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La metamorfosis de Gabriel, como lo llamaba el pueblo  

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Para decirlo en breve: pocos eventos políticos, fracasados o no, han hecho más mal a la posibilidad de levantar desde las cenizas un movimiento popular que se cruce al actual orden, como el gobierno de Gabriel Boric y su corrimiento al azul.

No solo no cumplió su palabra empeñada en su programa de gobierno, lo que no sería tan extraño. Esa práctica de politiquería picante, de franco perfil corrupto, entendido como el deterioro del valor que debe tener el compromiso adquirido, era, en opinión del actual presidente cuando era un prometedor dirigente estudiantil, la suma de todo lo que había que desterrar.

En nuestro país darse vueltas la chaqueta sin ningún rubor, sale gratis.  Peor aún, es una práctica premiada, bien vista, saludable y que se congracia con el pragmatismo de los tiempos. Y, por cierto, con la ultraderecha

De consecuencia, decencia, honor, ni hablar.

En este instante es necesario recordar que el único presidente que cumplió su palabra ha sido Salvador Allende, el más digno y hermoso de cuantos mandatarios han pasado por La Moneda. Rindió su vida sin cambiarse de chaqueta. Para el Chicho, la metamorfosis era una novela de Kafka.

El corrimiento hacia el centro de los partidos y movimientos que aspiraban al socialismo como solución a los efectos de un capitalismo caníbal, inhumano, criminal y soporte de las peores aberraciones que han asolado a la humanidad, ha generado una borrascosa mescolanza de ideas que solo han servido para legitimar este mismo capitalismo, ahora en su versión más extrema.

Hemos sido testigo de la irrupción de una izquierda neoliberalizada que se siente cómoda al lado de los que antes mataron a muchos de sus camaradas.

Pero ¿es este un gobierno de izquierda? Si se considera desde los intereses del pueblo vapuleado, explotado, engañado y vuelto a engañar, despolitizado y endeudado hasta en tres generaciones, este gobierno y sus partidos soportes han abandonado las banderas que alguna vez les dieron sentido y valer.

Han falseado sus consignas, abandonaron a quienes quedaron orillados en la lucha contra la dictadura, y a quienes pelean a diario por una casa digna, una educación medianamente humana, una salud para personas y una vejez sin penas.

Simplemente se rindieron.

Gabriel Boric y sus equipos podrán decir que son de izquierda, pero, vistos desde sus actos, dichos, renunciamientos y traiciones, solo son renegados, acomodados y rendidos.

Quienes asumieron el gobierno no se proponen ni por pienso cambiar el mundo de fases hundiendo al imperio burgués. Traicionando su propio programa, se han acomodado de tal manera al régimen, que ahora se proponen hacerlo viable.

Como dicen en el campo: no hay bruto que no se parezca a su amo.

Vea lo que pasa con la reforma a las ISAPRES que comercian con la salud de las personas. No solo se les ha perdonado gran parte de lo que robaron. Para el resto que deben tendrán un plazo que nadie tendrá en su vida y, muchos más, será pagado por las mismos estafados.

El gobierno de Boric ha dispuesto al Estado para salvar un negocio privado de lo más aborrecibles en el mismo momento en que ese mismo Estado desaloja al pobrerío que se toma un terreno para tener donde hacer dormir a sus niños.

Pero eso es lo menor.

La tragedia vendrá cuando se quiera convencer a la gente que vote por ellos. Cuando la insuperable confusión lleve a la gente desprovista y maltratada a buscar en la ultraderecha y su populismo y demagogia la solución a sus problemas.

Y condene a los conversos y tránsfugas a la sentina de la historia.

¿Un Gabriel con tres caras?  “…una cosa es ser activista, otra cosa es ser Parlamentario y otra cosa es ser Presidente de la República.”, responde presta y directa la Vocera Vallejo respecto de una denuncia en clave meme a las volteretas políticas de Gabriel Boric.

Como si la inconsecuencia fuera explicable como virtud. Como si el acomodo fuera una gracia. Como si el temor a la derecha se pueda considerar un valor. Como si la pragmática pudiera considerarse como una herramienta aceptable para decepcionar a quienes creyeron en ti.

