Indignante: Expresidente Frei defiende la industria salmonera, critica la nueva ley de Pesca y la Ley Lafkenche
Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 9 segundos
Durante su participación en la apertura del Primer Salmón Summit, que tuvo lugar el miércoles en Frutillar, región de Los Lagos, el expresidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle ratificó su postura a favor de la industria salmonera y arremetió contra el proyecto de la nueva Ley General de Pesca, que se tramitará en el Congreso, y la Ley Lafkenche. El evento fue organizado por SalmonChile, y el exmandatario fue el encargado de exponer en la charla magistral, donde aseguró que la industria del salmón “ha sido el motor del crecimiento del sur de Chile en los últimos 30 años”.
En su intervención, Frei se presentó como un defensor ferviente de las salmoneras y expresó: “no podemos aceptar que destruyan esto con una mala ley de Acuicultura”, en clara referencia a la Ley de Pesca que impulsa el gobierno del presidente Gabriel Boric y que se tramitará en el Congreso en 2025. Dirigiéndose a Arturo Clément, presidente de SalmonChile, Frei instó: «Si la ley no viene bien, pónganse con todo».
Una Defensa Controvertida
A juicio de Frei, la industria salmonera necesita “duplicarse” en los próximos 30 años. “¿Y lo vamos a parar, lo vamos a detener, lo vamos a complicar?”, cuestionó, mostrando una clara preferencia por la expansión sin restricciones de esta industria. Durante su intervención, el ex jefe de Estado también criticó duramente la Ley Lafkenche, que regula los Espacios Costeros Marinos para Pueblos Originarios (ECMPOs) y reconoce los derechos de las comunidades mapuche-lafkenche sobre el borde costero.
La industria acusa que esta ley ha generado conflictos e incertidumbre, presionando para que se rechacen nuevas solicitudes de ECMPOs y se establezca una moratoria en su tramitación. Esta postura ha generado rechazo entre las comunidades indígenas y organizaciones que defienden la ley como una herramienta crucial para la protección de sus derechos y la conservación del medio ambiente.
En una clara defensa de los intereses de la industria salmonera, Frei apuntó a la alta incertidumbre que provoca la normativa y criticó que haya solicitudes para la entrega de tres millones de hectáreas de borde costero a comunidades indígenas. «Tenemos que cortar de frentón este asunto de la ley Lafkenche y sacar una nueva y buena ley de pesca que Chile necesita para seguir», aseveró, citado por Emol.
Las declaraciones del expresidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle en el Primer Salmón Summit no sorprenden, pero sí indignan. Su postura a favor de la expansión desmedida de la industria salmonera, a expensas de los derechos de las comunidades indígenas y la conservación del medio ambiente, refleja una visión anticuada y sesgada que prioriza los intereses corporativos sobre los sociales y ambientales.
Durante su mandato, Frei fue criticado por su falta de visión y su incapacidad para abordar los problemas estructurales del país, y estas recientes declaraciones reafirman su alineación con políticas que favorecen a las élites económicas. La industria salmonera ha sido una fuente de desarrollo económico, pero también ha causado serios problemas ambientales y conflictos sociales. La nueva Ley General de Pesca y la Ley Lafkenche buscan precisamente equilibrar estos intereses, protegiendo los derechos de las comunidades y el medio ambiente.
La postura de Frei es un claro ejemplo de la resistencia al cambio y a la justicia social. En lugar de adaptarse a las necesidades actuales de sostenibilidad y equidad, el expresidente aboga por una expansión sin control de una industria que ya ha demostrado tener efectos negativos significativos. La defensa a ultranza de la industria salmonera y la crítica a la Ley Lafkenche demuestran una desconexión preocupante con las realidades y demandas de las comunidades indígenas y los desafíos ambientales de nuestro tiempo.
Es hora de que Chile avance hacia un modelo de desarrollo que no solo considere el crecimiento económico, sino también la justicia social y la sostenibilidad ambiental. Las declaraciones de Eduardo Frei son un recordatorio de las viejas políticas que debemos superar para construir un futuro más equitativo y sostenible.
Patricio Serendero says:
Que el muy mediocre Frei Ruiz-Tagle hable, no tiene ninguna importancia histórica. Un derechista de toda su vida, camuflado en el partido político del padre, uno que celebró el Golpe.
Renato Alvarado Vidal says:
Por favor no veamos la realidad en blanco y negro. No porque alguien de derecha critique una ley, nosotros vamos a salir automáticamente a defenderla. El problema reside en que la ley Lafkenche es de veras mala, no es «de izquierda», es una ley oportunista, explicable solamente por la pésima calidad de nuestros parlamentarios, a quienes se les olvidó, o nunca conocieron, el principio de igualdad ante la ley. Una ley que establece privilegios abre la puerta a los abusos, falsificaciones, «vivezas» y otras formas de codicia. Acá en el archipiélago perjudica directamente a la clase trabajadora.
lo ramon roman says:
¿Indignante? ¿Para quién? En cuanto a este caballero Frei, todo empezó con su papito, QEPD, y desde allí y un poquito antes, la DC se fué costa abajo en la rodada, o mejor dicho, cuesta arriba con el Neoliberalismo. Para terminar, ya que he abierto demasiado mi tollo, como decía un compañero de socometal en Chile en esos maravillosos tiempos de conciencia y solidaridad, ¿ustedes creen que a los trabajadores chilenos, que nada tienen que ver con esta industria salmonera, les da un pico lo que el gobierno neoliberal del joven boric decida con esta industria? Como nos gritabamos cuando cabros chicos cuando jugábamos al «pillarse» por allá en los años cincuenta y antes, CADA UNO PA’ SU SANTO.
Que pocas voces quedan como el Sr Portales y un escogido grupo de gente maravillosa, pero… ¡que diablo! como decía la diabla.
Felipe Portales says:
Pero no tiene nada de sorprendente. Frei-Ruiz-Tagle -junto con Aylwin, Lagos y Bachelet- fue uno de los presidentes de la Concertación que legitimaron, consolidaron y profundizaron la obra de la dictadura: El modelo neo-liberal, con sus privatizaciones, Plan Laboral, AFP, Isapres, ley minera, LOCE-LGE, universidades privadas con fines de lucro, etc. Y la Constitución del 80, que finalmente fue suscrita por Lagos y todos sus ministros en 2005, luego de algunas reformas.