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¿Chile se está quedando atrás por la redistribución? La postura del exministro Golborne

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La reciente declaración del exministro Laurence Golborne sobre la situación económica de Chile y su preferencia por invertir en Paraguay revela una perspectiva preocupante sobre las prioridades económicas en nuestro país. Golborne, quien ahora se dedica al mundo empresarial, ha encontrado en Paraguay un terreno más fértil para sus inversiones, lo que plantea serias preguntas sobre la visión que tiene para Chile y su desarrollo.

En una entrevista con el Diario Financiero, Golborne no escatimó elogios para la política económica paraguaya, destacando la claridad del gobierno de Santiago Peña y la disciplina fiscal que, según él, se asemeja a la de Chile durante tres décadas de crecimiento sostenido. Sin embargo, lo que resulta alarmante es su crítica a la orientación actual de las políticas públicas en Chile, particularmente en relación con la redistribución de recursos.

Golborne sostiene que Chile se ha desviado de su senda de crecimiento y está excesivamente enfocado en la redistribución. Según él, el país debería priorizar el crecimiento económico sobre la equidad, insinuando que el énfasis en la redistribución ha frenado el progreso económico. Esta visión, aunque aparentemente lógica en el discurso, obvia un aspecto fundamental: el bienestar de la población y la reducción de las desigualdades son componentes esenciales para un desarrollo sostenible.

La crítica de Golborne a la redistribución es particularmente desconcertante en un momento en que las desigualdades en Chile han alcanzado niveles alarmantes. La redistribución no es simplemente un capricho ideológico; es una herramienta necesaria para abordar la creciente brecha entre ricos y pobres, y para asegurar que el crecimiento económico beneficie a todos los sectores de la sociedad. Ignorar esta necesidad en favor de una búsqueda unilateral del crecimiento puede llevar a una economía aún más desigual y a una mayor fragmentación social.




Además, Golborne elogia la «agilidad» en la permisología de Paraguay, una cualidad que él considera crucial para la inversión. Sin embargo, esta admiración por la burocracia más sencilla no considera los riesgos asociados con una regulación más laxa, que puede llevar a problemas ambientales y sociales que también afectan el atractivo a largo plazo de las inversiones.

El mensaje político implícito de Golborne es claro: un Chile que se enfoque en la redistribución y no en el crecimiento económico es un país que se queda atrás. Sin embargo, esta visión omite la importancia de un equilibrio entre crecimiento y justicia social. La redistribución no es un obstáculo para el progreso, sino un componente clave de una economía inclusiva y equitativa.

 

Fabián Bustamante Olguín.

Académico del Instituto de Ciencias Religiosas y Filosofía, Universidad Católica del Norte, Coquimbo

 

 



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Fabián Bustamante Olguín

Doctor en Sociología, Universidad Alberto Hurtado Magíster en Historia, Universidad de Santiago Académico del Instituto Ciencias Religiosas y Filosofía Universidad Católica del Norte, Sede Coquimbo

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  1. Hugo Latorre Fuenzalida says:

    Golborn lleva la marca del capitalismo pasotista, de corto plazo, del beneficio rápido y la irresponsabilidad social, el mismo que ha imperando en Chile desde que se instalaron los Chicago Boys hasta nuestros días.
    Para qué hablar de las consecuencias medioambientales de ese crecimiento sostenido, del que habla Golborne. Tenemos ríos secos, mares contaminados, más de mil relaves mineros contaminando napas y lo que dejan de beneficio al pueblo es el rasoado de la olla. Un crecimiento nominal, pero no real, pues los excedentes, las ganancias se vienen exportando, no invirtiendo en Chile.
    Otra «crecimiento empobrecedor», vaya a hacerlo en Paraguay, que acá ya tenemos bastante. Las políticas distributiva no empobrecen a los empresarios, al contrario, ha sido la época de mayor éxito del capitalismo.

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