente junto a la DC, el PPD, el PR y los liberales escindidos del Frente Amplio, que se expresa en la apuesta de la actual presidenta del PS, Paulina Vodanovic, por una alianza-fusión con lo que se ha denominado el “socialismo democrático”. Su última versión fue la coalición con la ex concertación en la lista a concejales con el PPD y la DC, que concluyó con los resultados más pobres de las tres históricas fuerzas fundadoras de la Concertación.

Cabe preguntarse, incluso, si el Partido Socialista está o no en un camino de inexorable extinción, especialmente si termina de abandonar el proyecto político histórico de transformación de la sociedad que encarnó el allendismo. De confirmarse esta senda, como todo fenómeno histórico, sería necesariamente lento y gradual. De ser la colectividad clave para entender el siglo XX chileno y la peculiar transición luego del fin  de la dictadura militar, se transformaría en otro Partido Radical o terminaría por fusionarse con otras fuerzas políticas para proponer un nuevo camino político centrista con tintes neoliberales.

Como lo manifestó acertadamente Matías Toledo, alcalde recién electo de Puente Alto, quien fue apoyado por el grueso de los militantes del PS contrariando a su dirigencia, “hay una izquierda que no tiene pueblo, que no tiene espalda”. Esta frase tal vez simboliza lo que ha estado sucediendo en el PS desde que se consolidó la burocratización y clientelización de un referente que había construido a lo largo del tiempo un diálogo más o menos abierto y permanente con la sociedad y conectado con  sus impulsos de cambio, pero que mutó, hasta ahora, a ser un partido casi exclusivo de funcionarios estatales.

 

Por Edison Ortiz

Edison Ortiz

Doctor en Historia. Profesor colaborador MGPP, Universidad de Santiago

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  1. El partido socialista chileno se desvinculó de su base popular , y transformó en una «izquierda liberal » desdibujada , calco de su simil español; una posibilidad evolutiva podría ser la ruta que sigue Sahra Wagenknecht en Alemania , y que implica reencantar o recapturar a miembros de esa base hoy atraídos
    por la nueva «derecha popular» ?

  2. El problema de los «socios», más que «socialistas», es que su partido, social democracia, más que socialista, carece de disciplina interna de acuerdo a principios políticos , sociales y morales, de allí que muchos o casi todos sus cuadros o militantes lo consideran, más que «partido político», una agencia de empleos, o de colocaciones. Tomen el caso de ese señor Monsalve, como un tipo dotado de tal nivel de inmoralidad lo pusieron en un cargo donde se debiera proteger a las personas más débiles de la sociedad, entre ellas las mujeres. Un violador en ese cargo. Uno se pregunta: ¿Cuantas veces habra incurrido en situaciones, si no iguales, parecidas para que llegara a sentirse «intocable»?. ¿Y como es que SU partido no se dió cuenta de la laya de militantes que cultivaron, o mantuvieron en su seno?

  3. Patricio Serendero says:

    Pero, existen todavía militantes en el PS que creen en que el Socialismo es una opción? Si existe entre el pueblo socialista, por mínima que sea, su tarea es barrer con todos aquellos oportunistas, lobbistas, y ladrones derechistas que pululan en el Partido. Caso contrario, que muera.

  4. Felipe Portales says:

    Desde 1990 todos los partidos de «centro-izquierda» han experimentado una profunda derechización y decadencia. Con todo, el PS es el que menos daño electoral ha sufrido; pero igual, ya no tiene futuro porque ha perdido la doctrina que lo constituyó y el proyecto de una nueva sociedad. Y además, dicho escuálido 6% es sin contar las abstenciones, nulos y blancos; lo que incide, por cierto, en que los porcentajes de todos los partidos que se dan están muy inflados.

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