Opinión e identidades Política Global

Saludos de Navidad ¿Gesto, espasmo o rictus? 

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No sé si es posible desearnos Feliz Navidad con tanto sufrimiento y dolor disperso en el mundo, con los conflictos bélicos en Ucrania, Gaza, Sudán, Siria, Somalía, Boko Haram, a qué seguir enumerando. ¿Podemos tan fácil olvidar los millones de desplazados y de personas sufrientes, producto de dichas guerras o de dictaduras, autoritarismos,  bloqueos económicos, vivido en tantos otros países durante décadas.

¿Cómo permanecer indiferente ante tantos niños muertos, heridos o despojados de aquellos que más quieren, y lo peor es quienes así lo hacen se auto califican como naciones cristianas?
¿Cómo olvidar, que a quien celebramos, vino a enseñarnos que somos hijos de un mismo Padre y nos pidió amarnos como hermanos?

¿Cómo ser tan insensibles e insensatos, al no reconocer que las heridas que causamos a la Madre Tierra (Pachamama) revierten sobre nosotros con eventos climáticos extremos que producen tragedias inevitables?

¿Cómo no nos damos cuenta, que los intereses disfrazados de racionalidad económica o políticas, son la expresión de la insensibilidad, locura y perversión de quienes detentan el poder político y económico global?

¿Cuan aberrante y obsceno es que se no haya aprobado un Alto al Fuego en el conflicto de Gaza, ni en el Consejo de Seguridad y tampoco en la Asamblea General de Naciones Unidas, porque la nación con la mayor cantidad de población que se auto confiesa como cristiana en el mundo, se opuso a ello?

Según Unicef han muerto 5300 niños en Gaza, y declara que «la Franja de Gaza es el lugar más peligroso del mundo para ser niño», y podemos olvidar que allí muy cerca nació el Niño Dios, cuya natividad buscamos celebrar, intoxicados en el derroche consumista al cual nos convoca una publicidad compulsiva repleta de los antiguos viejos pascueros, hoy llamados Papá Noel o Santa Claus gracias a la globalización.

¿Hasta cuándo seguiremos avanzando en este camino de insensibilidad, de absoluta ausencia de empatía, en este tránsito enfermizo hacia  un individualismo propietarista patológico,  que nos va despojando de lo esencial de nuestra condición humana, la capacidad de compartir alimentos y de aceptarnos mutuamente?
¿Qué es lo que realmente nos importa?

 

 

Por Antonio Elizalde

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  1. Realmente curioso que elizalde se haya puesto tan cristiano y esté preocupado que no paren las masacres y genocidios. O acaso él pretende no saber que el mejor negocio es la guerra? Todos saben a esta altura que toda esa hipocrecía de preocuparse por la tragedia que ellos mismos provocan, no es sino vender humo, llegaremos a 90 o 100 o más días sólo numerando cuántos hay hoy de muertos, o heridos o mujeres, y nadie podrá parar el proyecto que llevan a cabo sus ejecutores muy provistos desde luego de armas nucleares con qué amenazar y sustentados por poder financiero en todo el mundo que nadie se atreve a encarar, porque la economía pasó a ser lo más importante, los números que calcen con lo que digan los llamados expertos en qué? en saquear a los países tercermundistas y prestarles dinero para que estén amarrados por siempre. Cuando debes, no podrías mostrarle los dientes al prestamista, sería muy feo, es él, que te está ayudando a hundirte en ese pantano , pero te lanza una cuerda así que agradece porque podrás consolarte con que de nuevo te dará la oportunidad de pagarle otra cuota.. La tragedia de Medio Oriente, la del África es tan vieja y recién hubo sí una excepción con Malasia en el oriente, que se atreve a apoyar a los masacrados, sin ser potencia que se sepa.
    Todos conocen la trayectoria sociolista, llena de incongruencia con su ideología original y hoy pegados a los cómodos sillones con buen sueldo, dietas y sí con un discurso rosa al menos, ya que siempre temen les vayan a catalogar de rojos y ni por nada asociarlos al presidente mártir, cuya figura se diría es hasta molesta, con un proyecto así tratando que el país fuera independiente de verdad. Hoy repudian lo que apoyaban, por ninguna parte se escucha que aspiren sino a que haya una sociedad menos desigual dicen… y eso para cuándo sería?

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