Para no seguir siendo un país miserable
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“Cuentan los viejos que en este país hubo una guerra y que aún se conserva el rencor de viejas deudas” Grupo Jarcha. España.
En los tiempos actuales todo parece sencillo y fácil. Una mesa con sus sillas, algunas hojas en blanco al parecer, es suficiente. Todo se trata de construir andamios para salir a buscar votos e intentar reverdecer algo parecido siempre a lo mismo. La idea de que si son más que de los que están en la vereda del frente la victoria está asegurada.
La historia de la victoria de septiembre de 1970 se ganó luego de un largo recorrido de diálogo con los trabajadores en todas las esquinas de la patria, así de simple. Más de un millón de chilenos consideró justo y se apropió de sus 40 medidas.
Los ricos arrancaron a Miami, esos pasajes los pagó Andrés Zaldívar. Aquello suponía que era posible avanzar, sentar las bases para un nuevo modelo de desarrollo socialista con resultados positivos para lo económico, social y político. Se ponía en jaque el modelo capitalista de explotación. Tenía sentido de clase, era heredero y portador de otros proyectos de tiempos más antiguos. De discursos en los cementerios.
En la victoria de Boric no hubo participación abierta de los EE-UU y la CIA de manera tan abominable como lo sucedido en 1964/1970 en contra del proyecto popular. Se invocó el pasado reciente del país.
En esta última campaña que significó la derrota de la extrema derecha liderada por Kast y secundada desde Piñera, (no era un demócrata desde el primer día como se dijo), desde la derecha financiera hacia abajo todos liquidaron sus cajas chicas y negras para colocar en la misma ficha, y perdieron. También en su proyecto constitucional a no olvidar el En Contra.
Volvió entonces a instalarse la esperanza de los miles y miles en el lugar de siempre, los votantes, esos de las marchas y las pancartas, los de tantos puertas y puertas. Los banqueros y sus grupos económicos, con partidos y sus Pierrot arrinconados en la bolsa de valores derrotados, lanzado sus estertores de hacer chillar al nuevo gobierno.
No se ha desmontado el modelo, queda la transición pendiente, la herencia de la dictadura se mantiene en buena forma. El 1% sigue tejiendo y controlando el poder. El 0.1% sigue siendo más rico, y el 0.01 observa el ganado desde su trono casi celestial.
Las AFP son una de las joyas de la corona y defendidas sin claudicar. Cuarenta años de vida tiene el sistema de ahorro obligatorio redactado durante la dictadura. Algo más de treinta años de gobiernos concertacionistas y las AFP en fiesta permanente. Un nuevo sistema de pensiones es la madre de todas las batallas y así debe se entendido.
Es agresivo y un insulto que los directorios del actual sistema de ahorro obligatorio y que constituye un robo de los dineros de trabajadores y trabajadoras, manifiesten que las bajas pensiones no sean responsabilidad de la AFP.
Qué paguen mejor les dijo la ministra Jara a los empresarios.
Se necesita finalmente cerrar el eterno pozo al que van a buscar sus millones, esas catedrales financieras de la derecha que generan miseria, hambre y pobreza en los sectores más sencillos. Los nuestros que viven sus días sin que nadie realmente los defienda. Los tiempos actuales no están para acuerdos con letra chica. Son o no son, así de sencillo es.
El movimiento No+AFP ha propuesto un “Sistema Público de Reparto con Fondos de Reserva Técnicas”, que no es conocido por la senadora socialista Vodanovic, ni utilizado como lanza para defender a los pensionados. Allende también socialista y dedicó su vida para defender a los más sencillos, asunto para no olvidar.
Las ISAPRES negocio construido por los predicadores/defensores del sistema que sencillamente es bueno para los sanos. Las personas enfermas no producen ganancias para los grupos económicos que habitan y promueven sus pymes sanadoras. Actualmente están hundidas en sus propias normas y condenados por la justicia. Millones de chilenos estafados mientras tras el telón del mercado todos buscan volver a repintar sus máscaras de matasanos.
La derecha se niega a una reforma tributaria necesaria ya insoportable para dar pasos cuyos fondos serán distribuidos para dar respuestas a las urgencias de la población, especialmente los más masacrados por el sistema.
El gobierno sabe que la derecha ya se atrincheró y no se moverá hasta alcanzar su objetivo mayor, volver a gobernar para beneplácito de sus adláteres esa su aspiración constante.
El presidente Gabriel reconoce el malestar profundo que existe en el pueblo como un asunto latente. Las necesidades transitan cotidianamente por las calles. Un pueblo viviendo con derechos fundamentales frágiles. No todo es culpa de un desordenado orden mundial, ni de sus guerras y masacres como lo que sucede en la Franja de Gaza. Entonces el asunto no es la letra de una norma, es la eterna contradicción capital/trabajo.
La realidad es evidente.
El modelo en Chile hace ya algunos decenios que fracasó, no demostró ser el benefactor como fue anunciado con alegres tañidos de campana. Un país pobre más pobre y que beneficia a un extremo reducido que habitan en tres comunas.
Somos el país más privatizado del mundo como lo describe Alberto Mayol en El derrumbe del modelo. El lucro de fiesta mañana, tarde y noche.
Las organizaciones sociales cumplieron su histórica función, instalaron las urgencias económicas, sociales y política a resolver. Llevaron con buena fe y esperanza a sus defensores/representantes que habitan La Moneda.
Cuando los elegidos no responden de manera justa a las demandas ciudadanas entonces el poder debe volver a sus dueños, eso que se conoce como la soberanía popular. La Comuna de París está muy lejos en el tiempo, pero una mirada a su más profundo sentido de como fueron capaz de instalar las urgencias de tantos, ahora con los actuales medios y formas posiblemente sea posible dar algunos pasos un poco más rápidos, para no terminar ciegos sin ver la luz al final del túnel.
Pablo Varas