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Relaciones disfuncionales y obstrucción política: Los obstáculos que detecta el PNUD para el desarrollo en Chile

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El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Chile ha presentado el Informe sobre Desarrollo Humano 2024, titulado «¿Por qué nos cuesta cambiar?: Conducir los cambios para un Desarrollo Humano Sostenible». Este documento, el primero en casi una década, se publica en un contexto marcado por eventos significativos como el estallido social de 2019, los procesos constituyentes que le siguieron y la pandemia del COVID-19, todos ellos con profundas repercusiones en la sociedad chilena. El informe busca responder a la compleja pregunta de por qué, a pesar de las demandas y necesidades de la ciudadanía, el país parece enfrentarse a importantes obstáculos para llevar a cabo los cambios necesarios para su desarrollo.

 

Obstáculos para el cambio en Chile

Desde la recuperación de la democracia, Chile ha experimentado procesos de cambio, muchos de los cuales han mejorado las oportunidades y el bienestar de las personas. Sin embargo, el informe del PNUD destaca que en las últimas dos décadas se han reducido las capacidades de los actores con poder de incidencia para acordar e impulsar los cambios necesarios por vías institucionales y democráticas. Ejemplos claros de este fenómeno son los repetidos fracasos en las iniciativas de cambio constitucional, los intentos infructuosos de reformar el sistema de pensiones y la incapacidad de resolver problemas crónicos en el ámbito de la salud. Estos ejemplos reflejan una tendencia en la que las discusiones sobre soluciones se prolongan indefinidamente, sin que se lleguen a acuerdos o se concreten en políticas efectivas.

El informe identifica dos factores principales que explican estas dificultades:




 

1. Relaciones Disfuncionales entre Actores Clave
El informe subraya que las insuficientes capacidades de la sociedad chilena para conducir cambios sociales están vinculadas a las relaciones disfuncionales entre los actores clave de la conducción del cambio: la ciudadanía, las élites y los movimientos sociales. Estas relaciones, que deberían ser de colaboración y acuerdo, a menudo se ven obstaculizadas por la falta de cohesión y de una visión compartida de futuro. La conducción social de los cambios es entendida como un esfuerzo colectivo que no se reduce a la voluntad de los liderazgos políticos, sino que incluye una constelación compleja de relaciones y factores que interactúan mutuamente, aunque no siempre de manera coherente. El éxito o fracaso de estas iniciativas depende, en gran medida, de la capacidad de estos actores para trabajar juntos y superar las diferencias que los dividen.

 

2. Lógicas Obstruccionistas y Polarización del Debate Público
El informe también destaca la prevalencia de lógicas obstruccionistas en los espacios institucionales chilenos. En lugar de un espíritu reformista, que hasta mediados de la década de 2010 se apoyaba en la «democracia de los acuerdos» —caracterizada por la capacidad de construir consensos políticos transversales—, en la actualidad predomina una dinámica de obstrucción y revancha política. Esta tendencia se ha extendido a todos los conglomerados políticos, afectando gravemente la capacidad del sistema para responder a las demandas sociales y avanzar en los cambios necesarios.

Uno de los ejemplos más contundentes de esta obstrucción es la serie de fallidos intentos de reformar el sistema de pensiones en los últimos tres gobiernos, así como los diversos procesos de elaboración de un nuevo texto constitucional, que también han fracasado. El resultado de estas lógicas obstruccionistas es la dilación de las soluciones y la acumulación de deudas pendientes en términos de cambio social.

Además de estas lógicas institucionales, el informe del PNUD resalta la polarización del debate público en torno a cambios institucionales que generan controversia. Los discursos públicos en Chile se caracterizan por oposiciones dicotómicas, como la de Estado versus mercado, y sus correlatos de solidaridad versus competencia, colectivo versus individuo, y política versus economía. Estas oposiciones se han convertido en trincheras desde las cuales los actores políticos y sociales se atacan mutuamente, negando toda racionalidad a quienes sostienen posiciones diferentes. Aunque esta polarización no es exclusiva de Chile, su impacto en la capacidad del país para avanzar en reformas es particularmente agudo, ya que dificulta la construcción de acuerdos y compromete la posibilidad de implementar cambios necesarios para el desarrollo humano sostenible.

Percepción Ciudadana del Estancamiento y Deterioro

La percepción de la ciudadanía juega un papel crucial en la evaluación del progreso del país. Según la Encuesta de Desarrollo Humano 2023, un 59% de los chilenos considera que el país ha empeorado en los últimos años, mientras que casi un tercio cree que se ha mantenido igual, y solo una minoría percibe una mejora. Este sentimiento de estancamiento y deterioro está relacionado con la percepción de que los liderazgos políticos y el gran empresariado han incumplido sus promesas de cambio, priorizando sus intereses electorales y económicos por sobre el bienestar general de la población.

En conclusión, el Informe sobre Desarrollo Humano 2024 del PNUD identifica tanto las relaciones disfuncionales entre los actores del cambio como las lógicas obstruccionistas en las instituciones y el discurso público como los principales obstáculos que enfrenta Chile para realizar los cambios necesarios para un desarrollo humano sostenible. Estos desafíos requieren de una reflexión profunda y un esfuerzo colectivo para superarlos, con el fin de avanzar hacia un futuro más equitativo y justo para todos los chilenos.

 

PUEDES LEER EL INFORME COMPLETO



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