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El 6% de la producción mundial de petróleo se destina a la fabricación de plástico.

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El año 2023 ha sido testigo de condiciones climáticas extremas a nivel mundial, reflejando el impacto del calentamiento global.

En el país, se ha registrado el año más cálido desde 1961. La producción y uso de combustibles fósiles, especialmente el petróleo utilizado en la fabricación de plástico se presenta como un factor clave en este fenómeno.

Uno de los mayores desafíos en la gestión de residuos es el manejo de las botellas de plástico, que representan casi el 40% del peso total de los desechos generados a nivel mundial.

A pesar de esto, solamente el 8.5% de estas botellas se reciclan, mientras que el resto termina en vertederos o en los océanos, creando una grave problemática ambiental. Se estima que un camión lleno de plástico desechado llega a los océanos cada minuto, lo que pone en evidencia la urgencia de actuar para reducir su impacto.

En este sentido, Claudio Brinkmann, Co-Fundador y CEO de Maihue, una empresa comprometida con la sostenibilidad, destaca la importancia de cambiar la forma en que se producen y utilizan las botellas de plástico.

Brinkmann señala que es necesario romper con la cadena que va desde la extracción y procesamiento del petróleo hasta la distribución globalizada de productos envasados en plástico, para reducir al máximo las emisiones de gases de efecto invernadero y los impactos ambientales asociados.

En particular, las empresas embotelladoras, como las de agua cuyo consumo se ha triplicado en los últimos años en el país, juegan un papel crucial en este cambio. ““Sabemos que están haciendo estrategias y buscando soluciones para esta realidad como la utilización de material más sustentables, pero estas no acabarán con el problema de raíz” comenta el experto.

En respuesta a esta problemática, Maihue promueve el uso de dispensadores de agua conectadas a la red con diferentes formas de purificación adaptadas a la realidad del agua chilena como una alternativa más sostenible y económica.

«Frente a esta problemática, diversas iniciativas buscan reducir la dependencia de botellas de plástico. En este sentido, la tendencia mundial apunta hacia el uso de dispensadores de agua purificada y remineralizada como una alternativa más sostenible y económica», asegura Brinkmann.

El CEO de Maihue añade que «la idea es que todos los consumidores de agua se informen y se sumen a nuestra iniciativa de evolución. Entendemos que un purificador puede resolver de forma más eficiente y económica el acceso a agua de máxima calidad, al mismo tiempo que nos hacemos responsables por el cuidado del medio ambiente».

Gracias a esta tendencia de evolución hacia los dispensadores, Maihue ha logrado ahorrar más de 60 millones de botellas de plástico en tan sólo un año, lo que le valió el premio Impacto Latam. «El mayor riesgo del planeta es pensar que otro vendrá a salvarlo.

Es necesario un cambio en la cultura del consumo de agua, generando conciencia sobre las externalidades de los botellones y botellas de plástico. Hoy sabemos que un 80% del costo de una botella de agua embotellada se atribuye al plástico y a su transporte.

Los dispensadores de agua purificada emergen como una solución económica y amigable con el medio ambiente», concluye Brinkmann.

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