Condenan a exfiscal militar Podlech Michaud a 12 años de presidio por secuestro en dictadura
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El ministro en visita extraordinaria Álvaro Mesa Latorre ha dictaminado una sentencia crucial en la lucha por la justicia en Chile. En el marco de las investigaciones por violaciones a los derechos humanos en las jurisdicciones de Temuco, Valdivia, Puerto Montt y Coyhaique, el ex fiscal militar y abogado Óscar Alfonso Ernesto Podlech Michaud ha sido condenado por su participación en el delito de secuestro calificado con grave daño, considerado lesa humanidad, cometido en septiembre de 1973 en la ciudad de Temuco.
La sentencia número 90 en esta materia, emitida por el ministro Mesa Latorre, establece que Podlech Michaud actuó en calidad de autor del delito, imponiéndole una pena de 12 años de presidio efectivo. Además, se le han aplicado las accesorias legales correspondientes, incluyendo la inhabilitación absoluta perpetua para cargos públicos y derechos políticos, así como la habilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure su condena.
Los hechos descritos en el fallo revelan una serie de eventos que ocurrieron inmediatamente después del golpe militar de 1973 . Las fuerzas armadas y de orden tomaron el control de Temuco, con Podlech Michaud colaborando con el nuevo régimen desde el primer día, asumiendo funciones en la Fiscalía Militar del Regimiento Tucapel. Bajo su gestión, se llevaron a cabo detenciones masivas de civiles, quienes eran llamados a presentarse ante la Fiscalía Militar o eran traídos como detenidos desde diversas regiones.
El caso específico que llevó a esta condena fue el secuestro y desaparición de Ambrosio Eduardo Badilla Vasey, empleado bancario y miembro del Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Badilla fue detenido en su domicilio por militares y posteriormente llevado al Regimiento Tucapel, donde se le vio con claras señales de tortura. A pesar de los esfuerzos de su familia por conocer su paradero y condición, las autoridades militares proporcionaron respuestas ambiguas o falsas, manteniendo oculta la información sobre su destino.
La participación directa de Podlech Michaud en estos eventos se fundamenta en su papel como fiscal militar ad-hoc y abogado asesor de la Fiscalía Militar. Tenía el poder de interrogar a detenidos y decidir su destino, sin embargo, no informó ni denunció los ilícitos investigados ni participó en investigaciones sobre los mismos. Su negativa y encubrimiento fueron corroborados por múltiples testimonios y análisis periciales que respaldaron la autenticidad de su firma en documentos relacionados con las detenciones y liberaciones de personas durante ese período.
Este fallo marca un hito en la búsqueda de verdad y justicia para las víctimas de la dictadura en Chile, señalando la responsabilidad individual de quienes participaron en violaciones a los derechos humanos durante ese oscuro período de la historia del país. La condena de Podlech Michaud es un recordatorio de que los crímenes de lesa humanidad no prescriben y que la justicia, aunque tardía, es fundamental para la memoria y la reparación de las víctimas y sus familias.
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