En la vasta extensión de las aguas del sur de Chile, donde la pesca es más que una actividad económica, es un modo de vida arraigado en generaciones, se libra una batalla crucial por el futuro de los recursos marinos y las comunidades que dependen de ellos. En Aysén, dirigentes de la pesca y pobladores de Melinka levantan sus voces en defensa de los Espacios Costeros Marinos de Pueblos Originarios (ECMPO), como la última línea de defensa ante las crecientes amenazas que enfrentan.
El presidente de una federación independiente de la flota norte de pescadores artesanales de Aysén, Juan Carlos Torres, explica con preocupación que en el contexto actual de presión sobre los recursos hidrobiológicos regionales, los ECMPO se vuelven la única herramienta para resguardar el sustento de los pescadores artesanales, muchos de los cuales son parte de los pueblos originarios de la zona.
La discusión en torno a la constitución de estos espacios toma relevancia en la Comisión Regional de Uso del Borde Costero, donde se debate su creación como medida preventiva ante los cambios propuestos en la macrozonificación pesquera y la presión ejercida sobre los bancos naturales del área. Torres enfatiza que esta iniciativa es esencial para proteger los escasos recursos semilleros que quedan en la región, especialmente aquellos más allá de la región del Moraleda, y para contrarrestar los efectos de decisiones pasadas, como la asignación de vastas extensiones a la industria salmonera sin consulta previa.
Las voces de Melinka se suman al coro de preocupación, destacando la importancia vital de los ECMPO para salvaguardar los recursos hidrobiológicos frente a la creciente amenaza de la macrozona austral y la modificación de leyes pesqueras que podrían permitir la entrada de la pesca extractiva industrial en la región. Para Juan Cañicul Pichipil, de la Comunidad Pu Wapi de Melinka, los ECMPO representan la última esperanza para defender los usos tradicionales y evitar un futuro desolador donde todos serían perdedores.
En la misma línea, Armando Ruiz Remolcoy y Patricia Martínez Gallardo destacan la necesidad urgente de proteger estas áreas marítimas para las generaciones futuras, mientras Elsa Puinao Haro subraya la importancia de la unión y la convivencia pacífica entre todos los actores regionales, reconociendo que enfrentan desafíos comunes que requieren soluciones colaborativas.
Ante la incertidumbre que rodea el futuro de la pesca artesanal en Aysén, los ECMPO emergen como una esperanza tangible, una herramienta de resistencia y preservación frente a las fuerzas que amenazan con alterar irreversiblemente el delicado equilibrio de los ecosistemas marinos y la forma de vida de las comunidades costeras. En la lucha por proteger los recursos marinos, los pescadores artesanales de Aysén encuentran en los ECMPOs un rayo de esperanza en un horizonte incierto.