El 80% de los juguetes del mundo terminan en vertederos, incineradoras o en el mar
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La eco periodista Cata Droguett sugiere medidas para mitigar este impacto, como optar por regalar experiencias, juguetes ecológicos, fomentar el reciclaje y educar a los niños sobre el cuidado del medio ambiente.
Cada segundo domingo de agosto, celebramos en nuestro país el Día de la Niña y el Niño, una ocasión llena de colores, diversión, juegos y entrega de regalos. Los juguetes son compañeros inseparables de la infancia, ayudando a los más pequeños a aprender, desarrollarse, divertirse, estimular su imaginación y socializar.
Pero, ¿cómo afecta la fabricación de juguetes a la contaminación del planeta?
Según datos de la Fundación Ellen MacArthur, aproximadamente el 80% de todos los juguetes del mundo terminan en vertederos, incineradoras o en el mar. Esto tiene un impacto brutal en el medioambiente, dado que la industria del juguete utiliza 40 toneladas de plástico por cada millón de dólares en ingresos y posee una alta huella de carbono.
La contaminación causada por los juguetes de plástico es alarmante. Los datos indican que 9 de cada 10 juguetes viejos terminarán en vertederos, incineradoras o en el mar, a menudo con baterías que contienen metales pesados y otras sustancias contaminantes.
La eco periodista, conductora del programa “Chile Sustentable” y autora del libro “Ecología Personal”, Cata Droguett, comenta: “El día del niño y niña se ha convertido en una segunda Navidad y la tasa de compra de juguetes se ha elevado muchísimo.
Lamentablemente, la elaboración de esos juguetes y su destino final, por lo general, son cero sustentable y terminamos entregando un regalo que entusiasma por un corto periodo a los niños y que luego tiene un impacto tremendo en la contaminación del planeta y que aporta en la concreción de datos espeluznantes como el que señala que de acá al 2050 habrá más plásticos que peces en el mar.
Esta celebración se puede vivir de manera más consciente y transmitiendo valores sociales y ambientales a nuestros niños”.
Como adultos, ¿cómo podemos mitigar el daño al medio ambiente durante esta celebración?
Cata Droguett ofrece algunos consejos:
Regalar experiencias y tiempo de calidad: Regalar panoramas en casa como por ejemplo cocinar, pintar o elaborar algo juntos con nuestras manos. También se puede salir a un parque, un museo o regalar clases de música, talleres de cocina, etc. Los niños necesitan mayor tiempo y presencialidad de sus padres y madres.
Fomentar la longevidad de los juguetes: Los juguetes con una historia personal son más valorados y cuidados por los niños, lo que prolonga su vida útil. Una buena idea es proponerles reparar sus juguetes, bañarlos, vestirlos, hacerles accesorios con materiales como cartón.
Este vínculo emocional no solo enriquece la experiencia del niño, sino que también contribuye a la sostenibilidad ambiental.
Elige juguetes respetuosos con el medio ambiente: Si definitivamente quieres comprar, opta por juguetes ecológicos elaborados en base a materiales reciclados o reutilizados. Cada vez hay más opciones de este tipo que cuentan con certificaciones serias. Así también, privilegiar comprar a emprendimientos locales.
Donación y Reciclaje de juguetes: Todo niño tiene juguetes que no usa o que no sabe que tiene en casa y se acumulan sin destino. Es una excelente idea hacer una limpieza e identificar los que pueden ser reciclados o los que están en buen estado donarlos. Solo así puede entrar otro nuevo.
Concienciar sobre el cuidado del medioambiente: Hablar con nuestros hijos e hijas sobre el impacto ambiental de los juguetes les ayuda a entender la conexión entre sus elecciones y el bienestar del planeta. Explicarles cómo algunos juguetes pueden ser más sostenibles que otros y enseñarles a identificar productos que respeten el medio ambiente fomenta una actitud responsable y consciente desde temprana edad. Señala Droguett.
“En el Día de la Niña y el Niño, es crucial reflexionar sobre el impacto ambiental de los juguetes. Optar por opciones ecológicas y fomentar la reutilización y el reciclaje no solo protege nuestro planeta, sino que también enseña a los más pequeños el valor de cuidar el medio ambiente. Juntos, podemos hacer una diferencia”, indicó Cata Droguett.
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