La guerra fratricida en la ultraderecha por la nueva constitución en Chile
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La reciente victoria de Javier Milei en Argentina nos mostró una vez más el ascenso de la ultraderecha negacionista a nivel regional, que ha sabido usar el malestar de la población, acrecentado con la pandemia, ante el aumento del costo de la vida, de la pobreza y de la violencia en nuestros países.
Sin embargo, en Chile, a diferencia de países como Argentina, Brasil o Estados Unidos, está pasando algo bastante paradójico, como consecuencia de la nueva propuesta constitucional, la cual ha generado un quiebre dentro de la ultraderecha y del Partido Republicano específicamente.
De ahí que se pueden ver dos posiciones dentro de la ultraderecha chilena, que pueden catalogarse como soberanistas por un lado y kastistas por otro lado, las cuales son totalmente irreconciliables, pudiendo generar una ruptura enorme y un inmenso daño para este sector político.
Por lo mismo, lo que está en juego en el plebiscito de salida para la ultraderecha, es su propia identidad y capacidad de gobernar frente a los chilenos y chilenas, quedando de manifiesto el fanatismo de unos y el oportunismo de otros, luego de ver las declaraciones de sus más importantes voceros.
Por un lado están los llamados soberanistas, que agrupa a personajes como Tere Marinovic, Rojo Edwards, Gonzalo de la Carrera, Henry Boys y Gloria Naveillán, que plantean que llamar a votar a favor no es solo validar un golpe de estado y un estallido delictual, planificado por la izquierda, sino también avalar una constitución globalista, contra la libertad y comunista, que no se distancia mucho de la constitución rechazada el año pasado.
Si bien parecen argumentos delirantes y sacados de un manual de pensamiento conspiranoide, que recuerdan los argumentos que usaba el fascismo y el nacionalsocialismo para instalar su discurso, lo curioso es lo que pasó con un grupo de ellos, que siendo igual de fanáticos, ahora optaron por votar a favor de esta nueva propuesta constitucional, luego del resultado de la elección de consejeros constitucionales, que dejó al Partido Republicano como la principal fuerza.
Me refiero al grupo que puede denominarse como kastista, que agrupa a personajes como Magdalena Nerbilah, Luis Silva, Gonzalo Rojas, Ruth Hurtado y el mismo José Antonio Kast, quienes provienen del mismo lugar ideológico de los soberanistas, pero curiosamente ahora quieren aprobar este nuevo texto, ya que no sólo según ellos cerraría la discusión constitucional en Chile, sino que también sería una carta magna favorable para el país.
En consecuencia, es fácil percatarse que este segundo grupo kastista, solo usa instrumentalmente la nueva propuesta constitucional como un mero medio para la próxima elección presidencial, en donde José Antonio Kast será seguramente el candidato presidencial de la derecha, ya que de ganar el plebiscito mostraría supuestamente capacidad de darle gobernabilidad al país.
Por lo mismo, no es que ahora crean en el Estado Social y Democrático de Derecho o en el cambio climático por ejemplo, totalmente ajeno a cualquier ultraderecha en el mundo, contraria a la denominada agenda 2030 de la ONU, sino que son capaces de transar su propia doctrina fundamentalista con tal de llegar al gobierno el año 2025.
Es decir, pareciera que a los kastistas no les importara dejar atrás la constitución de Pinochet e ir contra sus propias creencias ideológicas, con tal de ser gobierno, transformando la discusión constitucional en un debate sobre la gestión del gobierno de Gabriel Boric, dejando al descubierto su oportunismo y sus reales intenciones con este nuevo interés por lo constitucional.
Asimismo, se vuelve muy llamativo con todo lo ocurrido con los hermanos Kaiser, emblemas del fascismo libertario chileno, en donde Vanessa Kaiser se posiciona contra la propuesta constitucional, Johannes Kaiser en cambio ha optado por el a favor y Axel Kaiser no manifiesta su opción, lo que nos muestra un completo caos incluso hasta a nivel familiar en la ultraderecha en el país.
Por último, no es casualidad por tanto que se hable de Kastitución, la cual ha llevado a una discusión llena de descalificaciones e insultos entre estos dos grupos, como se ha podido ver en el programa de ultraderecha Sin Filtro (1), en donde el actuar de este sector solo termina por dejarlos muy mal parados, ya que si no son capaces de ponerse de acuerdo entre ellos en algo tan importante como lo es una constitución, menos se puede esperar de ellos para gobernar un país.
Por Andrés Kogan Valderrama