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A por ellos en las Municipales

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Cuando el alcalde tiene una casa más grande que el médico del pueblo hay que preocuparse.

Todos los alcaldes no son ladrones, ni corruptos, ni amigos de traficantes. Existen autoridades locales de conducta irreprochable, con municipalidades ordenadas y de buena relación con los habitantes en sus comunas.

Las alcaldías son la primera línea en atención de los vecinos. Son los primeros en llegar ante tragedias y catástrofes. Entre los habitantes y las autoridades se forman relaciones de trabajo en conjunto que posibilitan mejorar ostensiblemente la vida de los ciudadanos y sus barrios.

Hay comunas con muchos recursos y existen otras con fondos limitados

Lo sucedido hace algunos años en la Municipalidad de San Ramón donde un elegido alcalde apellidado Aguilera militante y dirigente del Partido Socialista, el partido donde militó Salvador Allende, lo convirtió en un feudo/reducto manejado bajo el amparo de traficantes y ex presidiarios, que dejaban al descubierto el mal uso de recursos y de una precaria conducción de una institución fundamental para dar respuestas concretas a las demandas mas urgentes de los ciudadanos.

No es novedad en los tiempos actuales que un alcalde tenga que cruzar los anchos portalones de una prisión para responder por actos contrarios a la necesaria probidad que una conducción local lo amerita. El alcalde de Rancagua también militante socialista y un destacado líder en la sexta región no pasó la prueba de la blancura. Colocó como su prioridad el beneficio y enriquecimiento personal, abandonó a sus vecinos y engañó a sus votantes.

Sucede que las personas que votaron por ellos aún no salen de su asombro y con justa razón deben preguntarse, en qué momento luego de haber declarado ser defensores de la probidad y del servicio público, cruzó la raya que los obliga a usar una camisa listada con foto tamaño carnet en la oficina de clasificación del penal.

No existen antecedentes de los tantos y tantos robos, horas extras, viáticos, pasajes al extranjero durante la dictadura militar en las municipalidades. En aquel tiempo todo era oscuro y corrían entre todas esquinas favores, los familiares de uno para que trabaje para el otro.

No era posible elegir a las autoridades locales. Las elecciones estaban prohibidas. Dedocracia pura y dura, esa que le gusta a los totalitarios y negacionistas.

Las municipalidades, instituciones regladas por ley han amparado por largos años la corrupción más descarnada. Un juego entre favoritos sin control, trabajo para perdedores y algunos bendecidos por autoridades locales. El amiguismo paseándose ufano y bolsa de votos para diputados y senadores.

Entre tantos casos de carácter delictual se puede hacer notar lo sucedido con el ex alcalde Torrealba de Vitacura. Un ladronzuelo de buena estirpe y perfume caro que durante más de dos décadas construyó un teatro de marionetas con billetes que danzaban al ritmo de una música que el componía mensualmente, un roedor.

Abandonó RN cuando la evidencia llegó a la altura de una catedral. Expresó que abandonaba su opción política para preparar su defensa, algo parecido se le escuchó a Rosauro Martínez, acusado de haber dado muerte a tres militantes del MIR.

Se rompió el molde en la Municipalidad de Maipú donde una amparada alcaldesa amparada por UDI en un arranque infantil desbordó las bodegas de peluches y bajo la mesa alcaldicia guardó joyas para repartirlas entre sus amigas y obsecuentes aduladores convertidos en besamanos.

Por la avenida de la corrupción caminó también el alcalde de Lo Barnechea Guevara. El no se quedó con dinero ajeno, sencillamente entregó por asignación directa trabajos municipales a su hermano, alterando las normas de contratos para la construcción de edificios públicos municipales para el servicio de toda la población.

Un alcalde que le da trabajo por miles y miles de millones de pesos a su hermano rompiendo las normas redactadas para tal efecto. También se le investiga y está en tribunales por cursos de baile por algo así como doscientos millones de pesos. Probidad cero.

La Comuna de San Bernardo que trae los recuerdos esos tiempos de la Maestranza, y que bajo la gestión de Nora Cuevas (UDI) está siendo investigada por presunta malversación de caudales públicos, desfalco y fraude de subvenciones. Todo un desfalco millonario. San Bernardo es una comuna que no está atiborrada de billetes, le faltan recursos para atender las urgencias de sus habitantes. La UDI guarda silencio y su militante Nora Cuevas no es habida.

Viña del Mar a quien Virginia Reginato convirtió en la cueva de Alí Baba durante 16 años a la comuna del festival en “una máquina para defalcar”: dijo la actual alcaldesa Macarena Ripamonti. Sencillamente porque los números de tantos billetes malversados evidenciaban perfiles de locura extrema.

Sigue en prisión el ex alcalde Algarrobo al no poder justificar más de mil millones de pesos repartidos entre su sobrino y cuñado con la firma de quien era su pareja. Un balneario donde Orates está sentado en una caja de manzanas llena de billetes de alta denominación.

No sólo las grandes ciudades están rodeadas de zonas marginales donde en algunos casos la presencia del Estado es evidente. Existen comunas en todo Chile donde existen familias que viven bajo la línea de la pobreza y doblemente alejados de la necesaria igualdad que reclama la dignidad de todos.

Entonces sale la derecha con su bandera de la seguridad para condenar a los más pobres, los más golpeados como responsables de todo lo malo que como una lacra se pega en cada lugar del territorio. No alcanza la derecha a comprender que en aquellos sectores no existen áreas verdes, que es la educación pública la que responde a las exigencias necesarias para el desarrollo.

Vivir en el piso cuarenta de una torre con 38 metros cuadrados los hace propietarios cantarán los empresarios de la construcción.

La batalla contra la pobreza, la exclusión, la desigualdad, la miseria misma es también una madre de todas las batallas. Llega la derecha con su mirada paternalista buscando la llave de la caja de fondos para robarla, mientras llora preguntando la razón de tanta miseria.

Chile no es un país que se construye solamente en las ciudades, existe también un país campesino, un mundo rural, de temporeros y migrantes. Para la memoria con todos sus dolores están los campesinos de Lonquén.

Estas elecciones municipales serán con inscripción automática y voto obligatorio lo que deja de manifiesto un padrón electoral bastante más numeroso, en comparación al anterior. Las comunas pequeñas también sienten los problemas de las grandes ciudades y los habitantes reclaman con justo derecho mejoramiento en las condiciones de vida.

Los últimos tiempos muestran una derecha enconada, agresiva y de atisbos fascistas. En ese sentido la batalla en las comunas no es asunto baladí ni simplón. Escuchar a los habitantes y aportar respuestas concretas a sus necesidades es sin lugar a dudas el mejor uso de la espada del correcto uso de recursos para los necesitados del campo y la ciudad.

La conquista de más comunas para el buen vivir de millones de personas es ahora tarea con mayor premura. Convertir la probidad en asunto cotidiano es urgente. Sabemos que nadie se salva solo pero para que suceda aquello hay que ir a despertar al dormido y organizar al despierto. Lo que venga después es sencillamente lo que se llama futuro.

 

Pablo Varas.

 

 

 

Pablo Varas

Escritor

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