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México y la migración

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México es a la vez un país de origen, tránsito y destino de migrantes. Muchos de los que emigran son mexicanos. Otros son centroamericanos o de cualquier otra nacionalidad. ¿Por qué emigran de sus países de origen? Generalmente los empuja la miseria y a veces desórdenes civiles que ponen en peligro su  seguridad o su vida. ¿Y por qué a los Estados Unidos? Pues por aquello del sueño americano, que se ha ido convirtiendo en una pesadilla, pero que de todos modos los atrae. Los atraen los altos salarios y por lo tanto la posibilidad de alcanzar un mejor nivel de vida, Porque por ejemplo, en México, donde el gobierno de López Obrador ha aumentado muchísimo el salario mínimo, éste es en 2024, de 248.93 pesos diarios, lo que equivale a 7.468 pesos mensuales, o sea a 440 dólares mensuales, todo dependiendo de las fluctuaciones de ambas monedas, pero por ahí va la cosa. En Estados Unidos los salarios no se fijan generalmente por día ni menos mensuales, sino por hora y por año.

Allá el salario promedio por hora en algunos Estados es de $19.56 dólares y en otros de 18 o 16.  El promedio que gana un trabajador de la construcción en Florida, es de alrededor de $40.680 dólares  anuales.

En  cambio en México es alrededor de 5.200 dólares anuales. Lo calculamos en ingreso anual, para comparar, puesto que así lo hacen ellos.

También esto es muy variable, dependiendo de la calificación del trabajador, del Estado de la Unión en que se pueda afincar y de la labor que desempeña. Pero aunque allá todo es más caro y todo o casi todo se paga, siempre va a poder vivir mejor que en México. Eso, desde el punto de vista económico, lo demás, como discriminación racial y otras, les parece secundario.

El hecho es que en EE.UU. hay una enorme población de mexicanos que proviene desde hace muchos años. Ya han llegado a ser 32 millones, tanto de primera como de segunda y tercera generación.

Pero estos mexicanos emigrados que viven en EE.UU. no olvidan a su  país  ni a su familia. Las remesas que envían son  muy grandes y han ido aumentando, en el año 2023 fueron alrededor de 62.257  millones de dólares.

Ahora bien, los mexicanos que en la actualidad emigran hacia Estados Unidos, saben que allá tienen una gran comunidad que los apoyará y ayudará al principio y a menudo, a miembros de su propia familia, lo que es una  garantía de seguridad y de permanencia.

Estos  mexicanos que emigran a EEUU anualmente son alrededor de 400.000, aunque han ido disminuyendo en el gobierno de AMLO, porque éste le ha dado mucho dinero al pueblo con sus planes de bienestar social y la consigna “primero los pobres”.

Por otra parte, no todos los nuevos migrantes se quedan allá,  muchos regresan por razones laborales: no conseguir el trabajo que habían pensado, por extrañar a su familia o a su país o simplemente porque EE.UU no les gustó.

El mayor problema lo tienen los que no son mexicanos y sólo están en México de paso hacia EE.UU. Ese tránsito es terrible, tremendamente duro y peligroso.

Alrededor de 400 o 500 mil personas transitan anualmente por México en camino a EE.UU. La mayoría son centroamericanos, como ya se ha dicho. Los que llegan a la frontera norteamericana son 200 o 300 mil. Los demás se quedan en el camino, víctimas de delitos, muertos, o porque elijen permanecer en México  o porque regresan a sus países.

Generalmente cruzan en barcazas, balsas o lo que sea, el río Suchiate que corre  en la frontera de México con Guatemala.

