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Casino: Los cinco países con más jugadores

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Los juegos de azar han acompañado al ser humano en gran parte de su existencia. La China del 3000 a.C. ya apostaba con dinero. Los primeros juegos de azar aparecían representados en los jeroglíficos egipcios. Y Cervantes hacía referencia al blackjack en sus Novelas Ejemplares.

Pero dejando a un lado los orígenes inmemoriales de las apuestas, toca poner el foco en los tiempos que corren. El sector del casino y las apuestas online está legalizado en muchas regiones. Es el caso de Latinoamérica. Por lo que podrás jugar, por ejemplo, a los mejores casinos online en Chile, sin miedo a represalias.

El Proyecto de Ley de regulación del Juego y las Apuestas online del país chileno dejará a la Superintendencia de Casinos de Juego como único órgano garante de las licencias de juego para el país sudamericano.

 

Australia

A pesar de no ser un país muy poblado, con 25 millones de habitantes, los aussies se toman el juego muy en serio. Desde que regularon el azar online en 2001 su gusto por los slots, el poker, la ruleta … ha ido en aumento. Tanto que cuatro de cada cinco adultos en Australia se decantan por alguna actividad lúdica.

Canadá

Otro país de la Commonwealth hace gala de su nexo con Reino Unido, un país con una gran tradición de apuestas en cualquier evento de interés público. Los canadienses no se quedan lejos de los australianos en cuanto a interés por el juego. Según la Canadian Partnership for Responsible Gambling, cerca del 80% de sus mayores de edad se inclinan por el azar. Además, el gasto por persona, al igual que en el país oceánico, alcanza los $1.200 al año.

Reino Unido

Reino Unido es la cuna de las apuestas deportivas. En los años 30 del siglo pasado llegaron las primeras casas. A día de hoy no se entienden eventos como las carreras de caballos sin cuotas de por medio. Incluso se hacen apuestas sobre elecciones políticas, la casa real o Eurovisión. Se trata de algo muy cultural en las islas británicas. La capacidad de gasto de los habitantes del Reino Unido genera más de 20.000 millones de libras al año. Uno de cada dos británicos juega al casino o apuesta. Y a pesar de la fama de apostadores de los ingleses, no son los que copan la estadística de juego en la Unión británica. Irlanda es el país con un mayor desembolso por habitante.

Estados Unidos

Al contrario de lo que sucede en Reino Unido, la presencia de Estados Unidos en este ranking tiene que ver más con una fiebre contraída en los últimos años que con una tradición adquirida de manera histórica. Hasta 2012 no se aprobó una legislación que permitiese el juego online y las apuestas. Pero a día de hoy, sólo 2 de los 48 estados prohíben el juego. Utah y Hawai recurren a otros sectores para paliar la ausencia de un incentivo económico que se eleva por encima de 45 millones de dólares en el conjunto nacional.

Países nórdicos

Suecia, Noruega o Dinamarca puede que no tenga entidad por separado para ocupar este ranking. Pero si componen una región nórdica en la que otros países como Finlandia también destacan. El centro neurálgico del casino online se ubica, por tanto, en Escandinavia. El peso del juego online en esta región, tanto en forma de casino como de apuestas deportivas, ha alcanzado a la mayor parte de la población mayor de edad. Los nuevos casinos en línea que han surgido en los últimos años y que siguen apareciendo tienen buena parte de sus fundadores en esta región.

Dos invitados offline

A los cinco países o regiones previamente mencionados hay que sumarle dos más por su carácter tradicional, no tan apegado a la actividad online: Singapur y China. Teniendo en cuenta la actividad en casinos físicos, Singapur también ocupa un lugar destacado a nivel mundial. Sus primeros casinos abrieron a partir del 2010, pero el juego se ha extendido a una velocidad exponencial. Tanto es así que se cobra una tarifa superior a $80 para poder acceder al recinto. La región administrativa especial de Macao planta cara en infraestructura a Las Vegas. A pesar de ser el único punto en China en el que se permite el juego, genera $37.000 millones al año.

 

 

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