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UNDROP: ¿Qué perspectivas para avanzar hacia la soberanía alimentaria y el respeto de los derechos de los campesinos?

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El grupo de trabajo relacionado con la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos  de los Campesinos y de Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales (UNDROP) fue establecido por el Consejo de Derechos Humanos en su resolución 54/9 del 11 de octubre de 2023, reconociendo la contribución esencial de los campesinos y otras personas que trabajan en las zonas rurales, en la lucha contra el hambre y la preservación y mejora de biodiversidad.

Actualmente, los medios de vida en las zonas rurales se ven afectados desproporcionadamente por la pobreza, la inseguridad alimentaria, la malnutrición, la violencia y la explotación, y que los campesinos y otras personas que trabajan en las zonas rurales son particularmente vulnerables a las crisis financieras y económicas mundiales y a la degradación ambiental, como el cambio climático y otros desastres naturales.

Para hacer frente a estos desafíos, el Consejo decidió establecer el grupo de trabajo, con el mandato de:

– promover la difusión e implementación efectiva e integral de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los campesinos y otras personas que trabajan en áreas rurales, identificando al mismo tiempo desafíos y brechas en su implementación a nivel nacional, regional e internacional;

– identificar, intercambiar y promover buenas prácticas y lecciones aprendidas de la implementación de la Declaración;

– facilitar y contribuir al intercambio de asistencia técnica, creación de capacidad, transferencia de tecnología y cooperación internacional en apoyo de los esfuerzos, acciones y medidas nacionales destinados a una mejor implementación de la declaración.

La adopción de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los campesinos y otras personas que trabajan en zonas rurales en diciembre de 2018 representó la culminación de un largo proceso que comenzó 20 años antes. Su objetivo no fue solamente de proteger a los derechos de los campesinos, sino talvez de reconocer la importancia del trabajo de estos últimos en la protección de la biodiversidad y en la soberanía alimentaria, poniendo en evidencia las faltas evidentes del sistema capitalista en estos últimos puntos.

 

Impactos negativos del capitalismo y de las empresas corporativas

57 sesion del Consejo de Derechos Humanos, evento paralelo del CETIM, Elena Rusca

“La Declaración no es sólo un punto de llegada sino que también constituye un nuevo punto de partida, un cambio de paradigma hacia una sociedad más inclusiva que reconozca y valore la contribución esencial de los campesinos y de las personas que trabajan en las zonas rurales en la lucha contra la pobreza y el hambre en todas sus formas y dimensiones; la protección del medio ambiente natural contra la contaminación y la degradación; al mantenimiento y regeneración de la biodiversidad esencial para mantener la vida; al progreso económico y social de nuestras sociedades; y el logro de sociedades pacíficas, justas e inclusivas en las que nadie quede atrás y los derechos de todos estén igualmente protegidos”, declaró en este sentido, este 19 de septiembre 2024, Geneviève Savigny, presidenta del Grupo de Trabajo de la UNDROP en la plenaria de la 57° sesión del Consejo de los Derechos Humanos que está sesionando en estos días en Ginebra, Suiza.

A través la declaración de la UNDROP se cuestiona el capitalismo, poniendo en evidencia la importancia de repensar el mundo y su manera de funcionar. En sí, el valor de la declaración de la UNDROP es sobretodo simbólico: después de tantos años de lucha campesina y de las agrupaciones que acompañaron a las personas en zonas rurales se reconoció por fin la importancia de su rol adentro del desarrollo de la sociedad y la necesidad de repensar a la organización de esta sociedad misma, cuyas líneas capitalistas enfocadas en las producciones y las ganancias choquean con el bienestar y el real desarrollo de esta misma.

Mihir Kanade, autor y profesor de derecho internacional, derechos humanos y desarrollo, expresó bien esta necesidad de cambio de paradigma, durante el evento paralelo del 19 de septiembre organizado por el CETIM en la ONU: “cuando trabajo con las populaciones campesinas, me pregunta si, más bien que pretender el derecho al desarrollo, podrían pretender el derecho a no desarrollarse. Eso, porque, desafortunadamente, en nuestra sociedad capitalista, el derecho al desarrollo esta directamente conectado con el crecimiento económico. Sin embargo, el desarrollo es un proceso más amplio: en el derecho internacional, es considerado más bien como un proceso comprensivo político social inclusivo que nos lleve hacia una participación activa y libre de toda la populación. Se trata de pensar el desarrollo como la manera de alcanzar a nuestro bienestar, que no tiene nada que ver con el producto interior bruto que producimos”.

