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El Allende socialista no es el Allende de la socialdemocracia otanista de Pedro Sánchez

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En encuentro reciente en Santiago con la dirigencia de su principal aliado en Chile el socialdemócrata y centrista Partido Socialista, Pedro Sánchez Castejón, presidente del gobierno español y secretario general de la Internacional socialdemócrata, la Internacional Socialista (IS) sostuvo que «Allende fue un gran político socialdemócrata» y que él  «mismo había ingresado al PSOE siguiendo su inspiración». En mi opinión el Allende invocado cómo una «inspiración socialdemócrata europea» por el también dirigente del neoliberal PSOE muy poco o nada tiene que ver con la ideología socialista anticapitalista y con la trayectoria militante de Salvador Allende Gossens.

A diferencia de los social liberales jefes de gobierno españoles, Pedro Sánchez, Rodríguez Zapatero y el mentor de ambos, Felipe González, Salvador Allende fue un socialista marxista de clara convicción anticapitalista y de definición antiimperialista. Fue también un resuelto latinoamericanista y un decidido anticolonialista, lo que lo diferenció de los socialdemócratas de la Europa colonialista. Una socialdemocracia que terminó constituyéndose en una de las sostenedoras principales de una Europa neoliberal aliada principal de los Estados Unidos en su expansión geopolítica imperialista. Allende se definió siempre como antiimperialista con clara conciencia de ser un socialista del tercer mundo y desde allí impulsó un no alineamiento activo, pero en confrontación con las corporaciones transnacionales del norte capitalista que expoliaron la soberanía económica del tercer mundo y en lucha por edificar un nuevo orden económico mundial más justo. Como lo señaló reiteradas veces; un nuevo orden mundial para terminar con la dependencia, la explotación y el saqueo de los países subdesarrollados y periféricos impuesto desde el capitalismo central, principalmente por el imperialismo norteamericano.

Allende fue uno de los más destacados líderes del tercer mundo que supo poner en el centro de su política internacional la lucha por un nuevo orden económico mundial que permitiera a los países  del sur, como Chile, conquistar lo que llamaba «la segunda independencia, la soberanía económica”. A través de la nacionalización de nuestros recursos naturales estratégicos y bienes comunes, la formación de un área de propiedad social y una  profunda reforma agraria y bajo la conducción y protagonismo de las y los trabajadores manuales e intelectuales y el pueblo chileno  para edificar los cimientos de la vía chilena al socialismo.

Ante el Buró de la Internacional socialista, reunido en Chile en febrero de 1973, el presidente Allende definió muy claramente a su gobierno al afirmar:

«Y, por cierto, que, en nuestro programa común, luchamos por el cambio del régimen y del sistema; definimos al Gobierno, como un Gobierno de transición al Socialismo, un gobierno democrático, popular, antiimperialista y Revolucionario, para hacer los cambios estructurales de Chile en pluralismo, democracia y libertad»

«Por eso es que nosotros tenemos conciencia en la condición dialéctica que hay, entre el imperialismo y el subdesarrollo. Existe el subdesarrollo porque existe el imperialismo. Existe el imperialismo porque existe el subdesarrollo. Pero el hecho dramático, es que, en la guerra caliente, en la guerra fría o en la aparente paz, siempre nosotros somos castigados.»

«Por eso, es que este país, se diferencia de otros de América Latina, en que ha tenido una vigorosa institucionalidad, y donde el desarrollo democrático burgués ha alcanzado niveles más altos que otros países. Este país que ha desarrollado el régimen capitalista típico y el reformismo ha tenido que buscar un camino revolucionario en cuanto al contenido, para hacer posible los cambios estructurales, que nos permitan encarar los grandes déficits que tenemos como Nación, así como los que tiene América Latina como Continente (1).»

Allende fue un decidido impulsor del socialismo indoamericano para gestar un proyecto de liberación popular socialista; «Ni calco ni copia si no creación heroica» cómo sostenía el gran intelectual y socialista peruano, José Carlos Mariátegui.

Su visión socialista, latinoamericana caribeña fue inspirada también por el pensamiento del libertador Simón Bolívar y, en consecuencia, se definía socialista y bolivariano. Allende fue un anticolonialista en su acción política militante. Solidarizó activamente con las luchas anticolonialistas de los movimientos de liberación (Argelia, Vietnam, Puerto Rico, el Egipto de Nasser al nacionalizar el Canal de Suez, el Congo, Ghana, Guinea Bissau y Cabo Verde entre otros) que enfrentaron al colonialismo europeo y desde esa convicción socialista libertaria y anticolonialista fue particularmente crítico del rol jugado por la socialdemocracia europea en su complicidad con la Europa occidental colonialista en su saqueo y expoliación sobre los pueblos bajo opresión colonial del África, Asia y el Medio Oriente y en Latinoamérica con la causa de la independencia de Puerto Rico.

Salvador Allende apoyó con entusiasmo la fundación del Movimiento de países No Alineados (MNOAL) reunido en 1961 en la capital de la Yugoslavia socialista del mariscal Jozip Broz Tito. En nuestra Patria Grande apoyó desde su origen a la revolución cubana y fue amigo personal del Che Guevara y del comandante Fidel Castro Ruz. En 1967, fue cofundador en la Habana de la Tricontinental en la «Primera Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina y de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS).

