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El caso Monsalve: ¿ Es lo más importante del mundo?

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Ahora resulta que ciertos escándalos personales son más importantes que el destino del país o la suerte de los niños quemados en el INBA.

Veo que la sociedad chilena es de una superficialidad e ignorancia pavorosas, incapaz de diferenciar lo importante de lo secundario. Pero ¡OJO! Esa ignorancia no es culpa del pueblo, porque la provocó la Concertación al acabar con toda la prensa de izquierda o simplemente independiente que había durante la dictadura.

Ahora todo el mundo se preocupa del caso Monsalve, en lugar de preocuparse o al menos ocuparse de los resultados de las elecciones municipales  ¿Es más importante hablar y escribir sobre el señor Manuel Monsalve que tratar de entender por qué la izquierda perdió la Municipalidad de Santiago?

Hasta México llegan los ecos de este absurdo asunto. Digo absurdo porque a toda persona acusada de un delito, sea el que sea, la protege una presunción de inocencia. Los peores delincuentes gozan de esa presunción, por favor no lo pongan en duda.

Si la Ministra del Interior o el presidente conocieron la denuncia contra Monsalve y lo mantuvieron en el cargo durante tres días, fue simplemente porque lo beneficiaba la obligatoria presunción de inocencia.

Ahora la derecha se aprovecha de este asunto para atacar con saña a la ministra Carolina Tohá. Yo a esta señora la he criticado mucho, pero por motivos políticos, no por si hizo o no hizo una llamada telefónica o si le aplicó al subsecretario la presunción de inocencia durante tres días, así que ahora la voy a disculpar,  porque lo justo  es justo.

Me imagino que en pleno proceso electoral, la Ministra de Interior tiene que hacer o recibir decenas de llamadas telefónicas al día. Alguien le dirá. “Parece que se va a perder Santiago”, o “Faltan muchísimos apoderados en Chillán” o “Estoy en Ñuñoa y dicen que la alcaldía se nos va”. Y doña Carolina, tiene  eso y otras cosas parecidas en su mente.

El tal señor Manuel Monsalve es o era subsecretario del interior. Y la presunción de inocencia no es un privilegio, es un derecho elemental que se aplica a todos  los acusados.

Esto se fundamenta en un principio básico  del derecho penal, llamado in dubio pro reo, que indica que si el juez o tribunal tienen dudas sobre la culpabilidad de un acusado tras valorar las pruebas disponibles, la sentencia o decisión judicial debe favorecer al acusado. Se puede traducir como “en caso de duda, a favor del reo”.

Se trata de un principio jurídico de obligado cumplimiento para jueces y tribunales, que se aplica en todo el mundo civilizado.

El que tiene que decidir si es inocente o culpable es el juez, nadie más, ni el presidente de la república ni una ministra.

¿Y les están reprochando a la ministra y al presidente que no  destituyeran al subsecretario de inmediato? Es que de ninguna manera podían hacerlo, pues eso habría significado en los hechos, declararlo culpable sin juicio y sin defensa.

Por ahí he visto a un periodista que dice que los principios del feminismo están por encima de la presunción de inocencia. Eso es falso  y decirlo implica ignorancia y mala fe.

En los tres días que permaneció en el cargo, ¿el subsecretario podía dar órdenes para que se eliminaran pruebas? Tal vez, pero eso parece inverosímil porque habría sido incriminarse ante sus subordinados, que se podían convertir en testigos de cargo en su contra.

Como los investigadores no podían ubicar al subsecretario, le pidieron a doña Carolina que lo llamara por teléfono para decirle que lo esperaban en tal lugar. Ella lo hizo, pero seguramente se le olvidó de inmediato porque tenía cosas mucho más importantes de qué ocuparse.

Lo que ocurre es que hace poco más de 20 años, se ha desarrollado un feminismo combatiente, las mujeres se han empoderado y no aguantan ninguna  falta de respeto.

Con que un par de mujeres acusen a un hombre de “abusos  sexuales”, ya lo reventaron. En estos casos es difícil que haya pruebas, así que se acostumbra  a creerle a la víctima.

Pero a mí me extraña que haya tantos hombres acusados de violaciones, simples agarrones o lo que sea. Basta con una acusación y el tipo se va al diablo.

Hay ahora muchos casos  de esta naturaleza  en el mundo, y yo me digo “Casi todos los hombres tienen una esposa, una novia, una amante  o una amiguita de la cual agarrarse. Entonces ¿Por qué se ponen a violar o pegarle un pellizco en un lugar delicado a la secretaria o a una subordinada cualquiera?

