La política espectáculo desplaza el debate de fondo: La farándula en TVN
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En los últimos años, el periodismo político ha experimentado una preocupante transformación, especialmente en los medios audiovisuales y redes sociales. Este cambio ha desvirtuado el enfoque original del periodismo, desplazando el análisis y la información sobre temas políticos relevantes para dar lugar a la creación de un espectáculo en torno a las figuras públicas, tratándolas como si fueran personajes de la farándula.
El caso del exalcalde de Recoleta, Daniel Jadue, y el periodista Iván Núñez de Televisión Nacional de Chile (TVN) es un claro ejemplo de esta tendencia. Durante un intento de entrevista que buscaba abordar temas judiciales y políticos, el periodista centró su atención en un incidente ocurrido en un local de votación, desviando el foco de la conversación hacia un ámbito que muchos califican como «farandulero». Este tipo de cobertura ha generado una sensación de que la verdadera discusión política ha sido reemplazada por un espectáculo mediático.
El incidente entre Jadue y Núñez: El periodismo farandulero en primer plano
El hecho que generó la controversia ocurrió el pasado domingo durante una votación, cuando un grupo de periodistas se abalanzó sobre Daniel Jadue y sus seguidores, creando un momento incómodo. Iván Núñez intentó luego abordar este incidente en una entrevista solicitada por su equipo de producción, insistiendo en responsabilizar a Jadue por lo sucedido, lo que provocó una molestia evidente en el exalcalde. La insistencia del periodista en este tema desvió por completo la atención de los asuntos de fondo que, según Jadue, habían sido acordados previamente para ser discutidos. Finalmente, molesto por el tono y la dirección de la entrevista, Jadue decidió darla por terminada abruptamente.
Jadue responde en redes sociales
Tras el tenso episodio, Daniel Jadue recurrió a su cuenta en la red social X (anteriormente conocida como Twitter) para expresar su descontento. En una serie de publicaciones, el exalcalde denunció lo que calificó como un intento de «farandulizar» la entrevista por parte de TVN. Según Jadue, la conversación con Núñez había sido solicitada por el equipo del canal, y luego de una llamada telefónica en la que se acordaron los términos de la entrevista, accedió a recibir al periodista en su casa.
Jadue señaló que, durante la planificación, se estableció que los temas a tratar incluirían su situación judicial y otros temas relevantes para los chilenos, pero no se mencionaría el incidente con la prensa en el local de votación. «Lamentamos que el noticiero central del ‘Canal de todos los chilenos’ se preste para este tipo de operaciones», escribió Jadue en X, refiriéndose a lo que consideró una clara desviación de lo acordado.
El exalcalde fue aún más lejos al señalar que el propósito de la entrevista parecía ser más bien una provocación, en lugar de un espacio para el diálogo sobre temas de interés público. «No nos parece ético ni profesional que alguien te pida venir a tu casa para provocarte, buscando una cuña farandulera poco relevante que no aporta nada», afirmó en su publicación, poniendo en duda las verdaderas intenciones de Núñez y TVN al solicitar la entrevista.
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Luego de sus declaraciones, el exalcalde de Recoleta se molestó y decidió no seguir conversando.
📡 En vivo ➡ https://t.co/dScQTp6tzj
🖥… pic.twitter.com/Cr6Gi4S1fc— 24 Horas (@24HorasTVN) October 30, 2024
La deriva del periodismo político
Este episodio no es un caso aislado. Refleja una tendencia más amplia en el periodismo político, donde la atención ya no se centra en los problemas o políticas que afectan a la ciudadanía, sino en crear espectáculo en torno a los personajes de la política. Las entrevistas se convierten en momentos de confrontación diseñados para generar titulares escandalosos en lugar de ofrecer una discusión sustantiva.
El caso de Daniel Jadue y su experiencia con Iván Núñez es sintomático de este fenómeno. La política espectáculo, que reduce el debate a anécdotas y enfrentamientos, aleja al público de los temas que realmente importan y deja en segundo plano la discusión sobre propuestas, programas o acciones que podrían tener un impacto significativo en la vida de los ciudadanos.
La crítica apunta tanto a los medios de comunicación como a los propios políticos, quienes, en muchos casos, también parecen cómodos con este enfoque superficial. La falta de un verdadero debate político y el énfasis en el conflicto y la controversia mediática hacen que la ciudadanía pierda la oportunidad de informarse adecuadamente sobre temas de relevancia pública.
Este incidente reabre el debate sobre el rol de los medios en la cobertura política y la responsabilidad de los periodistas de ofrecer información relevante que permita a la audiencia formarse opiniones bien fundamentadas. Mientras la política espectáculo siga primando sobre el análisis, el público seguirá siendo testigo de un periodismo que, lejos de informar, contribuye a la confusión y el desencanto social.