Pablo Neruda, premonitorio, escribió que el pueblo lo llamaba Gabriel, aunque después lo llamó de otra manera…

 

Ricardo Candia Cares

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Ricardo Candia

Escritor y periodista

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  1. Serafín Rodríguez says:

    «No es lo mismo ser activista que Presidente” —dijo Boric… En otros términos, antes de que fuera investido Presidente, nunca ejerció como diputado sino que como mero activista, incluso cuando era candidato a Presidente de la República. Así, su programa de gobierno no era más que una forma de activismo para hacerse de La Moneda y pasarse por el arco de triunfo al país. Por fin está claro por qué lo ha incumplido.

  2. Patricio Serendero says:

    «De consecuencia, decencia, honor, ni hablar.» Tiene razón el articulista. Pero además, faltan a lo que dicen ser su defensa de la democracia (burguesa además). Esa con la que hacen gárgaras y juzgan a personas y países como entes impolutos. No cumplir con el programa con que un grupo político se hace elegir en elecciones, y cambiarlo en 180 grados cuando se ejerce, es perfectamente anti-democrático valorado así por esta propia forma de gobierno. Escucharon señorones del FA? Perfectamente anti-democrático, un supuesto valor que dicen defender.
    Claro que de tanto que la democracia es violada diariamente, ya a nadie le sorprende.
    Deberíamos cada día que pasa enrrostrarles en sus dobles caras esta verguenza pública.

  3. Quizá lo más importante que revela la conducta política de Boric es su propiedad de servir de vehículo para la instalación de un régimen policiaco militar en nuestro país. La inmunidad a las fuerzas policiales conferida graciosamente por la Ley Nain-Retamal, un proyecto respaldado por el Ejecutivo y la reforma a la Ley Antiterrorista, igualmente iniciativa del actual mandatario, constituyen junto a la Ley RUF y otras normas complementarias, el entramado necesario para la instauración formal de una dictadura civil en Chile. La impostura, el oportunismo y la banalidad política de Boric, son una mascarada de una gigantesca operación política que está haciendo retroceder las libertades democráticas al Chile del siglo XIX. Estos mismos promotores del bonapartismo y la represión muy pronto vendrán a pedir el voto para Tohá, Winter, Vodanovic y quién sabe, quizá para Bachelet. El argumento será el mismo que llevó a Boric a La Moneda: «detener al fascismo». Que esta experiencia sirva para que la izquierda sepulte estas concepciones y levante las banderas de la independencia de clase y la revolución social.

  4. Felipe Portales says:

    Lo más triste de Boric ha sido, en primer lugar, su entrega de los ministerios más importantes -y, en definitiva, del gobierno- a destacados personeros de la ex Concertación. Y luego, en numerosos asuntos de gran trascendencia y en que las decisiones dependían exclusivamente de él (no siendo resortes del Congreso) ha profundizado el modelo neoliberal y autoritario impuesto por la dictadura y consolidado por la Concertación: Adhesión al TPP11; impulso al tratado que subordina aun más a Chile a la UE; consolidación de entrega de gran parte del litio a Ponce Lerou; seguimiento de una política represiva contra los mapuche; rechazo al intento de Lula de reflotar Unasur; adhesión fervorosa a la guerra de la OTAN -vía la pobre Ucrania- contra Rusia; etc.

  5. Margarita Labarca Goddard says:

    Ricardo, totalmente de acuerdo. ¿No se puede ser de izquierda ahora? Claro que se puede y muchos países de Latinoamérica lo son; México, Colombia, Honduras, Brasil y otros y no pasa nada. Los yanquis están preocupados de otras cosas, de sus elecciones próximas, de Israel, de Ucrania, etc. y América Latina les importa bastante poco. No atreverse a ser de izquierda en nuestros países es ridículo, una demostración de la peor cobardía y de un infame servilismo. No sé qué hacen los comunistas en este gobierno rastrero. Su última gracia es haber perseguido por la Ley de Defensa del Estado, una ley de la dictadura, al compañero Héctor Llaitul, un hombre serio, valiente y consecuente, que ha luchado contra las infames empresas madereras que se llevan la madera antigua y fina de Chile y en su lugar plantan pinos y eucaliptos que se incendian de un soplo. Esperemos que todo esto pueda cambiar…Saludos afectuosos, Margarita

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