El presidente Gabriel Boric y la decepcionante apuesta por la inversión china en la explotación del litio
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La reciente visita del presidente Gabriel Boric a China se ha traducido, entre otras cosas, en la invitación de inversores chinos a participar en un proyecto de más de 200 millones de dólares para impulsar la Estrategia Nacional del Litio. El monto de inversión propuesto se estima en USD 233 millones, con un total proyectado de 668 empleos una vez alcance su máxima capacidad de producción (120.000 toneladas), comprometiéndose que el 90% de la fuerza laboral será chilena. [1]
Esta medida presidencial es sin duda un paso significativo y ha sido recibida con satisfacción por parte del gobierno, del presidente, de la SOFOFA y de medios de comunicación como La Tercera.[2] Sin embargo, también plantea una serie de interrogantes sobre el rumbo que se está tomando en el ámbito económico. En un momento en que muchas naciones están enfocadas en diversificar sus fuentes de ingresos y reducir su dependencia de las exportaciones de materias primas, la orientación hacia la explotación de litio con inversión china parece desviarse de esta tendencia global y de la visión estratégica que uno esperaría de un gobierno comprometido con la sostenibilidad.
La decisión gubernamental de involucrar a inversionistas chinos en la explotación del litio genera inquietudes legítimas para la opinión pública chilena. Si bien es cierto que la explotación de este recurso no renovable debería verse como una oportunidad para impulsar la tecnología y la innovación en el país, así como para fomentar la creación de empleo y la transferencia de conocimiento, se corre el riesgo de perder a futuro la capacidad de definir los términos de la explotación y los beneficios que Chile pueda obtener de sus propios recursos al ceder gran parte del control a inversionistas extranjeros.
Pero además de lo expuesto hasta aquí, estos tratados económicos con China también generan preocupaciones en términos de competencia y el impacto en las empresas locales. La historia de la influencia china en la economía chilena incluye la entrada masiva de productos de ese país a precios bajos, lo que ha tenido consecuencias negativas para las empresas nacionales que luchan por competir en un mercado desigual. La proliferación de los «malls chinos» en algunas regiones chilenas ha llevado al cierre de negocios locales, dejando en evidencia los desafíos que enfrenta el sector empresarial chileno. Un ejemplo de esto es la reciente quiebra de la histórica empresa de cuadernos Rhein, un fiel reflejo de la entrada de cuadernos chinos a bajo costo.[3]
En este contexto, resulta sumamente relevante analizar detenidamente la influencia y la participación del Ministro de Hacienda, Mario Marcel, dentro del gobierno en la formulación de las políticas económicas que se implementan en el país. Es indispensable comprender el papel que desempeña en la continuación de estrategias económicas que, en ocasiones, han demostrado tener efectos perjudiciales para la independencia económica nacional, aunque se ha observado que estos no afectan a los grandes conglomerados económicos. Esta situación plantea una serie de interrogantes y suscita debates en torno a la coherencia y el alcance de las políticas económicas adoptadas por este gobierno de orientación centroizquierda.
A lo largo de nuestra historia, es evidente que la explotación de los recursos naturales ha sido una estrategia económica recurrente y, en muchos casos, de corto plazo para Chile. Sin embargo, esta estrategia no ha logrado contribuir de manera significativa a superar el subdesarrollo y alcanzar un verdadero crecimiento económico sostenible. Sorprendentemente, el presidente Boric parece haber optado por continuar con la tendencia de gobiernos anteriores, que han priorizado la extracción de materias primas por encima del fomento de las industrias locales y el desarrollo de tecnología nacional. Esto plantea serias interrogantes sobre la falta de políticas novedosas que fomenten la diversificación de la economía y la inversión en tecnología y desarrollo.
La falta de una visión renovada y audaz para impulsar la diversificación económica podría llevar a Chile a quedarse con una economía limitada, dependiente únicamente de la extracción de recursos naturales. Esta situación podría tener consecuencias negativas en el largo plazo, ya que el país se vería impedido de alcanzar un verdadero desarrollo económico y carecería de la fuerza necesaria para competir en el contexto global cada vez más competitivo.
En este sentido, es fundamental que Chile reconsidere su actual orientación económica y busque una alternativa que promueva de manera decidida la industrialización interna, la inversión en investigación y desarrollo, y la diversificación de su economía. La explotación de materias primas, como el litio, no puede ser el único motor impulsor del desarrollo del país. Es necesario adoptar una visión a largo plazo que se aleje de las recetas convencionales, como las políticas neoliberales, y que busque un camino propio hacia el progreso económico y social.
La industrialización nacional permite generar empleo de calidad, fortalecer las capacidades productivas internas y reducir la dependencia de la exportación de commodities. Guardando las proporciones, China es el claro ejemplo de lo que estoy hablando. Además, la inversión en investigación y desarrollo es fundamental para impulsar la innovación y la creación de tecnología propia, lo cual contribuye a mejorar la competitividad en el ámbito global y generar valor agregado en los productos y servicios chilenos.
Asimismo, la diversificación de la economía chilena resulta crucial para reducir los riesgos asociados a la volatilidad de los precios de las materias primas y para promover sectores económicos más resilientes y sostenibles. Esto implica apostar por sectores como el turismo, las energías renovables, la agricultura sustentable y la economía circular, entre otros.
Por tanto, es necesario romper con las viejas estructuras y paradigmas económicos y buscar un enfoque más inclusivo y equitativo que promueva el desarrollo de todos los sectores de la sociedad chilena. La participación del Estado en la planificación y promoción de estas políticas resulta esencial para asegurar que se alcancen los objetivos planteados y que se genere un crecimiento económico sólido y sostenible.