 

Hasta ahora, antes del gobierno de AMLO, la frontera México-Guatemala era tierra de nadie, sin ningún control. Ahí entraba la gente sin identificarse ni que se supiera quién era y después, dónde estaba.  Ahora se han establecido los controles que hay en cualquier frontera: documentos, identificación, saber para donde va cada persona y en qué tipo de transporte. Eso permite proteger a los migrantes, saber quiénes son y donde se encuentran, poder informar a la familia cuando ésta pregunta, pues antes se perdían muchas personas que jamás se sabía qué les había ocurrido en el tránsito. Esto permite evitar en gran medida la explotación de que eran objeto. A cada migrante los polleros (traficantes de personas) le  cobran 10 mil dólares o más por llevarlos en un camión repleto y a menudo los dejan tirados en la mitad del camino, encerrados, a pleno sol, muriéndose de asfixia y de calor.

Los que no pueden pagar los miles de dólares que cobran los polleros, se van hacia el norte en un tren llamado La Bestia. Viajan hacinados, la mayoría en el techo o colgando de donde puedan. Muchos se caen del tren, que les corta piernas, brazos o los mata. El paso de los migrantes centroamericanos por México ha dado origen a un verdadero holocausto. Son extremadamente vulnerables, propensos a ser víctimas del crimen organizado, de secuestros, de trata de personas, de explotación laboral y sexual, de asaltos, abusos, extorsiones, robos, todo tipo de atrocidades.

Pero el pueblo no discrimina a los inmigrantes, al contrario. Por ejemplo, hay un grupo de mujeres voluntarias llamadas “Las Patronas”, mujeres humildes, pobres, que les lanzan alimentos, agua y asistencia a los migrantes al paso del tren La Bestia, mientras éste sigue su marcha.

La llegada a la frontera norteamericana tendría que ser objeto de otro artículo. Pero de todos modos conviene señalar que muchos intentan pasar por el desierto de Arizona, porque otros lugares ya están muy vigilados. Personas compasivas les dejan botellas y garrafas con agua en el ardiente camino que han de recorrer. Sin embargo, los agentes de la Patrulla Fronteriza acuchillan, pisotean y vacían las botellas. Estas acciones condenan a quienes cruzan la frontera, a la muerte y a la desaparición. Son crímenes deliberados, despiadados, confiados en la impunidad y en la complicidad gubernamental.

 

Ahora bien,  ¿Cuál podría ser la solución del problema de la migración de centroamericanos y mexicanos hacia Estados Unidos?  No es fácil encontrar una solución a corto plazo, pero el gobierno de AMLO ha ideado una que es bastante plausible. En definitiva, se trata de un programa para  mejorar sensiblemente la situación del sur de México y de tres países centroamericanos, como ya señalamos..

Este gobierno ha propuesto medidas muy  alentadoras para que la migración llegue a ser voluntaria y no obligatoria. Medidas que consisten en planes y programas para  crear condiciones de desarrollo  económico en el sur de México y al menos  en Guatemala, Honduras y El Salvador,  que es la mejor  manera de atacar las causas de la migración.  Estos programas nunca se habían planteado antes y son una muestra emocionante de solidaridad internacionalista  y compromiso  con  los problemas de Centroamérica.

El principal de estos programas se llama “Sembrando vida.” ¿Y en qué consiste? Pues se trata de combatir la  principal causas de la migración, que es la miseria económica, sobre todo en el sector agrícola.

Es un programa coordinado por la Secretaría de Bienestar, que pretende ayudar al desarrollo de los Estados más pobres de México y de países hermanos. También los norteamericanos se comprometieron a participar en esto, pero hasta la fecha el  mayor inversor ha sido México.

Se trata de  impulsar la autosuficiencia alimentaria, por medio del establecimiento de sistemas agroforestales, que combinan la producción agrícola, garantizando la seguridad alimentaria y el aumento de los ingresos de los campesinos.

Hasta el momento, se rebasó la cifra de mil millones  de árboles frutales y maderables plantados. Al término de esta administración, se estima cubrir 1 millón 139 mil 372 hectáreas en los estados donde tiene cobertura el programa.

No sólo se refiere a la producción este programa, sino que ha dado trabajo a cientos de  miles de campesinos mexicanos y centroamericanos.

Margarita Labarca Goddard

 

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Margarita Labarca Goddard

Abogada chilena residente en México

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