Daniel López, Gaza y la juventud progresista
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“Nunca una generación que se dijo tan comprometida
molestó menos a los verdaderos poderes”
Edu Galán, escritor español
Hace tiempo que no tenía noticias de un viejo conocido: el polifacético inversionista Daniel López. Ya ni me acuerdo cuándo me contó que estaba trabajando en la lejana Punguistán como periodista freelance (lo pronuncia como se escribe y alargando la “a”). Se había autoexiliado a principios de los 90 porque decía que acá eran unos malagradecidos.
A veces pillaba alguna de sus notas en la tele, en esos programas que parecen grabados en la casa de los padres del animador, en canales de tercer orden y a la hora del ñafle. Lo suyo eran los lugares preferidos por los chilenos para turistear en dicha “exótica” nación. Porque parece que luego de una época de bonanza, las inversiones empezaron a ir mal y lo que principió como pasatiempo terminó de pega de tiempo completo.
En fin, la cosa es que para mi sorpresa me lo encontré en Santiago la semana pasada. Caminaba por el centro y de pronto escucho que me llaman desde un café con piernas… con ese inconfundible tono de huaso ladino. Ahí estaba Daniel López, sonriéndome socarronamente enfundado en un impecable traje oscuro y con su característica perla prendada a la corbata.
Después de las tallas de rigor sobre nuestra edad y aspecto físico, nos pusimos al día con un breve resumen de nuestras vidas. No entraré en detalles, pues seguro a Ud. no le interesan esas nimiedades.
Mas, lo relevante es que supe de un drástico cambio profesional: el notero de turismo se había convertido en corresponsal de guerra (tal vez influido, en parte, por su vieja admiración por la vida militar). Sí, nada más y nada menos que corresponsal de guerra… y en Gaza. ¡Chúpate esa!
La cosa es que había alcanzado a salir de la cárcel a cielo abierto más grande del mundo unos días después del comienzo del genocidio. Me interesaba de sobremanera su experiencia allí, pero tuve que aguantar una tediosa charla sobre detalles técnicos del armamento israelí y algunas cuestiones de estrategia… Uds. saben, el militar frustrado.
Sin embargo, lo que más me impactó fue su desazón por el casi nulo impacto que tenían en Punguistán los crímenes de guerra del Estado Judío de Israel. Sobre todo, en buena parte de su juventud. Para lo cual no tenía explicación dado que aquella se caracterizaba por su progresismo, sensibilidad y activo compromiso con numerosas causas sociales, políticas, ambientales, animalistas, etc. Justamente, esos afanes juveniles de justicia chocaban con el conservadurismo de la corrupta y egoísta élite del clan punga que domina la sociedad, la economía y la política de la nación.
Pasó un momento en silencio y con la mirada perdida… y de pronto me dijo con renovado entusiasmo: “¡Ese es el objetivo del periodismo!”. Porque, debo aclarar, Daniel López no se sentía un mero notero de chilenos gritando ceacheí frente a una cámara en el extranjero. No. En tanto creador de contenidos asumía que tenía una responsabilidad social, incluso moral diría yo. Bueno, como es común acá en Chile con nuestra jugada prensa, ¿no?
Ahí se largó imparable a contarme que los medios punguistaníes hicieron una gran campaña para informar del genocidio en Gaza a los jóvenes, especialmente a los progresistas. Junto a otros corresponsales que habían estado en terreno, se esforzaron en difundir algunos sucesos más específicos de esta última agresión sionista en curso. No tenían dudas de que esa juventud consciente, empática y sensible ante tantas causas, se iba a estremecer en su fuero interno y terminaría movilizándose en masa por la causa palestina.
De tal modo, López me contó que divulgaron un gran número de situaciones que están ocurriendo desde octubre en Gaza y son desconocidas por la opinión pública mundial. A saber:
– Los tanques israelíes se estacionan sobre las ciclovías y los bulldozers las destruyen.
– Los soldados israelíes no usan los pronombres correctos para humillar a los palestinos.
– Israel prohibió el crossfit y cerró los gimnasios.
– Los soldados israelíes son especistas.
– Los soldados israelíes piropean a las palestinas.
– Israel cortó los canales de streaming dejando a los palestinos sin posibilidad de ver series.
– Los soldados israelíes opinan del cuerpo de las, los y les palestines.
– Los soldados israelíes son la yuta bastarda.
– El ejército de ocupación israelí tiene una política sistemática de apropiación cultural.
– Los soldados israelíes no se cuidan de expresar opiniones que puedan ser ofensivas para los sentimientos de los palestinos.
– El gobierno israelí prohibió la música del género urbano.
– Los soldados israelíes deslizan en sus acciones y discurso un gran abanico de micromachismos.
– Los soldados israelíes no usan y hasta se burlan del lenguaje inclusivo.
– El gobierno israelí prohibió el ingreso de comida para perrijos y gatijos.
– Los soldados israelíes son adultocentristas y muchos, incluso, niñofóbicos.
– El ejército de ocupación no tiene un plan de reciclaje de toda la infraestructura civil palestina que ha destruido.
– El Estado Mayor del ejército de ocupación israelí no es paritario: la mayoría de sus miembros son varones (y, por si no fuera suficiente, boomers).
– El gobierno de Israel prohibió la difusión de selfies y de fotos de primeros planos de platos y tragos.
– Los aviones y helicópteros de combate, tanques y camiones del ejército de ocupación israelí no son híbridos y ni siquiera catalíticos.
– Los cómicos que entretienen a las tropas de ocupación hacen chistes de suegras, homosexuales y gangosos.
– El gobierno israelí dio órdenes expresas de romper todos los espejos de los ascensores para impedir que los palestinos pudieran tomarse selfis de sus outfits.
– El gobierno israelí ha cortado el acceso a Tik Tok y está secuestrando a quienes hayan subido coreografías a la plataforma.
– Es práctica común en el ejército de ocupación el mansplaining, ghosting, gaslighting y otras cosas en inglés contra las palestinas.
– Los soldados israelíes compran mascotas en vez de adoptar.
– El gobierno israelí prohibió la venta y consumo de Aperol spritz y Ramazzotti.
Yo pensaba que Israel, en cinco meses de genocidio, ya no podía hacer nada peor que asesinar a más de 32 mil personas (de las cuales cerca de la mitad son niños); atacar y bombardear hospitales, escuelas, universidades, centros de culto y barrios residenciales completos; usar el hambre como arma de guerra con la consiguiente desnutrición y hasta muertes por inanición. Todos deleznables crímenes de guerra y flagrantes violaciones del derecho internacional y humanitario.
Aunque a mi edad hace rato que no estoy para tenerme por joven, he de confesar que luego de escuchar a Daniel López un sentimiento de indignación progresista recorrió mi cuerpo como un rayo. Tal como le pasó a la juventud consciente, empática y sensible de Punguistán. Luego de conocer estos hechos, los jóvenes progresistas han reaccionado con históricas movilizaciones multitudinarias… en redes sociales. A la fecha ya son millones de “Me gusta” y hashtag de protesta y solidaridad viral.
Gracias a Daniel López estoy de cabeza publicando en mis redes sociales un montón de selfis y hashtags de apoyo además de mis mejores coreografías por Gaza. Gracias amigo por darme el empujón que necesitaba. ¡Aquí comienza el fin del régimen sionista!
#MientrasHayaSeñalHayResistencia
Por Andrés Monares