“Ahora mismo todo el mundo quiere ser sostenibles y hay diversos caminos para llegar a este objetivo: cuando hablamos sobre qué solución adaptar, creo que lo que primero que deberíamos hacer es tener en cuenta que son los pequeños campesinos los que tienen esta real contribución al medioambiente y quienes, desafortunadamente, son los más afectados para las grandes empresas e invisibilizados cuando imaginamos un futuro en esta sociedad”, añade Geneviève Savigny en el evento paralelo del CETIM.

Ahora que la declaración de la UNDROP pudo simbólicamente demarcar la importancia de cambio de paradigma, los desafíos principales quedan en que los Estados reconozcan esta línea y la hagan suya. De momento, solo unos, Bolivia y Colombia por ejemplo, decidieron seguir las recomendaciones de la declaración de la UNDROP. Los demás países, rechazan la idea de pensar de una manera diferente de la capitalista.

 

Para ir más allá:

Diego Monton es representante de la Vía Campesina en Argentina:

“La Vía Campesina nace en contraste con los impactos de la onda nefasta de la globalización, que puso en el centro las ganancias y de lado a los derechos humanos. La Vía Campesina quiso cambiar y plantear una nueva vía hacia el desarrollo, alcanzando los derechos humanos en el campo y también en las ciudades, repensando a la importancia de la soberanía alimentaria, dando importancia a los derechos de quienes producen los alimentos pero también de quienes los consumen”.

“En este sentido estamos pensando un proceso que no hable solamente de la situación de los campesinos sino para el conjunto de la populación global. Lamentablemente 30 años de lucha después el sistema agroalimentario global ha empeorado: son siempre menos y más fuertes (actualmente 5-6) las corporaciones que están dominando el mundo de la alimentación: las principales crisis que estamos afrontando andan conectadas con esto”.

Concretamente, Diego Monton expresa bien como estas corporaciones afectan a la populación de las zonas rurales, a través del desalojo de las tierras, la privatización de semillas y el uso indiscriminados de los agrotóxicos. Es clave, para el representante de la Vía Campesina, la declaración de la UNDROP que, simbólicamente, legitima la creación de mesas de trabajo que puedan cuestionar la situación actual y encontrar soluciones comunes para avanzar en este sentido.

 

Yasmeen el Hasan es representante de la Vía Campesina en Palestina

“En Palestina son reales los problemas de acceso a los campos, al agua, a las infraestructuras ganaderas, a la pesca, a los alimentos, a causa de los ataques de Israel. Eso no es nuevo, se trata de herramientas que el colonialismo israelí está utilizando durante décadas: invadir el territorio colonizándolo, privando a los palestinos el acceso a la tierra. ¿Si la populación no puede comer como puede vivir?”

“Hoy, en 2024, Israel ha invadido 23,7 Km2 de las tierras en Cisjordania: estas cifras superan el record de todas las tierras robadas en los últimos 20 años. Después del 7 de octubre de 2023 los ataques de Israel han aumentado, destruyendo la tierra fértil y todos medios de subsistencias palestinas. La UNDROP es clave para desmantelar esta situación, una herramienta adicional, esperando que se traduzca en política, y que pueda ser utilizada para que se respeten los derechos de los palestinos”.

“Nuestros gobiernos no tienen la voluntad política de implementar esos sistemas desarrollados en la ONU – si realmente se quiere alcanzar el objetivo de desarrollo sostenible de hambre cero habría que capacitar a la pesca, agricultura: hay que reconocer a los mensajes de las comunidades que producen a los alimentos, otorgarle el papel central que tienen, a través de una participación activa”.

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Elena Rusca

Periodista, corresponsal en Ginebra

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