No dudo de lo que dice en este caso la joven violada, pero de todos modos hay que escuchar a la defensa ¿No les parece?

A lo mejor antes era igual y no pasaba nada. Me acuerdo perfectamente de haber visto un video que ocurría en las Naciones Unidas, en que Nikita Kruschev se iba retirando de su asiento y al caminar por un pasillo estrecho, le daba un agarrón en la nalga a una secretaria. He buscado ese video pero no lo encuentro, tiene que estar por ahí.  La muchacha no se inmutaba y los que estaban cerca y veían la escena, tampoco.

Es que muchas cosas han cambiado en el mundo. Ahora darle un pellizco en un seno a una mujer es mucho más grave que robarse un auto. Quizás la pena de prisión es menor, pero el desprestigio social es enorme.

O a lo mejor es porque hace 60 años todas las personas de clase media para arriba tenían servicio doméstico, a menudo dos empleadas. Y entonces el jovencito de la casa se acostaba con la cocinera, esta aceptaba y no reclamaba porque no era costumbre y porque iba a perder el trabajo, y  todo  el mundo en paz.

¿Y ahora no? Pues no, ya casi no existen las empleadas domésticas puertas adentro y las que se dedican a ese trabajo lo hacen por horas y cobran carísimo.

¿A los hombres sólo les queda la secretaria o la mesera del bar? Claro que no, les queda su señora esposa o una amiga consentidora.

Por lo tanto, doña Carolina Tohá debería decir simplemente que la tal llamada telefónica se le olvidó porque estaba pensando en las elecciones. Y que no podía destituir a un subsecretario sin pruebas y sin defensa. De todos modos él renunció después voluntariamente y listo el bote.

Finalmente, los jueces decidirán sobre su culpabilidad o inocencia, eso lo sabe cualquiera.

También sería bueno que la Ministra se preocupara de los chicos del INBA. Ya en Chile no se habla de eso porque la gente además de ignorante se ha vuelto indiferente y hasta cruel. Se basan en lo que dice la televisión, y la televisión sólo habla del señor Manuel Monsalve.

Pero parece que uno de los muchachos del INBA está muy grave por las quemaduras. Se puede morir y a lo mejor en Chile no pasa nada. Pero en el resto del mundo se va a armar una escandalera de los mil diablos, eso es seguro.

Si todavía no lo ha hecho, lo mejor sería que la Ministra del Interior preguntara qué están haciendo por salvar al chico, y si fuera necesario lo hiciera trasladar a la mejor clínica de Chile a costa del gobierno. Eso le daría a la señora Tohá un prestigio tremendo: una persona compasiva, ajena a las venganzas y a los rencores y preocupada del pueblo más pobre, que es la  mayoría nacional conforme a cuyos intereses  se debe gobernar.

Basta ver lo que está pasando en México, que el pueblo que adoraba y extraña a AMLO, ahora está trasladando su amor a Claudia, que está  demostrando ser una presidenta muy digna y eficiente, que repite y cumple siempre la máxima de Benito Juárez: “Por el bien de todos, primero los pobres”

Margarita Labarca Goddard

 

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Margarita Labarca Goddard

Abogada chilena residente en México

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  1. Felipe Portales says:

    Tiene toda la razón Serafín Rodríguez. Y si para cualquier gobierno esto es desastroso; más lo es para uno que se ha planteado como feminista.

  2. Serafín Rodríguez says:

    La presunción de inocencia es un principio jurídico que deben observar los tribunales de justicia hasta que se demuestre la culpabilidad del acusado y no limita las opiniones que los ciudadanos podamos tener en base a la información pública disponible.

  3. Serafín Rodríguez says:

    El hecho es que no se trata solamente de un escándalo personal sino que también claramente institucional, con graves aristas de abuso de poder y recursos humanos y materiales del Estado. A todo esto se suma la serie de desmanejos de hecho y comunicacionales con información contradictoria y parcial por parte de los superiores jerárquicos del inculpado, la Ministra del Interior y el Presidente de la República, además de la Vocera de Gobierno y el Subsecretario del Interior que ha sustituido al inculpado. Esto da para un escándalo mayúsculo en cualquier parte del mundo. No entenderlo así, es equivalente a no entender nada.

    P.S. Los otros temas que aborda el artículo en comento son cuestión aparte que ameritan ser tratados en su propio mérito.

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