En un acto repudiable, desconocidos han profanado nuevamente la tumba de dos figuras icónicas en la historia del país: Víctor Jara y Joan Turner. Este hecho, marcado por la osadía y la falta de respeto, debiera generar indignación y consternación.
La tumba de Víctor Jara, símbolo de la resistencia cultural y de la lucha por los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet, ha sido blanco de rayados alusivos al dictador mismo, añadiendo una capa más de dolor a una herida que aún no cicatriza en la memoria colectiva de Chile. La Fundación Víctor Jara, encargada de preservar su legado, ha sido la encargada de reportar este acto de vandalismo, que se suma a una serie de ataques ocurridos en distintos lugares emblemáticos de la memoria histórica del país.
No es un hecho aislado. En la misma semana, la Casa de Memoria de Copiapó y la tumba del expresidente Salvador Allende también fueron blanco de ataques similares, evidenciando una escalada preocupante de intolerancia y desprecio por la memoria de quienes lucharon por un Chile más justo y democrático.
La Fundación Víctor Jara, en un comunicado oficial, ha manifestado su repudio ante estos actos vandálicos, resaltando que la memoria es un pilar fundamental para la construcción de una sociedad más justa e igualitaria. En palabras de la fundación, «nuestra es una memoria que trae dignidad y compromiso que aporta en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria. El odio, el negacionismo, y la discriminación solo crea violencia y destrucción”.
Es particularmente doloroso que estos actos hayan ocurrido en el marco de la conmemoración del Día del Joven Combatiente, una fecha que rememora a los Hermanos Vergara Toledo y a Paulina Aguirre, así como a todas las víctimas de la dictadura militar que lideró Pinochet. En lugar de honrar su memoria y su legado de lucha, algunos optan por profanar sus lugares de descanso, demostrando una falta de empatía y comprensión hacia los horrores del pasado y hacia aquellos que continúan luchando por la verdad y la justicia.
Es necesario que como sociedad condenemos enérgicamente estos actos de vandalismo, y que reafirmemos nuestro compromiso con la memoria histórica y con los valores de verdad, justicia y reparación. Solo así podremos construir un futuro en el que hechos como estos sean impensables, y en el que la dignidad de las víctimas y de quienes lucharon por un Chile mejor sea respetada y honrada como se merece.