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La libertad de prensa encadenada por la derecha

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La libertad de prensa es un derecho fundamental inalienable.

Sólo los medios de comunicación partidarios y que justificaron el golpe militar pudieron seguir publicando sus noticias. Lo dramático es que por meses y años todas eran falsas y manipuladas. Las radios en provincias y también diarios y revistas se dieron a la tarea de ayudar a construir listas negras de enemigos.

Antipatriotas les llamaron.

Desde el día 12 de septiembre todos los medios de comunicación insistieron en la existencia de un Plan ZETA. Mostraban listas con los vecinos y lugareños que serían pasados por las armas de guerrilleros cubanos. Las radios arengaban a militares y carabineros para salir a buscar, detener y ejecutar a los extremistas.

El Plan ZETA  fue mentira, y jamás esos medios de comunicación reconocieron que fueron usados por los militares para que cometieran los más deleznables crímenes.

Sabido es que El Mercurio desde antes de 1970 comenzó a recibir dinero de los Estados Unidos. Su dueño fue recibido por Nixon para que escuchara de la necesidad de dar un golpe de Estado contra el presidente elegido democráticamente en 1970.

Una sencilla jornada de lectura en la Biblioteca Nacional del diario en cuestión y puede leerse con lujos y detalles los esfuerzos para tergiversar las medidas implementadas por el gobierno popular. Hubo saña, mentira, narrativa embustera y siempre apoyada por los grupos económicos. Un diario que hasta los tiempos actuales sólo genera opinión al pequeño y estrecho sector de la derecha. Periodistas que escriben sólo para sus patrones que los convierten en verdaderos ganapanes.

Valientes fueron los que colgaron el cartel aquel que decía que El Mercurio miente, les dolió en el alma, públicamente perdían su virginidad, algo de su mundillo oscuro caía al suelo. Algo de credibilidad se esfumaba. Traición gritaba su dueño.

En esos primeros tiempos de los setenta, también colgaban de los kioscos otras revistas y diarios que eran parte fundamental en la vida diaria de trabajadores, oficinistas y maestros. Guardamos en la memoria el diario El Clarín, que hasta los tiempos actuales no ha sido indemnizado por el Estado. Fue confiscado los militares y los gobiernos de la concertación no han pagado lo exigido que tribunales internacionales obliga al Estado de Chile a cumplir sentencia.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos consagra explícitamente el derecho a informar y ser informado de manera justa e imparcial. En Chile no sucede de aquella forma. En la actualidad los dueños de la prensa son dos grupos con ideología ampliamente conocida. La Tercera no es chavista ni El Mercurio admirador de Ortega/Murillo.

Diariamente millones de ciudadanos se ven azuzados por los medios del duopolio que cumplen a cabalidad las exigencias que la derecha y sus grupos económicos le solicitan. Los abusivos contenidos sobre la delincuencia que si existe, pero que niegan a informar ampliamente de los millonarios aportes en dólares a las policías para el combate a la delincuencia, hace que sean las piltrafas que se disputan las bancadas de la derecha en el parlamento.

Letra chica para informar que tres de sus Directores de carabineros, están siendo procesados por delitos cometidos mientras eran autoridades encaradas de la seguridad interna.  La fiscalía está solicitando más de veinte años de cárcel para quienes en algún momento eran los artistas invitados a La Moneda.

Nada dicen los diarios del duopolio, de los funcionarios de carabineros que con oficiales incluidos solicitan favores sexuales a crédito en horas de servicio, o carabinera que circula en carreras clandestinas bajo influencia el alcohol. El arriendo de armas a los grupos de narcotráfico. Armerías operadas por ex funcionarios de carabineros. Funcionarios que se quedan con las evidencias confiscadas de todo tipo, plantas de cannabis, ropa, zapatillas y dineros que encuentran bajo las camas en allanamientos. El consumo de drogas que ellos mismos requisan. Carabineros que con vehículos militares amparan a traficantes que cruzan la frontera desde el Perú o Bolivia con droga. Los que cobran peaje a los que roban madera para que puedan transitar libremente.

De público conocimiento es que siempre cuando los vecinos llaman a carabineros sencillamente no llegan o ya es demasiado tarde. Mucha mano por el lomo desde la subsecretaria de Interior pero la dura realidad es extremadamente diferente.

Los dineros para el funcionamiento de la policía no son menores. Millones de dólares para que cumplan sus funciones, a la que siempre en la inmensa mayoría de los casos llegan siempre muy retrasados o sencillamente no llegan.

Tan mal estaremos como para que de mañana o tarde llegue alguna noticia agradable y que no sea carne para las poltronas parlamentarias.

Mucho se habló sobre la necesidad de democratizar las fuerzas del orden, bajarle el nivel de militarización. La seguridad está entendida como un aporte al sistema democrático, aunque hace cincuenta años salieron arrancando sin cumplir sus juramentos siguiendo a un general rastrero.

Se hace evidente que no es casual tampoco el poco profesionalismo de carabineros. Sucede que es algo así como dejar hacer para que cada mañana los canales de televisión sigan con el mantra de la seguridad y prodigar palos al gobierno. Hay un tufillo de concomitancia entre las gorras con laureles dorados, los partidos de la derecha para lanzar las trompetas celestiales al aire condenando a los chilenos a escuchar lo que dictan de las oscuras oficinas.

 

Pablo Varas

 

 

 

Escritor

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  1. Felipe Portales says:

    ¡¡Pero el articulista omite señalar que los gobiernos de la Concertación exterminaron toda la prensa de CENTRO-IZQUIERDA generada en los 80 y 90, a través de su sofocación económica, principalmente negándoles avisaje estatal y bloqueándoles ayudas financieras externas!! Lo han denunciado -entre otros- varios Premios Nacionales de Periodismo como Juan Pablo Cárdenas, Patricia Verdugo y Faride Zerán. Así desaparecieron «Análisis», «Apsi», «Hoy», «La Epoca», «Fortín Mapocho», «Página Abierta», «Siete», Siete+Siete», «Rocinante», «PLan B», «Rocinante», «Punto Final», etc. ¡Y el gobierno actual continúa negándose a indemnizar «Clarín» como lo determinó la Justicia española! ¡Y Pablo Varas no dice NADA de esto!…

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