Entrevistas

Roberto Ávila: “El fascismo resurge y amenaza en distintos rincones del mundo”

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El pasado 10 y 11 de septiembre se celebró en Caracas el Congreso Mundial contra el Fascismo, un evento que reunió a más de mil participantes de 97 países, junto con un número similar de militantes del Polo Patriótico, quienes respaldan al gobierno socialista de Nicolás Maduro. A este encuentro también asistieron diversas organizaciones sociales, que iban desde sindicatos de pescadores hasta iglesias evangélicas. Entre los participantes destacados se encontraba Roberto Ávila Toledo, abogado chileno de derechos humanos, con quien conversamos sobre la relevancia del fascismo en la actualidad.

— Hablar de fascismo en nuestros días, ¿no es algo del pasado?

Roberto Ávila: En absoluto. El fascismo, como opción política, está resurgiendo con características propias en distintos lugares. Lo vemos en Le Pen en Francia, en Alemania, Italia, y también en Chile con Kast, así como en Zelensky en Ucrania, que usa emblemas del batallón Azov y homenajea a Stepan Bandera, quien colaboró con las SS de Hitler. Zelensky incluso ha prohibido a la Iglesia Ortodoxa Cristiana en Ucrania, lo cual es preocupante. Por otro lado, el genocidio en Palestina nos recuerda las atrocidades ocurridas en la Guerra Civil Española y el millón de muertos que dejó.

Rusia, al ver una amenaza similar, reaccionó antes de que ocurriera otro «22 de junio» (fecha en que la Alemania nazi invadió la Unión Soviética en 1941), y su respuesta ante el cerco de la OTAN con misiles y bombas nucleares nos recuerda el concepto nazi de «espacio vital».

— ¿Existe fascismo en nuestra época o es solo una exageración?

Roberto Ávila: Los principios doctrinarios del fascismo están presentes en la política actual. El concepto de superioridad racial, por ejemplo, ahora se manifiesta como pueblos «elegidos por Dios» o de forma más sutil, cuando se habla de la «opinión pública mundial», pero en realidad solo se refieren a las élites de Europa Occidental y Estados Unidos. Los millones de personas en Asia, África y América Latina no somos considerados opinión pública, porque, según ellos, seríamos «inferiores».

La violencia se utiliza sin pudor, como vemos en Ucrania, Palestina o Venezuela. Tras las elecciones de julio en Venezuela, la oposición liderada por Corina Machado sacó a las calles a los «comanditos», que asesinaron a varios civiles y policías, simplemente por ser chavistas.

Es una estrategia fascista similar a la que usó Hitler cuando atacó a Polonia, justificando su agresión con mentiras. Hoy en día, la desinformación y la manipulación mediática siguen ese mismo patrón: «Mentir, mentir, que algo queda».

— ¿Por qué resurge el fascismo?

Roberto Ávila: El fascismo siempre aparece cuando el capitalismo está en crisis. Durante el gobierno del presidente Salvador Allende vimos a Patria y Libertad en Chile, y más recientemente, a Kast tras el estallido social de 2019. Es una ley histórica: cuando los intereses capitalistas se ven amenazados, recurren a la violencia, las mentiras y la mitología de las «razas superiores» o «pueblos elegidos».

— ¿Por qué crear una Internacional Antifascista con sede en Caracas?

Roberto Ávila: Caracas es un punto clave en la lucha contra el fascismo. El objetivo del fascismo en América Latina no es solo derrocar al gobierno, sino provocar una masacre para dar un mensaje de advertencia a toda la región. Aquí, en Venezuela, hay una izquierda valiente, que ha resistido, y es desde aquí que debemos construir la barricada antifascista.

Cuando la izquierda se enfoca solo en temas de minorías, como a veces lo hace la izquierda progre, termina siendo minoría. En este congreso coincidimos plenamente con los delegados peruanos y argentinos: el pueblo volverá al gobierno en Lima.

— ¿Qué aspectos del Congreso Mundial contra el Fascismo destacaría como chileno?

Roberto Ávila: Lo que más me emocionó fue la presencia constante de Salvador Allende en el evento. Se proyectaron sus discursos, y el presidente Maduro le rindió un homenaje conmovedor. El congreso fue programado precisamente para el 11 de septiembre, en memoria del golpe de Estado en Chile. Al finalizar, más de dos mil delegados cantaron «El pueblo unido jamás será vencido«, y el vocalista concluyó con un arenga: «¡Viva el pueblo chileno, viva Salvador Allende, viva Víctor Jara!».

Antes de 1973, muchos pensaron que el fascismo nunca llegaría a Chile. Hoy, los jóvenes no deben cometer ese mismo error

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