Coherente con su pensamiento antiimperialista y bolivariano, no tengo duda ninguna que Allende jamás se habría sumado a la agresión imperialista contra la República Bolivariana de Venezuela y mucho menos habría calificado al gobierno socialista bolivariano del presidente Nicolás Maduro como una «dictadura» como lo hace equivocada y falazmente  Isabel Allende Bussi, presidenta honoraria de la Internacional de Sánchez.

Allende tampoco habría apoyado la política guerrerista de la socialdemocracia europea en la actual guerra que enfrenta a Rusia con Ucrania y los países de la Alianza Atlántica, la OTAN.

En síntesis, Salvador Allende encarnó todo lo contrario a lo que representa Pedro Sánchez cómo líder de una socialdemocracia capitalista (levemente reformista) y uno de los líderes de una OTAN guerrerista, agresora y neocolonialista. Un estrecho aliado estratégico de los Estados Unidos y de sus poderes corporativos mundiales como  son el complejo militar industrial y los centros del capital especulativo-financiero.

En el ámbito del intercambio y el comercio mundial, Sánchez  es embajador de los intereses de las grandes corporaciones transnacionales españolas y europeas que buscan asegurarse unilateralmente una transición energética con los recursos naturales estratégicos de América Latina y el Caribe como acertadamente lo señaló el eurodiputado español Miguel Urban al fundamentar su voto de rechazo al neocolonialista Acuerdo de modernización TLC suscrito entre Chile y la Unión Europea, señalando que ese TLC es .»por parte de la Unión Europea es un neocolonialismo vestido de verde».

Al respecto sugiero leer sólidos argumentos de la Plataforma de organizaciones Chile Mejor Sin TLC con ocasión de la visita a Chile  de Pedro Sánchez y empresarios españoles (2)

Sobre la Palestina ocupada: Allende  jamás habría respaldado (como lo ha hecho el presidente español) al Estado de Israel en su ocupación colonialista e ilegal de Palestina y jamás hubiese justificado la agresión militar de un poderoso ejército como el israelita respaldado y armado por los EE. UU. y la UE (la OTAN) en contra  de un pueblo bajo ocupación como el palestino. Pedro Sánchez y la Comisión de la Unión Europea desde un primer momento (luego del 7 de octubre 2023) corrieron a expresar su apoyo  al fascista de Netanyahu respaldando “su derecho a defensa” en el genocidio que perpetra Israel  contra la resistencia palestina con bombardeos indiscriminados y terrorismo de estado contra la población de Gaza, asesinando a miles de niños, niñas, adolescentes, adultos mayores desarmados. Y aunque Sánchez admite ahora que Israel  viola el derecho internacional igual les sigue vendiendo armas.

Sobre el Sáhara Occidental ocupado: Allende jamás habría apoyado a Marruecos como lo hace Pedro Sánchez, un régimen monárquico que ocupa por la fuerza ilegalmente el Sáhara Occidental (colonizado por España) y que impide el derecho a la autodeterminación e independencia del pueblo saharaui, tal como lo define la histórica y siempre vigente Declaración 1514 de la Asamblea General de la ONU sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales.

El Gobierno “progresista” del PSOE niega la responsabilidad histórica de España como ex potencia administradora del Sáhara Occidental en el proceso de descolonización apoyando a Marruecos en su ocupación y anexión por la fuerza del territorio saharaui. Sánchez es completamente concesivo y genuflexo hacia Mohamed VI, rey de una monarquía de carácter absolutista, corrupta y represiva. Y guarda  cómplice silencio ante las sistemáticas violaciones a los derechos humanos contra el pueblo saharaui en los territorios ocupados. Y su gobierno otorga grandes recursos y tecnología bélica a Marruecos para que pueda seguir manteniendo la ocupación del Sáhara Occidental y sosteniendo la guerra actual contra el Frente Polisario y la RASD. Ninguno de estos rasgos de la política de la socialdemocracia europea de Pedro Sánchez tiene relación alguna con el Allende de convicción socialista, republicana, democrática y antimperialista. Tampoco con el socialismo allendista actual y la izquierda chilena.

 

 Por: Esteban Silva Cuadra

Notas:

(1) https://nuso.org/articulo/el-presidente-allende-ante-la-internacional-socialista/

(2) https://mejorsintlc.cl/pedro-sanchez-y-empresarios-espanoles-una-visita-no-grata/

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  1. Margarita Labarca Goddard says:

    Por supuesto, Allende no fue un socialdemócrata, fue un revolucionario. Eso lo sabemos todos los chilenos, no nos traten de pasar gato por liebre.

  2. Desde el 11 de septiembre 1973 la social democracia européa ha tratado de apoderarse de la imagen de S. Allende. Incluso parte de la derecha también lo intenta. Nada de sorprendente en la vulgar impostura de P. Sanchez, pero como carecen de hombres de la talla y temple de Allende se aferran a lo que pueden.

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