En definitiva, la visita del presidente Gabriel Boric a China y su decisión de involucrar a inversionistas chinos en la explotación del litio plantean serias inquietudes sobre la dirección de la política económica del país. Es necesario reevaluar esta apuesta y considerar estrategias que verdaderamente impulsen el desarrollo sostenible y la prosperidad de Chile a largo plazo, en lugar de seguir los pasos de gobiernos anteriores que han priorizado la explotación de recursos naturales en detrimento de la industrialización y el bienestar de la población.
Fabián Bustamante Olguín
Instituto de Ciencias Religiosas y Filosofía, Universidad Católica del Norte
[1] https://www.gob.cl/noticias/proyecto-de-inversion-chino-inyectara-mas-de-200-millones-de-dolares-para-impulsar-estrategia-nacional-del-litio/
[2] https://www.latercera.com/politica/noticia/gira-a-china-presidente-boric-anuncia-inversion-de-empresa-china-de-mas-de-us-230-millones-en-litio/74P3GA2PTZHL5IPDNFGYFQFZ2E/
[3] https://www.biobiochile.cl/noticias/economia/negocios-y-empresas/2023/10/19/la-empresa-chilena-rhein-famosa-por-sus-cuadernos-pide-su-quiebra-tras-80-anos-en-el-mercado.shtml
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Patricio Serendero says:
Si de fracasos (y no «fracazo») económico-sociales se trata, nadie podrá decir que muchísmos países del mundo que tienen un regimen de capitalismo neoliberal han tenido éxito. Ni económico, ni social, ni mucho menos ambiental. El principal país capitalista del mundo está literalmente quebrado. Un sexto de su población vive en la pobreza. LLama usted éxito a eso?
En cuanto al mercado. Donde encontramos un mercado con competencia real, participantes informados, sin ventajas para ningún competidor, a menudo información privilegiada tan cara al señor Piñeira y otros muchos, ni ventajas tampoco de parte del Estado como ocurre en toda Europa por ejemplo con su política agrícola o en Chile donde las empresas -esas mismas que abjuran del Estado – reciben grandes subvenciones de su parte?
El problema de la ideología es que distorsiona aún más la imagen de la realidad que tenemos. Hay siempre que desconfiar …de nosotros mismos.
Hugo Bauer says:
China es un caso bien espectacular. Políticamente es una dictadura estalinista de la peor especie. Nada de democracia, derechos humanos, libertad de prensa etc. Pero los mismos comunistas de ahí, se dieron cuenta, de que la teoría marxista-lenilista en la economía era un fracazo. China era un país pobrísimo com bajísimo nivel de vida de su población y optaron abrirse al «capitalismo neo liberal». Permitieron y promovieron, que inversionistas extranjero invirtieran en China y a su vez ellos mismos empezaron a invertir en el extranjero. Para atraer inversionistas, les dieron condiciones «paradísicas». Con el estado transaban los sueldos y salarios y en China, como en todos los países comunistas, no hay derecho a huelgas y con esa política han tenido bastante éxito, de un país pobrísimo, han pasado a ser una potencia económica mundial y por supuesto que el estandar de vida de la población ha aumentado notablemente.. China ya es hace tiempo el mayor inversionista en Chile, en la minería y otros rubros.
Patricio Serendero says:
Este gobierno no tiene un proyecto de desarrollo económico nacional. Ir Boric a China a buscar inversionistas o al Chile Day como lo hizo Marcel y volver considerándose victoriosos es patético. He vendido un poco más mi pais a buen precio.
Una empresa para hacer baterías! Pero no hay nadie en Chile capaz de construir una batería? O se trata de una tecnología tan altamente sofisticada? El Estado no puede hacerlo para contribuir como otro Codelco?
Que han dejado para el país todas las mineras que han explotado durante más de un siglo nuestro suelo? Véase como son nuestras ciudades del Norte. Del Chico y del Grande. Son una clara demostración que esa política y esas empresas no han dejado rigurosamente nada a las poblaciones que viven de ellas. Pobres, sucias, algunas con aspecto de un gran campamento minero. Mire el desastre ecológico de los puertos por donde se saca el mineral. Y miren los miles de muertos que han tenido los trabajadores mineros en la lucha por la defensa de sus intereses.
Y a pesar de ese resultado desastroso que está a la vista de todos, continuamos siendo tan serviles con el amo nacional y extranjero.
El litio? Se lo repartirán Ponce, los chinos y otros.
O alguien cree que las empresas chinas son distintas del resto de cualquier otra empresa del capitalismo?
Producir una batería es una tarea de tan compleja tecnología que no la puede hacer una empresa estatal creada para ese efecto?
Los que están esperando el milagro del litio para salir del subdesarrollo pueden esperar sentados. Los grandes del mundo nos han asignado un rol a los países chicos que cumplimos al pié de la letra.
Renato Alvarado Vidal says:
Recordando la reciente pandemia, yo no pondría al turismo entre los «sectores económicos más resilientes y sostenibles».
Felipe Portales says:
Desgraciadamente, lo que plantea tan bien el articulista no es de extrañar. El actual gobierno se ha convertido en un sexto gobierno de la Concertación seguidor de sus políticas neoliberales que incluyen la inserción solitaria y subordinada de nuestro país en el mercado mundial; el rechazo a toda forma de integración latinoamericana efectiva; la continuación de la dictadura en cuanto a la destrucción del CIPEC; una escasísima inversión en ciencia y tecnología; un énfasis en continuar siendo un país exportador de materias primas; etc.