LGTBI
El horror de la violencia ha dejado una marca indeleble en la vida de Sandra Almeida Lizama, una persona trans de 58 años, quien ha sido víctima de un acto de brutalidad por parte de un individuo identificado como Cristopher Arnoldo Pino Pino. Este lamentable suceso ocurrió el lunes 27 de noviembre en Lo Barnechea, dejando a Sandra en coma en la Clínica Indisa a causa de las heridas sufridas.
El ataque no solo revela la gravedad de la intolerancia y la agresión, sino que también pone de manifiesto la valentía y el compromiso de Sandra con la defensa de los demás. Según relatos de testigos, el agresor, en un acto de vil violencia, no solo golpeó a Sandra, sino que también agredió a un grupo de mujeres, incluyendo a una amiga, con palabras y actos indignantes.
«Contigo me voy a desquitar vieja culiá (Sic)», fueron las palabras llenas de odio proferidas por el agresor, un grito que refleja lo peor de la intolerancia y la falta de respeto por la dignidad humana.
La crueldad de este acto, que podría haber quitado la vida a una persona inocente, ha generado un profundo impacto en sus seres queridos. El dirigente del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), Rolando Jiménez, condenó enérgicamente esta atrocidad, subrayando la necesidad de presentar acciones legales para buscar justicia.
La familia de Sandra ha tomado medidas firmes al denunciar estos hechos ante las autoridades pertinentes, buscando el apoyo necesario para enfrentar esta situación. El Movilh, por su parte, ha entregado todos los antecedentes disponibles del caso a la Subsecretaría de Prevención del Delito, buscando garantizar la contención y el respaldo requerido por la familia en estos momentos difíciles.
El presunto agresor, de acuerdo con información policial, ha sido detenido luego de un control de identidad en Lo Ermita, donde se descubrió que tenía antecedentes por delitos graves, incluyendo tráfico de drogas y agresiones, y además enfrentaba dos órdenes de detención vigentes. Actualmente, se encuentra bajo detención a la espera de la investigación en curso.
Este incidente repugnante y devastador no solo demanda justicia, sino que también resalta la urgente necesidad de erradicar la violencia, especialmente hacia grupos vulnerables. Es un llamado a la sociedad para unirse en solidaridad, rechazando rotundamente cualquier forma de intolerancia y violencia.
La valentía de Sandra y la solidaridad de aquellos que levantan su voz contra la injusticia nos recuerdan que la lucha por un mundo más justo y compasivo es responsabilidad de todos
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