Vicuña: un tesoro escondido en el Valle del Elqui
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Vicuña, una joya escondida en el Valle de Elqui, me sorprendió gratamente desde el primer momento. Su paisaje, con montañas que parecen abrazar la ciudad y un cielo que de noche se convierte en un manto de estrellas, es simplemente espectacular. Pero lo que más me impresionó fue su gente, siempre amable y dispuesta a compartir las maravillas de su tierra.
Uno de los lugares que no puedes dejar de visitar en Vicuña es el Museo Gabriela Mistral. Este museo, con su arquitectura modernista diseñada por el renombrado arquitecto Oscar MacClure (el mismo autor del Planetario de la USACH), es un homenaje a la vida y obra de nuestra única premio Nobel de Literatura. Adentrarse en la vida de Gabriela Mistral es una experiencia conmovedora. Sus escritos, sus luchas y su legado superan con creces lo que hizo por Chile y Latinoamérica. Cada rincón del museo está impregnado de su espíritu, y salir de allí sin sentirse inspirado es prácticamente imposible. Después de visitarlo, uno queda con la sensación que Gabriela Mistral trasciende a Chile; ella fue demasiado grande.
Otro atractivo imperdible es el Tour Astronómico Elki Magic. A solo unos minutos del observatorio Mamalluca, este tour es una puerta abierta al universo. Los anfitriones, Adeline y Lincoln, con su vasto conocimiento, nos enseñaron sobre las estrellas, la Vía Láctea y los secretos del cosmos. Es una experiencia que te hace sentir pequeño ante la inmensidad del universo, pero al mismo tiempo, lleno de asombro y curiosidad.
Para hospedarse, recomiendo encarecidamente el Hostal El Colibrí, propiedad del libanés-estadounidense Richard Chaptini. Richard no solo ofrece un lugar acogedor para descansar, sino que también comparte historia de vida. Escuchar su experiencia en la guerra de Irak es un recordatorio de la resiliencia humana y la importancia de valorar la paz.
Un descubrimiento sorprendente en Vicuña fue la librería ubicada a un costado de la Plaza de Armas. Con una amplia colección de libros de ciencias sociales, es increíble que una librería tan completa no exista en Coquimbo, a pesar de contar con la Universidad Católica del Norte, sede Guayacán. Esto subraya la urgente necesidad de tener una librería variada en Coquimbo. La educación y la cultura son las únicas herramientas que pueden sacarnos del subdesarrollo y construir una mejor región.
Por otro lado, me llamó la atención que en Vicuña no existiera algún centro cultural o alguna facultad de literatura, considerando que es la ciudad donde nació Gabriela Mistral. Un polo educativo universitario le daría un gran impulso intelectual a esta ciudad. Cabría preguntarse si la Universidad de La Serena o la Universidad Católica del Norte no han considerado esa posibilidad. Creo que se debería impulsar de una facultad de letras en la ciudad, ¿por qué no? ¡Es la ciudad de nacimiento de una Premio Nobel de Literatura!
De alguna forma, Vicuña es como una comunidad ideal perdida donde todo el mundo convive en aparente armonía: tanto chilenos y extranjeros, turistas y locales, unidos por el bien de la ciudad. La plaza de armas de la ciudad es un lugar de encuentro, como solía ser en el paso en Chile, algo que hoy no podemos decir de muchas plazas de armas de otras ciudades del país. Por lo tanto, Vicuña no solo es un lugar para visitar, sino para experimentar y aprender. Cada rincón de esta ciudad tiene algo que enseñar, ya sea sobre historia, astronomía o la importancia de la paz y la educación. Sin duda, es un destino que deja una huella imborrable en el corazón de quienes la visitan.
Fabián Bustamante Olguín.
Doctor en Sociología, Universidad Alberto Hurtado. Académico del Instituto de Ciencias Religiosas y Filosofía, Universidad Católica del Norte, Coquimbo.